“Banco prevenido vale por dos”, le dijo el miércoles el Banco Central a los Bancos comerciales. En realidad eso pasó solo en mi imaginación, pero por ahí va la idea.
Resulta que en la reunión de política financiera que se lleva a cabo dos veces al año, el Consejo del Banco Central de Chile acordó implementar una medida en pos de una mayor resiliencia de la economía ante potenciales escenarios de estrés: un aumento del requerimiento de capital que se exige a los bancos. Y la medida hizo mucho ruido.
Qué son los requerimientos de capital
Requerimiento de capital es la cantidad mínima de plata líquida que los bancos deben tener en relación con sus activos. Es un colchón que tiene el propósito de que el banco tenga plata para enfrentar potenciales pérdidas.
Los requerimientos de capital son una especie de seguro. Cuando nosotros compramos algún seguro de auto por ejemplo, lo hacemos para protegernos de imprevistos. Y hay que pagar para tenerlo. En general, los bancos ganan menos plata mientras mayores sean sus requerimientos de capital.
Lo que implementó el Banco Central es un tipo específico de requerimiento de capital: un requerimiento de capital contracíclico (RCC). Es un colchón extra (se añade al requerimiento de capital común de cada banco) y tiene la característica de que se busca que aumente cuando la economía anda bien, y que se reduzca cuando las condiciones no andan tan bien.
Si lo simplificamos, con esta medida lo que está haciendo el Banco Central es decirle a los bancos comerciales “si antes tenías al menos 7% de tus activos (ajustados por su riesgo) en cash, ahora al menos debes tener el 7,5%.”
El RCC es parte de un conjunto de medidas que buscan reducir los riesgos sistémicos del sistema financiero. A estas medidas se les conoce como políticas macroprudenciales. Decenas de países en el mundo tienen esta herramienta, porque es parte de los estándares internacionales Basilea III: directrices internacionales del sector bancario, y que Chile está implementando gradualmente.
En Chile, el RCC puede ir de 0 a 2,5% de los activos ponderados por riesgo de cada institución bancaria. El Central decidió que fuera de 0,5%, y les dio a las instituciones de crédito un plazo de un año para su implementación. Es la primera vez que el Banco Central utiliza esta herramienta, aunque hay que considerar que recién a finales de 2021 la presentó.
Para aumentar su colchón, los bancos pueden levantar capital entre sus accionistas o prestar menos. Sin embargo, según los datos que reporta la CMF, todos los bancos de Chile tienen más capital de lo que se les exige, es decir, son más cautelosos de lo que pide la ley. Es por ello que el cambio, en el corto plazo, no tiene por qué significar que los Bancos vayan a cambiar su estrategia.
A un mayor plazo, la medida podría implicar una contracción marginal en la colocación de créditos, ya que, según la literatura citada en este informe, los bancos intentan mantener esa “holgura regulatoria” más o menos constante.
Al final, como bien dijo la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa: “será decisión de cada institución financiera”.
Como puedes ver en el gráfico, los bancos en Chile ya son lo suficientemente cautelosos, por lo que este requerimiento del Central no afecta tus inversiones.