Bienvenidos al Libro de la Semana, un espacio donde recomendaremos libros para seguir avanzando en lo económico y lo financiero. Este texto está basado en el capítulo de mi podcast Contrapunto. Así que si prefieres escuchar que leer, ponle play.
Esta vez quiero hablarte de un libro que me parece fundamental: Scarcity o Escasez, escrito por Sendhil Mullainathan y Eldar Shafir.
El libro está en inglés (aunque creo que existe una versión en español, no la he encontrado), y tiene unas 230 páginas, así que es bastante digerible. Lo que exploran los autores es cómo distintos tipos de escasez —no solo de dinero, sino también de tiempo, alimento o recursos en general— afectan nuestra mente y nuestro comportamiento.
La idea central es que cuando las personas experimentan escasez, su capacidad cognitiva se ve reducida. Esta disminución de la capacidad mental nos lleva a tomar malas decisiones, que a su vez refuerzan la escasez, generando un ciclo difícil de romper.
No se trata solamente de una escasez física; basta con la idea de que algo es escaso para que nuestras habilidades cognitivas se vean afectadas. Por ejemplo, tener una fecha límite puede ayudarte a concentrarte en el corto plazo, pero en el mediano y largo plazo, la escasez constante tiene efectos negativos.
Aquí aprovecho para recomendar también una película que explora un ángulo interesante sobre las restricciones: Las cinco obstrucciones de Lars von Trier. Es un documental en el que von Trier reta a su mentor, Jørgen Leth, a rehacer una película que hizo años atrás, pero bajo cinco limitaciones distintas —como filmarla en Cuba o convertirla en animación. La idea es ver cómo la creatividad puede florecer bajo restricciones. Aunque el libro Scarcity no se enfoca directamente en esto, es un buen ejemplo de cómo, en ciertos casos, las limitaciones pueden ser útiles.
Volviendo al libro, algunos conceptos clave que desarrolla son el tunneling o “visión de túnel”, donde ante la escasez, nuestro enfoque se limita a la necesidad inmediata y dejamos de pensar en el largo plazo. También se habla de la carga cognitiva, el agotamiento mental que genera la escasez y que reduce nuestra capacidad de rendimiento general.
Uno de los hallazgos más impactantes es que la escasez puede implicar una reducción de hasta 13 puntos de coeficiente intelectual (IQ), lo que nos vuelve más propensos a cometer errores. Además, el libro aborda lo que llama la trampa de la escasez: un ciclo en el que, por ejemplo, una persona endeudada recurre a préstamos caros para salir del paso, empeorando su situación. Lo mismo ocurre con el tiempo: resolvemos tareas urgentes sin hacer ajustes que nos liberen en el mediano plazo.
Lo interesante es que el libro no plantea la escasez como un problema únicamente individual, sino estructural y psicológico. Por eso propone soluciones como diseñar políticas públicas o sistemas que reduzcan la carga mental de quienes enfrentan escasez.
Una idea importante que quiero subrayar es que las personas en situación de pobreza no toman malas decisiones porque sean menos capaces, sino porque la escasez afecta su estado mental y les impide pensar en soluciones a largo plazo.
El libro ha sido recomendado por referentes como Daniel Kahneman, Richard Thaler y Cass Sunstein, entre otros. Autores que han contribuido enormemente al campo del behavioral economics, o economía del comportamiento.
En fin, Scarcity es una lectura que ofrece una forma distinta de pensar sobre la escasez y sus efectos en nuestras decisiones.