Lo prometido es deuda, y hoy vengo a pagar.
Hace meses les dije que iba a escribir la segunda parte - y final- de esta saga. Me demoré harto, es verdad, pero como mi abuela siempre dice… “lo valioso, toma tiempo”, y le creo mucho.
Aunque nunca lo haya dicho
Según yo, este artículo pega mejor si lees antes la parte 1, pero lo dejo a tu criterio, querido lector.
Flores que crecen en la oscuridad
El shutdown que sufrió la investigación psicodélica, gracias a don Richard Nixon y su infame (pero aún vigente) guerra contra las drogas, dejó en las sombras a los sueños de miles de científicos alrededor del mundo, quienes documentaron con curiosidad y asombro sus primeros hallazgos.
Ese fue el caso de James Fadiman, el Dr. en Psicología que hoy es mundialmente conocido por ser el creador del más famoso de los protocolos de microdosificación -tanto de LSD como de hongos psilocibios- ampliamente popularizado en los últimos años.
Fadiman fue parte de una de las primeras generaciones de investigadores psicodélicos de universidades fancy como Stanford o Harvard en los sesenta, y el shutdown llegó en los setenta. Él, como muchos, se deprimió y se dedicó a lo único que le quedaba; la academia y la escritura.
Luego de unas décadas bastante áridas, el gobierno de Bush primero decidió aflojar las medidas de la investigación de psicodélicos en 1990. Pasaron varias cosas más, con aprobaciones de la FDA (Foods and Drugs Administration, el “FBI” de las drogas en EE.UU.) entre medio, hasta que llegamos a la década actual, en la que encontramos un verdadero renacimiento de la ciencia psicodélica, ahora menos asociada a hippies con delirio mesiánico y con mucho mejor financiamiento.
Gracias a su prolífica experiencia, el Dr. Fadiman pudo escribir el 2011 The Psychedelic Explorer’s Guide, un libro donde recopiló los avances en investigación psicodélica hasta esa fecha, además de maravillosas anécdotas y myth busting. Hoy este libro es considerado uno de los textos canónicos de la tradición psicodélica occidental.
Aquí nos cuenta, tal como un abuelo le contaría a sus nietos, todas las maravillosas avenidas de la exploración psicodélica, con sus aciertos y sus peligros.
Para este artículo me basaré en los descubrimientos de Fadiman y otros investigadores actuales (Grof, Carhart-Harris, et.al), y por amor a la concisión, me enfocaré principalmente en:
- Avances científicos en contexto terapéutico.
- Avances científicos en el contexto laboral.
Beare with me.
¿Terapia con psicodélicos? Yia… ¿Qué sigue después? ¿Crack recreativo? ¿Falopa medicinal?
Yo sé que resulta extraño para muchos pensar que los psicodélicos pueden llegar a tener un valor terapéutico, sobre todo si consideramos que -en general- el prejuicio común es que solo son drogas para ser tomadas en conciertos por personas descerebradas que buscan entretenerse con “cosas raras” (gracias, Woodstock).
O, el otro gran meme de los psicodélicos, el del jóven astuto que “creyó que podía volar” en LSD, y bueno, ya se imaginarán cómo termina…
Don’t get me wrong, hay riesgos y escribiré sobre ellos, pero antes de eso, permítanme presentar otra perspectiva.
En un quirófano, la morfina es una herramienta increíble. En una jeringa en la calle, no tanto.
En una celebración, unos vasitos de whisky pueden ser maravillosos. En una petaca escondida en tu cubículo del trabajo, no tanto.
Ya intuyen a dónde voy.
El modo de uso, la preparación y el contexto de la ingesta no son elementos secundarios en la administración de una sustancia, sino que son elementos igual o más importantes que la sustancia misma, ya que ayudan a darle forma a la experiencia. Esto es lo que se conoce desde los años 70 's como “set y setting”, o sea, “actitud y entorno”.
Va a sonar demasiado obvio después de leerlo, pero…
No es lo mismo tomar una cantidad indefinida de LSD en un concierto lleno de personas desconocidas, estímulos amplificados, amigos que difícilmente podrías calificar como cuidadores, etc., etc., que…
Haberte preparado por meses con un profesional competente antes de tomar una cantidad definida de LSD en una sala clínica (con camita, mantitas de Winnie the Pooh, agua y todo lo que necesites), con dos cuidadores calificados, música adecuada, todo el día libre y acompañamiento continuado los días previos y posteriores a la ingesta, para asegurar una buena integración de la experiencia.
