Si te mueves en un mundo de gente que invierte y que está atenta a cómo se comportan los mercados, tal vez te haya tocado escuchar una frase bien llamativa:
“Hay que invertir en la Bolsa chilena, este año le va ganando al S&P 500”
La segunda parte de esa frase es cierta. La primera es bastante más compleja.
Porque efectivamente durante 2025 las acciones locales se han desacoplado de la dirección de los mercados internacionales. En concreto, los índices de acciones globales han caído en dólares 1,2%, mientras que las acciones chilenas han rentado en torno a 16,8%.
Parece una diferencia significativa.
Esta divergencia se explica por varios factores, y dice un par de cosas sobre la economía chilena, la norteamericana y también el mercado global.
Por un lado, durante este año hemos visto una lenta recuperación de los datos de actividad en China. En particular, el índice CSI 300 de China subió un 2.4% este lunes, impulsado por la promesa de nuevas medidas gubernamentales para estimular el consumo. Y esta recuperación ha traído flujos de inversión a economías emergentes, entre ellas la chilena.
Por eso la chilena no es la única bolsa con buenos rendimientos, también en México y Brasil estamos viendo algo similar. En el caso de Chile, además, la mejora en las perspectivas de China impulsaron el precio del cobre, que naturalmente sirve como un empujón para las acciones locales y el peso chileno.
Pero además Chile ha modificado su percepción interna: poco a poco se van disipando algunos riesgos e incertidumbres que la economía chilena venía acarreando desde hace tiempo. Tal vez el que más llama la atención sea la reforma previsional, donde se logró un acuerdo político bastante amplio y que envía buenas señales. Por ejemplo, el aumento en la cotización obligatoria y la reforma servirán para robustecer el alicaído mercado de capitales local después de los retiros de las AFP.
Buenas noticias, sin dudas. Pero en inversiones hay que tener cuidado antes de irse con la primera moda.
La baja de los índices norteamericanos se debe a varios factores que hemos analizado últimamente, y si bien este 2025 ha sido una sorpresa que pocos esperaban, también es cierto que una mirada a largo plazo nos da bastante perspectiva (e incluso nos enseña cómo podemos convivir con esta volatilidad para sacarle rendimientos).
Pero como te contamos en el Update de Otoño el sábado pasado, hay que saber diferenciar la sensación de crisis producto del bombardeo de noticias al que nos hemos visto enfrentados estos días, con la situación real de la economía de Estados Unidos.
Veamos dos métricas que suelen usarse para estos momentos. Primero el VIX, un índice que se basa en las opciones del S&P 500 para medir volatilidad: podemos ver que todavía está dentro de niveles normales, incluso bastante más abajo que para la Pandemia, e incluso por debajo de algunos momentos de la primera presidencia de Donald Trump.
Comparémoslo con el Índice de incertidumbre comercial, que toma los 10 diarios de mayor tiraje de Estados Unidos y mide el porcentaje de noticias que hablan de incertidumbre comercial.
Entonces, la sensación de incertidumbre es real, pero puede que no sea más que eso: una sensación. Por supuesto que las noticias reflejan algo que está pasando, pero a veces la sobreexposición puede generarnos más ansiedad de la que realmente nos entrega el mercado.
Por eso es tan importante mirar a largo plazo, donde estas fluctuaciones de corto alcance se ponen en perspectiva y puedes notar que, aunque efectivamente 2025 partió complicado, a la larga el mercado siempre sabe sobreponerse.
Por eso esta historia del desacople del IPSA y la bolsa norteamericana es un buen ejemplo para recordar que a largo plazo estas fluctuaciones no son tan significativas. Chile, por un lado, sigue teniendo desafíos estructurales como el déficit del Estado y el bajo crecimiento tendencial. Y por otro, la economía estadounidense sigue mostrando números sólidos y sus empresas lo mismo.
Tal vez vale la pena recordar que, no hace tanto tiempo, una noticia titulaba: “Quince años de rentabilidad perdida: IPSA sube solo 19%, frente a un S&P que crece 634%”.