Los caminos por los que uno llega a conocer a un artista siempre son un poco aleatorios. Un cuadro que te llamó la atención en un museo puede ser la más común, pero también la portada de un libro o como con la artista de esta semana, un afiche de Wimbledon.

Lo increíble, es que sus pinturas tienen un estilo bastante diferente a este afiche. Y es que Zinkeisen es un ejemplo de cómo el arte –y los artistas en particular– tuvieron que adecuarse a las exigencias del mercado y los pedidos "por fuera" del circuito artístico de museos y galerías.
Zinkeisen nació en Escocia en 1901, y en su adolescencia se fue a estudiar, junto con su hermana Doris, a la Academia Real. Allí recibió sus primeros encargos de entidades privadas, algo que todavía parecía estar "por debajo" de los artistas serios de la época.


Algunos de los trabajos de Zinkeisen para la Wedgood Company, su primer encargo.
Ganó una medalla de plata en la Exposition des Art Decoratifs en Paris el año 1925 por estos diseños. Pero de todas formas prefirió dedicar su carrera a la pintura de retratos y el arte mural.
Y al poco tiempo dio resultado: su segundo encargo importante vino de la mano de la naviera John Brown and Company, para pintar el puente del RMS Queenmary junto a su hermana Doris.


Anna pintando las murallas del barco.
Anna seguía pintando retratos, pero también aceptaba encargos de diseño de posters y portadas de libros.





Los afiches y posters
De aquellos años viene el poster de Wimbledon que te mostrábamos al principio del artículo. En los años 30 Londres se había convertido en un centro mundial de entretenimiento y cultura, y los deportes eran parte central de la oferta. Por eso, si te fijas, varios de los afiches están auspiciados por la empresa del metro de la ciudad, la London Underground Transport, que aprovechaba estos llamativos carteles para explicarle a la gente en qué estación bajarse para asistir al evento.
Pero su carrera de retratista y pintora también tendría su apogeo. Durante la Segunda Guerra Mundial, Anna trabajaría como artista médica en un hospital de Londres. Esto es, además de asistir en lo que se pudiera como enfermera, hacía dibujos y retratos de lo que pasaba en el hospital, con dibujos y pinturas que después servían como evidencia y respaldo en futuras discusiones médicas.
El mundo de la medicina le abriría otras puertas, ya que sus retratos de doctores le permitieron conocer a figuras como Alexander Fleming o el príncipe Felipe.









Enfermeras, doctores, académicos, abogados, arquitectos y ella misma, entre los retratados.
Personalmente, me gustan sus paisajes y escenas donde el talento y el desparpajo del afiche se mezcla con la educación clásica en pintura.




