El hidrógeno es una fuente de energía que solo emite vapor de agua. Su producción puede ser costosa y contaminante, y solo se llama "hidrógeno verde" cuando se produce con métodos de baja o nula emisión de carbono.
Veo tres empresas líderes en la industria del hidrógeno: Air Products, líder mundial en la producción de hidrógeno; Plug Power, pionero en la industria de celdas de combustible de hidrógeno y construyendo una red de hidrógeno verde en Norteamérica y Europa; y Linde, que ha desarrollado tecnologías para comprimir y reabastecer hidrógeno eficientemente.
Por otro lado, el litio es un metal muy demandado por su uso en baterías, especialmente de vehículos eléctricos, cuyas ventas globales aumentaron alrededor del 60% en 2022, superando los 10 millones por primera vez, a pesar de que no fue un buen año para el resto de ventas de automóviles.
En el sector del litio veo dos empresas destacadas: Albemarle y Sociedad Química y Minera de Chile, que cuentan con una buena trayectoria y capacidad de financiamiento adecuada para nuevos proyectos y aumentar su capacidad de producción.
Es difícil predecir cuál triunfará, pero creo que el ganador actual es el litio, tanto por su mejor densidad energética (que es la cantidad de energía que puede almacenarse por volumen), como porque producir, almacenar y transportar hidrógeno es aún caro e ineficiente.
Chile actualmente posee casi el 50% de las reservas mundiales de litio. El camino que veo es entonces aprovechar de generar una industria local de extracción y producción de materias secundarias (o incluso terciarias) eficiente y sustentable.
Como sea, en ambos será relevante resolver el problema transversal: el uso de agua. El desafío es cómo encontrar fuentes de agua dulce sustentables, ¿es necesario que Chile sea una potencia mundial de reutilización de agua? ¿O una potencia mundial de desalinización de agua de mar?
El tiempo lo dirá. Espero no nos quedemos bajo la ola.
Columna en La Segunda