Riesgos asociados al (mal) uso de psicodélicos
Es bueno aclarar que no existe ninguna sustancia que podamos ingerir y que carezca de riesgos. De momento, algunas contraindicaciones para el uso de psicodélicos son:
- Existencia o predisposición a episodios psicóticos, bipolaridad, o ser familiar directo de alguien con estas características. Acá el resguardo es por no querer gatillar un episodio psicótico o bipolar (aunque parece ser más probable que un episodio psicótico se gatille a causa del uso de anfetaminas que de psicodélicos, según los estudios relevantes [1]).
- Estar en tratamiento activo con psicofármacos, como algunos antidepresivos, antipsicóticos específicos y estabilizadores del ánimo. Esto es porque puede haber distintos tipos de interacciones entre la medicación y el psicodélico, pudiendo ser sinérgica (potenciar efectos), inhibitoria o incluso tóxica (como el caso del Litio)
- Enfermedades cardiovasculares e hipertensión.
- Tener menos de 25 años, ya que el cerebro no está 100% desarrollado.
Vale mencionar que los investigadores actuales recalcan, una y otra vez, la importancia del set y setting para asegurar una experiencia positiva, incluso en la presencia de un “mal viaje”, que bajo este contexto son entendidos como experiencias desafiantes que traen muchísimas oportunidades de crecimiento psicológico [3].
Siguiendo los protocolos adecuados de preparación, cuidados, ingesta y posterior integración, se pueden mitigar considerablemente los riesgos de tener experiencias negativas que afecten emocional, física o psicológicamente a los consumidores.
¿No se te ocurriría navegar en mar abierto, de noche, y sin preparación alguna, o no?
En el contexto cuidado y profesional, en el que asegura que estés cozy & comfy, es donde el potencial terapéutico puede brillar.
Traumas, piscinas y expansión
No ahondaré en la neurociencia detrás de la experiencia psicodélica, ya que eso da para otro artículo en sí mismo, basta con que sepas que pasan cositas interesantes ✨ (si te motiva el tema, te recomiendo buscar los papers de Robin Carhart-Harris, o escuchar esta entrevista).
En cambio, me enfocaré en el aspecto experiencial de la terapia psicodélica, lo que comúnmente conocemos como el viaje.
Los viajes psicodélicos pueden variar muchísimo en cuanto a los contenidos que se perciben (visuales, auditivos, etc.) y a las temáticas que surgen (emocionales, filosóficas, biográficas, etc.), pero ya existe un consenso más o menos establecido de que la sanación psicoemocional ocurre principalmente por tres vías:
- Confrontación: poder explorar y confrontar directamente aquel material psicológico-emocional que comúnmente está arraigado en nuestro inconsciente (como algún trauma de infancia que enterramos hace mucho tiempo).
- Estado unitivo: experimentar alguna suerte de “estado expansivo/unitivo” asociado a la disolución de los límites comúnmente percibidos de la propia identidad.
- Muerte y renacimiento del Yo: experimentar y atravesar lo que se denomina como “la muerte del ego”.
Puedes experimentar una de las tres, o las tres en el mismo viaje, o en viajes distintos, da lo mismo. Lo importante es intentar entender por qué estas experiencias nos acercan a la sanación.
i. Confrontación
“En el contexto terapéutico, la experiencia psicodélica puede permitir al individuo confrontar y resolver conflictos emocionales y psicológicos profundamente arraigados.”
- Stanislav Grof, LSD Therapy (1980).
Básicamente todas las líneas de la psicología (desde el simbólico psicoanálisis al pragmático conductismo) están de acuerdo en que la confrontación directa y progresiva con aquellos problemas que nos aterran, entristecen, hace enojar, etc., es la mejor manera de superarlos.
Cuando confrontamos y eventualmente aceptamos aquello que es indeseable, dejamos de ser presos de su poder.
En el mundo de las empresas está el mantra de “no puedes cambiar lo que no mides”, acá sería algo como “no puedes superar lo que no confrontas”.
La experiencia psicodélica te devuelve a esos episodios psicológicos no resueltos, a la vez que te arma con una plasticidad neuronal renovada que te ayudará a resignificar lo que sea que hayas vivido. ¿Soñao, o no?
