La estadística dice que no.
¿Por qué ‘compramos’ seguros?
La razón de ser de los seguros es transferir el riesgo que, como personas, no podemos asumir hacia una institución —más grande y especializada— que sí pueda hacerlo (es decir, las aseguradoras).
¿A qué me refiero con un riesgo que ‘no podemos asumir’? A situaciones que, en caso de ocurrir, te dejarían con una afectación financiera importante o, en el peor de los casos, en ruina.
El ejemplo más popular son los seguros de gastos médicos mayores (SGMM). Un seguro de este tipo suele costar alrededor de $2,500 al mes mientras eres un adulto joven, que no es poco pero es asequible. Por otro lado, un tratamiento por una enfermedad como el cáncer puede costar fácilmente más de $500,000, un monto que pocas personas podrían desembolsar sin afectar fuertemente sus finanzas familiares.
Ese es el beneficio del seguro: limita tu riesgo ante una situación —por poco o muy probable que sea— de catástrofe.
Bajo esta lógica, uno puede determinar en qué situaciones vale la pena contratar un seguro. Ya vimos el ejemplo más popular que son los gastos médicos. También es común —y muchas veces obligatorio— para proteger compras de activos físicos, como casas y automóviles. Otro uso común es el de daños a terceros, para que si chocas —y es tu culpa— tengas cómo pagar por los daños ocasionados.
Bueno, y viene lo obvio: a cambio de protegerte de estas situaciones donde tendrías que pagar dinero, las aseguradoras te ofrecen pagar una prima recurrente (semanal, mensual, trimestral, semestral o anual) para hacerse cargo del riesgo. Claro que hay condiciones: un seguro de automóvil no se hace válido si manejas con tragos de más y un seguro médico no aplica si hay preexistencias. Tienen formas de protegerse.
Eso me lleva a otro punto clave que seguramente ya sabes, pero siempre hay que recordarlo:
Las aseguradoras, en prácticamente todos los casos, ganan —mucho— dinero con cada seguro que ofrecen.
Casi siempre pagamos un sobreprecio por la prima de un seguro, pero igual prefieres estar protegido que no estarlo. Además de que es difícil calcular para una persona común como tú o como yo cuál sería una prima justa por un seguro. Las aseguradoras tienen cientos de actuarios dedicados a ello y aún así a veces se equivocan. Por eso cuando cotizamos un seguro normalmente hay poco o nulo espacio a la negociación.
Dicho todo esto, ahora sí vamos a lo que verdaderamente nos interesa de este post.
¿Un seguro de ahorro para el retiro tiene sentido?
Para las aseguradoras sí. Para ti, probablemente no
Hay una constante entre todos estos casos que vimos donde hacía sentido contratar un seguro y es que se trata de situaciones que están fuera de tu control: tú no puedes decidir si te enfermas, si el foquito de tu auto decide no prender o si tu vecino no cierra la llave de su regadera al salir de vacaciones.
Ahora, hablando de ahorrar para el retiro, tú sí controlas cómo y cuánto ahorras.
¿Qué es un seguro de ahorro para el retiro y cómo funciona?
Un seguro de ahorro para el retiro te pide comprometerte durante un determinado número de años a depositar una cantidad fija de dinero. Todo esto a cambio de, en algún punto del futuro, darte una cantidad X de vuelta.
El truco es que, para ganar dinero, las aseguradoras te prometen una cantidad X bastante más baja que la que podrías juntar si invirtieras directamente ese dinero. Parte de esto también ocurre porque no todo tu dinero se usa para tu retiro: en este tipo de productos suelen ir seguros de vida engrapados y una parte de lo que ahorras se va a pagar esa prima del seguro.
Algunas personas le ven ventaja al tener el seguro de vida. Primero que nada, podrías tener un plan de inversión y por aparte contratar un seguro de vida puro y saldría más barato que el seguro de ahorro. También piensa que en muchos trabajos tu empleador te da un seguro de vida. Amarrarte a un plan de 15, 20 o 25 años significa que hay una probabilidad altísima de que termines pagando más por lo mismo.
Ahora que toqué el tema de los plazos, también es un tema no menor: te vas a tener que comprometer a un monto y plazo, y no importa qué suceda, tienes que cumplir o tu póliza se cancela y pierdes todo tu dinero. Los seguros de ahorro tienden a ser muy inflexibles en ese sentido.
La falacia de “con el seguro me obligo a ahorrar” y sus consecuencias a futuro
Por tu mente podría pasar esta idea de que el comprometerse a un plazo es bueno porque estás obligándote a ahorrar, con la consecuencia de que si no lo haces, lo pierdes todo.
Entiendo que hay personas a las que les cuesta ahorrar. Lo que es difícil de entender es el estar dispuesto a comprometer tu patrimonio para algo tan delicado como el retiro, simplemente como un arma coercitiva contra ti mismo. Especialmente porque, en un plan forzosos a 25 años, hay cientos de razones por las que podrías encontrarte en dificultades para ahorrar durante uno o unos cuantos meses.
Piénsalo, no es simplemente “este mes no ahorré para mi retiro porque me compré unos nuevos tenis”. En 25 años pueden pasar muchas cosas: puedes estar ahorrando agresivamente para un enganche de un departamento o casa y no tener tanto dinero para mandar a tu PPR en ese momento. Podrías renunciar o quedarte sin trabajo y el dinero de tu liquidación o tu fondo de emergencia seguramente sería más útil en mantenerte hasta que encuentres un nuevo trabajo.
Con un seguro de ahorro pierdes toda esa flexibilidad y te generas más estrés, que es justo lo opuesto a lo que buscas cuando ahorras para el retiro.Y si quieres obligarte a ahorrar mes a mes, siempre puedes programar transferencias automáticas desde tu banco al lugar donde ahorras. No solo es más barato, también es más flexible.
Por si fuera poco, las inversiones ligadas a los seguros de ahorro suelen ser ineficientes y con comisiones altas
Por ahí hay algunos planes que te ofrecen algo así como “tasa 90 o 100% CETES” o donde “compras UDIS y las mantienes hasta el momento en que te retires”.
Lo que no te dicen es que si compras un UDIBONO por fuera hoy (octubre de 2024) te podría regresar 4% o 5% de rendimiento extra anual, o que la tasa histórica de CETES no supera ni en 2% a la inflación y es una pésima estrategia tener todo tu dinero para tu retiro invertido en ellos.
En otros planes te ofrecen una inversión un poco más diversificada, pero en fondos con comisiones que oscilan entre 2.5% y 3.5% al año. Es demasiado.
Incluso hay planes donde llegas a pagar casi 5% al año entre comisiones de diverso tipo. Lo peor es que esto ocurre al principio de tus aportaciones, lo cual termina afectando con creces el rendimiento que podrías tener en el futuro.
La recomendación acá es siempre diversificar y siempre leer los términos y condiciones de cualquier producto financiero. En especial este tipo de seguros que suelen tener muchas letras chiquitas y costos escondidos, que muchas veces los asesores suelen ocultar o no saben explicar bien.
¿Te interesa un seguro de ahorro para el retiro por los beneficios fiscales? Existen planes mucho más flexibles que conservan los beneficios
Cualquier Plan Personal de Retiro (PPR) que esté regulado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y autorizado por el SAT bajo el artículo 151 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta te otorga el beneficio fiscal de la deducción de aportaciones.
Acá está la lista más actualizada de instituciones que te pueden ofrecer el plan, Fintual incluida, pero hay más opciones de PPR que no te hacen comprar un seguro y te dan flexibilidad.
Siempre compara.