Se trata de una sola novela, publicada en seis entregas, que cuenta la historia de una de las familias más ricas de Perdido, Alabama: los Caskey. Publicada originalmente en 1983, desde su reedición en 2022 no para de venderse y leerse: primero en Italia, después en Francia y luego en España, desde donde recibimos nosotros la edición de Blackie Books, que allí ya ha vendido más de 700.000 ejemplares y en Chile es distribuida por Random House Mondadori.
La historia es buena, al mismo tiempo intrincada y sencilla: los Caskey son una de las familias más ricas de un pueblo de aserraderos —Perdido, en Alabama— y Blackwater cuenta la historia de todo lo que les sucede a lo largo de unos cincuenta años, después de una gran inundación que arrasó su pueblo en 1919.
¿Por qué fue olvidada?
Nadie se lo explica. Entre su publicación original, en 1983, y su reedición en 2022 por la editorial Valancourt, de Richmond, Virginia, la única manera de encontrar esta saga era en los libros usados, en EE.UU., o en un e-book que alguna vez, en todos esos años, confeccionó una editorial ahora desaparecida, Tough Times Publishing. La otra opción era para millonarios: Centipede Press, otra editorial gringa, hizo en 2014 una edición numerada y muy cara que ahora mismo se encuentra descatalogada.
Cuando esa licencia venció, Valancourt Press, que es una editorial especializada en el rescate de ficción gótica y de horror, decidió comprar sus derechos, es de suponer que sin imaginar lo que se venía: una editorial francesa, Monsieur Toussaint Louverture, les compró la licencia de traducción y contactó al ilustrador Pedro Oyarbide para que creara las preciosas portadas inspiradas en la estética victoriana con las que se vende la saga hoy. Al tiempo habían vendido un millón de ejemplares y hubo semanas en que los seis libros, en simultáneo, estuvieron entre los 10 más vendidos de Francia. Eso llamó la atención de Neri Pozza Edizioni en Italia y de Blackie Books en España, desde donde viene la edición traducida por Carles Andreu que llegó a nosotros a fines de 2024, distribuida por Random House Mondadori, y de la que se han distribuido ya casi 35 mil ejemplares a lo largo del país.
Y, ¿por qué leerla ahora?
1. Es una intriga familiar que te atrapa desde la página 1
Y eso es porque la prosa es ágil y porque pasa de todo y todo el tiempo, una cosa tras otra.
Al estilo de Lo que el viento se llevó, este es un drama familiar del sur de Estados Unidos: en principio los Caskey son una familia moderadamente rica, regentada práctica y emocionalmente por una caprichosa y venenosa matriarca: Mary-Love Caskey. Cuando los conocemos, es ella quien dirige las vidas de su hermano James, su hija Sister y su hijo Oscar hasta que el pueblo se inunda y el tablero queda volteado.
El hecho más importante que se desprende de esa catástrofe es la aparición de una extraña mujer con la que en otras circunstancias no hubieran tenido por qué intimar tanto: Elinor Dammert, quien pasa de ser refugiada temporal en casa de James a casarse con Oscar, con quien luego tiene dos hijas: Miriam y Frances. Otro hecho importante desencadenado por esa inundación es la llegada de un ingeniero para hacer el dique, pues termina casándose con Sister, la hija que Mary-Love jamás pensó que dejaría su alero.
Y luego están los arcos que se arrastran de antes de la inundación, como el matrimonio de James Caskey: James es gay, todo el mundo lo sabe, pero nadie lo dice porque estamos en 1919 y porque él es muy amable y generoso y jamás molesta a nadie, así que no habría por qué importunarlo. James está casado con una mujer, Genevieve, pero ella nunca está con él en Perdido, sino que siempre está en Nashville con su hermana, así que James se encarga completamente solo de su hija Grace. Bueno, completamente solo no: tiene muchas sirvientas negras; hay toda una familia que acompaña a los Caskey activa y participativamente en su ascenso a la riqueza total: los Sapp.
Pero entonces ocurre que Genevieve muere y al tiempo aparece su hermana, que tiene dos hijos y un marido en la cárcel, y al principio todos están mosqueados con la idea de tener que recibirla y ayudarla, menos James, pero… en fin. No voy a contarlo todo: son muchísimos personajes que van y vienen, pero como lector(a) no debes tener miedo: no por nada son 6 volúmenes; Michael McDowell se da el tiempo de contarnos lo más importante de la historia personal de cada uno de ellos hasta que podemos comprenderlos y empatizar con ellos (y no te preocupes por los spoilers, todo esto que te cuento se sabe bastante al principio).