Las personas que han vivido este tipo de experiencias describen una sensación de amplitud del sentido de identidad a la vez que una des-identificación con los aspectos negativos de su vida.
En otras palabras, los eventos traumáticos que antes definían “el título de su autobiografía” pasan a ser solo un capítulo más en su narrativa.
En términos de neuropsicología, ocurre un “rewiring adaptativo”, o sea, que la experiencia y la narrativa detrás de sucesos complejos pasa a ser más positiva y adaptativa para la persona.
ii. Estado unitivo
“El uso terapéutico de psicodélicos puede facilitar una experiencia de ‘unidad’ e ‘interconexión’ con el universo, lo que puede ser transformador y curativo para el individuo.” James Fadiman, The Psychedelic Explorer Guide (2011).
Aún recuerdo cuando era chico y aprendí a flotar en la piscina.
Me encantaba flotar como ameba tardes enteras, cerrando los ojos para obtener esa visual roja oscura que aparece cuando el sol te llega directo a los párpados cerrados.
Me gustaba quedarme quieto lo más posible para sentir cómo el agua me llevaba de aquí para allá, sintiendo a ratos que no existía mucha separación entre el movimiento del agua y mi propio cuerpo, sino que todo era un solo movimiento.
Esa sensación “ampliada del yo” me llenaba de paz…hasta que inevitablemente me tocaba tragar agua con cloro (y quizás pipí) y volver a la triste realidad.
Décadas después descubrí el concepto de “éxtasis oceánico”, que según Grof, es una sensación de unidad y conexión con todo lo que existe, un estado ampliado de consciencia en el que no se percibe una separación entre el “yo” y “los otros”[1o y 11].
Tampoco es como que él fue el primero en hablar de esto, el estado unitivo es la pieza central de muchísimas tradiciones místicas y religiosas milenarias, como el sufismo, el budismo mahayana o el advaita vedanta, solo por mencionar algunas.
Experiencialmente, el estado expansivo/unitivo nos libera de la cárcel de nuestro autoconcepto, no mediante la destrucción de lo que ya existe (como muchos temen), sino que con la incorporación, ampliación e integración de elementos profundamente enriquecedores y contenedores.
Es como una hormiga que se da cuenta que es parte de una colonia, luego de una especie, después de un ecosistema… y así hasta llegar a un universo completamente interconectado.
Y aquí es donde ocurre la magia, porque el estado unitivo enseña, en un nivel visceral, que eres infinitamente pequeño y a la vez infinitamente grande. Este insight suele aportar una perspectiva ampliada de la vida que nos ayuda a reducir la ansiedad y el miedo a la muerte [12].
iii. Muerte y renacimiento del Yo.
"Algunos prefieren referirse a esta experiencia como 'disolución del ego' en lugar de 'muerte', ya que esto sugiere un regreso a un estado más integrado y cohesivo del yo" . James Fadiman, The Psychedelic Explorer Guide (2011).
No, no es que de repente aparezca Freddy Krueger con una motosierra. Es que, durante la experiencia psicodélica, los límites del Yo pueden hacerse cada vez más invisibles, generando la sensación de que morirás (spoiler: no morirás, no existe una dosis letal conocida de LSD u hongos psilocybe [4 y 5]).
Es importante mencionar que esta experiencia en particular puede ser muy desafiante.
Hay personas que viven esto como una batalla literal entre vida y muerte, reviviendo el proceso de nacer en el parto, o con otros motivos arquetípicos asociados a la muerte y resurrección.
Y hay otras personas que, por el contrario, viven su proceso de muerte y renacimiento con gracia y soltura, como el chocolate en polvo que se disuelve en la leche.
De cualquier forma, con o sin angustia, el atravesar esta experiencia parece ser una de las piezas centrales a la hora de explicar el impacto positivo de los psicodélicos en contexto terapéutico, siendo particularmente efectiva en el tratamiento de PTSD (trastorno de estrés post-traumático), adicciones, depresión y en casos de ansiedad relacionada a la muerte en pacientes con enfermedades terminales [6].
Estos hallazgos son realmente impresionantes y muy alentadores, pero…
¿Son hallazgos realmente, en el sentido literal de hallar algo nuevo?
