Con datos históricos en mano, las acciones bursátiles han sido la mejor clase de activo de inversión durante el último siglo.
Si lo pensamos, es muy lógico: invertir en acciones significa poner dinero en empresas que contratan a las mejores mentes disponibles en el mundo para mejorar sus ingresos y ganancias (y una parte va a tu bolsillo).
De hecho es muy probable que tú trabajes, hayas trabajado o trabajarás en alguna de estas compañías.
Sin embargo, como en todo lo bueno, existe un ‘precio’ a pagar para disfrutar de estos rendimientos. En el caso de las acciones, es la volatilidad: a diferencia de otros instrumentos con menores rendimientos, el precio de las acciones sube y baja dependiendo de la oferta y demanda de los mercados.
Dicho esto, la volatilidad no impide que las acciones sean una opción de inversión óptima para horizontes de largo plazo (como en el caso del ahorro para el retiro).
¿Cuánto es ‘largo plazo’? Cada persona tiene su propia perspectiva de lo que considera ‘corto’ o ‘largo’ plazo. Generalmente, una inversión concentrada en renta variable se recomienda para periodos de inversión de 3 años o más.
Lo cual está alineado con los periodos en que los mercados, a pesar de la volatilidad —y por ende, minusvalías— que pueda existir en periodos cortos de tiempo, terminan ofreciendo rendimientos positivos a las y los inversionistas.
El caso del ahorro para el retiro (a través de un Plan Personal de Retiro) es un excelente ejemplo.
Básicamente, si tu horizonte de inversión es hasta los 65 años —la edad requerida por el SAT para capturar los beneficios fiscales de los PPR— y tienes menos de 45 años es un hecho que tienes que tener acciones. No hacerlo es costoso, porque terminas invirtiendo en instrumentos subóptimos con un rendimiento esperado menor, lo cual tiene un impacto fuerte en los ahorros con los que contarás una vez que te retires.
Todavía con 55 años las probabilidades de tener minusvalías después de 10 años siguen siendo muy bajas, más o menos de 2%. Incluso a los 60 años, uno tendría una probabilidad bastante atractiva (9 de cada 10 veces) de ver ganancias cinco años después estando 100% invertido en acciones, aunque probablemente a esa edad ya sea recomendable diversificar un poco más el portafolio en activos que reduzcan el riesgo, como los bonos.
También es clave recalcar que siempre hay noticias que hacen parecer que esta vez “podría ser diferente”. Pero lo cierto es que la tendencia en los mercados es notoriamente positiva a largo plazo.
Conclusión: los mercados tienden a recompensar la paciencia de las y los inversionistas
Si tienes menos de 45 años, cambiar tu estrategia de inversión por ‘ruido’ en los mercados tiene poco sentido. Como mencioné antes, han existido decenas —o cientos— de razones para dejar de invertir y eso no ha impedido que las acciones estadounidenses promedien un retorno cercano al 10% anual (en USD).
Por otro lado, si tienes entre 45 y 60 años, sigues teniendo una probabilidad altísima de ver ganancias en tu inversión una vez que llegues a los 65.
Los portafolios en los que inviertes en Fintual están diversificados entre geografías y sectores de la economía, y buscan estar en línea con el rendimiento de los mercados.
Conforme aumenta tu edad y te acercas a la edad de retiro, rebalancear tu portafolio entre los fondos disponibles y cambiar la composición de acciones y bonos puede hacer sentido, pero sobrerreaccionar a caídas en el mercado suele ser una decisión errónea.
Estas caídas en los mercados están contempladas en las proyecciones que te mostramos al crear tu portafolio para el retiro.
De hecho, continuar invirtiendo en tu plan durante las caídas es clave.
Seguir tu estrategia de inversión y comprar cuando las acciones caen ayuda a reducir el costo promedio de compra de las mismas. Y debido a la tendencia al alza que han tenido los mercados durante los últimos 150 años, esto es benéfico para el rendimiento de largo plazo en tus inversiones.