Como cuando íbamos al colegio y nos ponían calificaciones.
Las deudas de los países también tienen calificaciones. Las deciden las tres principales “agencias calificadoras” en el mundo: Moody’s, Standard & Poor’s (S&P), y Fitch Ratings, y estas asignan notas a compañías y a países dependiendo de la capacidad que tienen de pagar sus deudas, a criterio de las calificadoras.
Y al igual que las notas de la escuela tienen distintas escalas de medición dependiendo del país, (A+ a D- en Estados Unidos, 0 a 100 en México y de 1 a 7 en Chile), también las agencias calificadoras tienen distintas notaciones. Pero todas se dividen en “grado de inversión” y “grado especulativo”. La mejor nota es la AAA para S&P y Fitch (Aaa para Moody’s), y la peor, es decir, cuando el país ya está en impago, es D.

A las calificaciones también les ponen orientación (“watch” en inglés), que puede ser neutral, positiva o negativa. Si el watch es positivo (negativo) significa que hay una alta probabilidad de que la nota aumente (baje) en los próximos meses.El 16 de mayo la agencia calificadora Moody’s le bajó la nota un escalón a Estados Unidos, de Aaa, la más alta, a Aa1. La agencia justificó la decisión por un aumento significativo en la deuda federal durante más de una década, debido a que los déficits han crecido de forma sostenida. Esto, junto con la suba en las tasas de interés, ha hecho que el servicio de la deuda crezca notablemente.
Diferentes presidentes y congresos no han logrado acordar medidas para evitar los grandes déficits y evitar el crecimiento de la deuda, y Moody’s no espera que el país logre apretarse el cinturón en un futuro cercano. Así, la agencia calificadora espera que la deuda federal aumente desde poco menos de 100% del PIB en 2024 hasta 134% en 2035, y que los pagos de intereses asciendan al 30% de los ingresos para ese año.
Lo que debes saber sobre este movimiento:
No fue una sorpresa. Moody’s tenía un “watch” negativo para Estados Unidos desde el año 2023. Es decir, ya había advertido que seguramente se venía un recorte en su nota. Además, las otras dos agencias calificadoras ya le habían recortado la nota a Estados Unidos, por razones parecidas. Fitch lo hizo en 2023, y S&P desde 2011.
Los mercados reaccionaron a la noticia: el lunes el precio de los bonos del Tesoro de Estados Unidos de largo plazo cayó. La lógica es: déficits altos implican que el país necesita mucho financiamiento, lo que significa que tendrá que emitir muchos bonos. Es decir, la oferta de bonos sube y por tanto su precio baja. Y como hay una relación inversa entre el precio de los bonos y su tasa de interés, las tasas subieron.
Dicho eso, los movimientos fueron contenidos, y en el corto plazo las consecuencias seguramente serán limitadas. La situación fiscal efectivamente se ha deteriorado y no se ve que eso vaya a cambiar pronto. Sin embargo, es difícil imaginar un escenario donde Estados Unidos tenga dificultades para pagar sus deudas porque puede generar el dinero para pagar sus obligaciones.
Si bien una deuda del 100% del PIB suena, y es, muy alta, es difícil saber cuánta deuda es demasiada deuda. La deuda de Canadá y varios países europeos sobrepasa ese umbral, y la de Japón es más del 200% del PIB.
A pesar de estos problemas, Estados Unidos mantiene fortalezas importantes como el tamaño, la resiliencia y el dinamismo de su economía, así como el papel del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial. En ese contexto, es difícil que este cambio de calificación sea un factor que cause movimientos relevantes en los mercados en el mediano plazo.