¿Nunca antes nos habíamos juntado a…
…consumir psicodélicos…
…en un setting seguro…
…con cuidadores confiables…
… a ojos cerrados…
…y con música…?
La ciencia actual recién está pudiendo elaborar en términos occidentales lo que muchas culturas milenarias han entendido desde hace mucho tiempo como tecnologías de sanación y autodescubrimiento [7]. Nuevamente, más vale tarde que nunca, como dice mi abuela.
Y hablando de tecnologías…
Psicodélicos en Silicon Valley; nexos, drogas e… ¿inventos?
California fue uno de los epicentros más importantes en el terremoto de la contracultura americana en los 60. Hippies, motociclistas, rockeros, estudiantes, activistas y otras tribus urbanas indefinidas se tomaron en serio su juventud y se rebelaron escandalosamente frente a todas las normas establecidas hasta el momento en la sociedad occidental.
¿Ir a la guerra?
¿Vestirse de oficinista?
¿Casarse?
Y todo cuestionamiento real trae consigo la experimentación de alternativas. En vez de ir a la guerra, abramos el debate sobre la paz. En vez de vestirse de oficinista, pongámosle colores a la cosa. En vez de casarnos, veámos qué sucede con el “amor libre”, etc.
Gracias a una fuerte influencia de las tradiciones místicas de oriente (como el budismo, hinduismo y taoísmo), el cuestionamiento no se detuvo en lo externo y relacional, sino que también llegó al ámbito de lo intra-psíquico, todo lo que sucede de la piel hacia dentro.
Miles de jóvenes comenzaron a dudar fuertemente del estado de consciencia “de Lunes en la mañana” que dominaba a la sociedad: despierta, trabaja, gana plata, repite.
¿Y si fuera posible vivenciar la realidad desde otro lugar?
El LSD fue para muchos un atajo, un hack, un shortcut químico para llegar a ese “otro lugar”. De repente, las charlas de los yoguis sobre “trascendencia del ego”, “sensación de unidad” o “acceso a la consciencia superior” hacían más sentido, luego de haber experimentado algo similar.
El joven Steve Jobs fue uno de esos exploradores de la consciencia, siendo consumidor casual de LSD con sus amiguis. Él incluso llegó a decir a un momento:
"Tomar LSD fue una experiencia profunda, una de las cosas más importantes de mi vida. El LSD te muestra que hay otro lado de la moneda, y no puedes recordarlo cuando desaparece, pero lo sabes. Reforzó mi sentido de lo que era importante: crear cosas grandiosas en lugar de hacer dinero, devolver cosas al flujo de la historia y de la conciencia humana tanto como pueda."
(aunque en realidad lo dijo en inglés… you know).
Sería absurdo e infantil adjudicar toda la genialidad de Jobs al LSD, el reconocimiento se lo lleva él, siempre. En este sentido, lo adecuado es visualizar al LSD (o el psicodélico que sea) como una herramienta catalizadora de visiones, correlaciones, insights, etc., tal como entendemos en nuestro día a día que nosotros nos llevamos el crédito por nuestra ejecución, por mucho que nos hayamos apoyado en 2 litros de café americano.
El uso visionario de psicodélicos, tan antiguo como todas las demás modalidades, se caracteriza por la intención de buscar ver, entender, relacionar, solucionar, a diferencia del uso terapéutico cuya intención primordial es la de recomponer a nivel emocional.
Otro caso ilustre, y demasiado entretenido, es el de Francis Crick, el descubridor de la forma de doble hélice del ADN y ganador del premio Nobel de Fisiología.
“Crick le contó [a Dick Kemp] que algunos académicos de Cambridge usaban LSD en pequeñas dosis como una herramienta cognitiva para liberarlos de sus preconcepciones y dejar que su genialidad vagara libremente entre ideas nuevas. Crick le contó que él había percibido la forma doble hélice del ADN mientras estaba en LSD.” [8]
Kary Mullis fue otro ganador del premio Nobel que reconoció la influencia del LSD en su desarrollo de la técnica PCR (Polymerase Chain Reaction), una herramienta crucial en la biología molecular.
La relevancia de estos tres ejemplos radica en que son personas muy respetadas en su área de expertise que se atrevieron a transparentar su uso de psicodélicos para aplicaciones laborales, más allá del prejuicio (o perjuicio) que podrían sufrir.