Por supuesto, a medida que la trama avanza hay quienes mueren y hay quienes casan y/o se reproducen, y es así que aparecen nuevos personajes, herederos de las disputas de sus padres, pero con su propia historia, sus propias características psicológicas, motivaciones y ambiciones, lo que hace que la historia avance de manera dinámica y entretenida y nunca deje de ser la misma historia: la de cómo los Caskey se hacen cada vez más ricos.
2. Con un inesperado giro sobrenatural
Por si fuera poco: bajo la superficie de ese drama familiar que ya vale la pena por sí mismo, hay algo único y aterrador que hace de éste una historia especial y que está tan diluido en la otra intriga, que podemos avanzar muchos capítulos olvidando que estamos leyendo una historia sobrenatural, lo que lo hace realmente inesperado cada vez: todo parece normal y de pronto una rendija se abre y algo horrible —a veces ni siquiera horrible, a veces simplemente inquietante— emerge a la superficie y se deja ver, sin explicaciones.
Esto no es ningún spoiler, se sabe desde el principio: Elinor Dammert, la mujer que apareció tras la inundación, parece ser hermosa, encantadora y servicial. Sin embargo, esa belleza y gracia exterior esconden un secreto: cuando se sumerge en las aguas del río Perdido, Elinor se transforma en una criatura aterradora, más anfibia que humana y más sobrenatural que terrenal, de la que no conocemos intenciones, solo el rostro que muestra a todos en Perdido. Esa naturaleza será heredada a una de sus hijas, y ésta a su vez dará a luz a otra mujer anfibia como esa, y a medida que la historia avance sabremos cada vez más respecto de la naturaleza de sus transformaciones y su vida paralela bajo el río, pero diría que nunca lo suficiente como para dejar de ser inquietante.
3. El autor no quiere aburrirte y realmente lo logra
Es verdad que son seis tomos, una historia de 1.500 páginas, pero jamás se hace pesado. La prosa es sencilla y la información nunca sobra. Es como si estuviera escrita por un experto conocedor del arte de contar una historia. Debe ser eso: Michael McDowell era un académico, tenía estudios formales en Literatura en una de las universidades más elitistas del mundo (se doctoró en Harvard). Sin embargo, escribía libros que todo el mundo quisiera y pudiera leer: “Soy un orgulloso escritor comercial. Creo que escribir para la posteridad es un error” dijo alguna vez (en entrevista con Douglas E. Winter para su libro Faces of Fear, de 1985). También escribió el guión original de las películas Beetlejuice y el de El extraño mundo de Jack, dirigidas por Tim Burton, y no hay perfil ni artículo sobre él que no mencione que Stephen King lo llamó “el mejor escritor de ficción pop del país”.
Y King tiene razón al inflarlo: no hay ninguna duda de que Michael McDowell sabe lo que hace. El mundo que creó en Blackwater es atractivo y también coherente; cierra todos los arcos dramáticos que levantó; podemos conocer profundamente a todos sus personajes y estos cambian, para bien o para mal; cada libro termina con su “cliffhanger”, ese final dramático que te deja en suspenso y ansiosa por leer lo que sigue…y además es delicioso leerlo. Cuando todo tiene que ir rápido, Michael McDowell pasa por encima de los hechos veloz como una gacela, pero sin error. Cuando todo tiene que ir lento, no se molesta en pedir permiso: baja el ritmo y se detiene en cada sonido, aroma y destello de luz. Es evidente que Michael McDowell conocía lo que describía: leer una de sus descripciones de un paseo por el campo, bajo el agua o un pantano, te transporta directamente a ese lugar.
Blackwater es una novela que trasciende a las etiquetas de literatura popular, drama familiar o relato sobrenatural: es todas esas cosas juntas y además es buenísima. Y si bien Michael McDowell no era un completo desconocido hasta estas reediciones, e incluso era posible encontrar libros suyos en español, como Los Elementales (publicado en Argentina por La Bestia Equilátera en 2020), podría decirse que hasta ahora era un autor de nicho. Sin embargo, como si fuera un milagro tardío o un suceso sobrenatural de los que ocurren en sus historias, con esta reedición su talento se ha impuesto. La popularidad que trajo su redescubrimiento solo reafirma su calidad: en un mundo con tal oferta de distracciones pasajeras aparte de los libros, películas y series, tanta gente no está prendada de Blackwater porque sea mala, precisamente.
La ríada, El dique, La casa, La guerra, La fortuna y Lluvia son los 6 tomos de esta saga y se encuentran en Chile publicados por Blackie Books y distribuidos por Random House, es decir: en todas las librerías del país.