Volvamos ahora al Dr. Fadiman, que también ha sido pionero en la investigación de las aplicaciones de los psicodélicos para la resolución de problemas de negocio (espero que sea tu primera vez escuchando esos términos en la misma frase).
El modo de experimentación habitual de este tipo de uso debe ser lo más entretenido de todo su libro.
Imagina juntarte con tus compañer@s en una oficina llena de recursos; lápices, hojas, computadores, libros, música, etc. Tienes una tarde entera para relajarte y darle una y mil vueltas a ese problema, sin otra pretensión que la mera exploración de posibilidades. Y tomar un poco de LSD.
Y así salen cosas interesantes, algunas realmente originales, y otras más parecidas al redescubrimiento de la rueda (pero con un renovado respeto por la vieja rueda).
Al respecto, destaca las siguientes observaciones [9]:
- Se logran visualizar los problemas de una forma “más básica”, es decir, considerando sus componentes y principios fundamentales de manera más clara y evidente.
- Hay un aumento considerable de la capacidad para pensar creativamente.
- Se disminuye la ansiedad e inhibición a la hora de resolver problemas, resultando en personas que se atreven más a probar nuevas soluciones, independiente del resultado o potencial “riesgo para la reputación”.
Ya quisiera uno.
Cierre: legalidad y desafíos actuales
La primavera psicodélica está rompiendo con viejos prejuicios y, poco a poco, los descubrimientos científicos van permeando a la sociedad civil de todo el mundo, además de plantear una inminente revolución de conocimiento en los campos de la psiquiatría y psicología.
La salud mental, lejos de ser el tabú que fue durante tanto tiempo, pasa a ser una prioridad para millones de personas que solo quieren vivir mejor.
Respecto al presente de los psicodélicos en Chile, esto es lo que nos comenta Francisco Zenteno, psicólogo y co-fundador de la Fundación Azul Micelio, que tiene como misión la protección de los hongos psilocibios y sus usuarios:
“(...) Es muy interesante cómo hoy los psicodélicos en general, y los hongos psilocibios en específico, han comenzado a retirarse del imaginario social como un asunto de gente rara o de drogadictos desorientados, y se han instalado con mucha fuerza, y no sólo como una poderosa herramienta de salud mental.Literalmente cientos de estudios avalan el potencial de su uso terapéutico transdiagnóstico, es decir, que son muy útiles para tratar diferentes síntomas y trastornos, además de funcionar como una fuente de autoconocimiento y de fortalecimiento de dones y talentos personales: su utilidad no es únicamente medicinal, sino que -tanto en micro como en macrodosificación- sabemos que ayudan a las personas a acceder con mayor potencia a sus propios recursos y que bien llevadas, son experiencias que hacen que los seres humanos seamos más inteligentes y felices. Sin embargo, es totalmente necesario aclarar que no son en absoluto una panacea y que el éxito de las propuestas de tratamiento depende de muchos factores.
Por otro lado, desde una perspectiva legal, en Chile hoy el Ministerio de Salud está impulsando una iniciativa de regulación de la psilocibina y los hongos psilocibes que está incorporando de una manera muy interesante y novedosa también la perspectiva de la sociedad civil, además de la sociedad científica y académica, pensando en que pueda haber pronto una indicación ministerial para reglamentar su uso terapéutico y promover la investigación en territorio nacional.
Esto es una tremenda noticia, y esperamos con entusiasmo que este proceso se siga llevando adelante de una manera reflexiva, inclusiva y que ponga en el centro el beneficio para la ciudadanía en su conjunto.”
Si llegaste hasta acá, gracias.
Espero que haya sido un buen viaje.
Referencias y bibliografía
[2] https://www.mind-foundation.org/blog/psychedelic-antidepressant-interactions
[3, 8, 9] Fadiman, J. (2011). The psychedelic explorer's guide: Safe, therapeutic, and sacred journeys. Park Street Press.
[5] https://bigthink.com/series/devils-advocate/are-psychedelics-dangerous/
[7] Davis, W. (1995). One river: Explorations and discoveries in the Amazon rainforest. Simon & Schuster.
[10, 12] Grof, S. (2000). Psychology of the future: Lessons from modern consciousness research. State University of New York Press.
[11] Grof, S. (1980). LSD therapy. Hunter House Publishers.