"Este mensaje parece peligroso."
Un día como cualquier otro, me metí a revisar mi bandeja de gmail y me encontré con este mensaje. Claro, lo típico. Alguien encontró mi correo en alguna base de datos y me está mandando un mensaje que fue marcado como spam.
Mi reacción fue la que, seguramente, tenemos todos: ¿Que me están tratando de vender ahora?
Tampoco es mi culpa, todos hemos recibido spam alguna vez, y por lo general Gmail hace bien el trabajo cuando se trata de detectarlo.
Las reglas que definen si un correo es spam o no, van más o menos así:
- Una oferta que parece muy buena para ser verdadera
- Un llamado a tomar una acción de manera inmediata
- Algún tipo de frase diciendo que no compartas el correo con otras personas
En mi caso, el mensaje que se encontraba en mi buzón cumplía con las 3.
- Fuiste aceptado al AI Startup School de Y Combinator.
- Por favor confirma tu asistencia dentro de las próximas 72 horas en este link.
- Cubriremos los costos de tu pasaje. Por favor no compartas este correo con nadie.
Con las alarmas prendidas y algo desilusionado cerré el correo y lo mandé a la papelera. Pero luego me cayó la teja.
Me acordé del buen Rick Harrison de El Precio de la Fortuna, y luego de investigar en mayor detalle me di cuenta.
El correo era real
Se me había olvidado por completo pero había postulado hace tiempo atrás. La postulación fue extremadamente corta, y tal vez por eso lo había borrado de mi memoria tan fácilmente.
Y Combinator es la aceleradora de empresas más grande del mundo. Todos los años invierten en cientos de empresas prometedoras y por ahí han pasado empresas como Dropbox, AirBnB, Stripe, Coinbase y Reddit. Sam Altman, de OpenAI, fue el presidente desde el 2014 hasta el 2019, y uno de sus fundadores es Paul Graham. Si quieres entender mejor por qué Y Combinator es una de las aceleradoras más importantes del mundo, te recomiendo leer esto que escribió Pedro Pineda, de cuando Fintual fue la primera empresa chilena en entrar al programa.
Este año, como parte de sus esfuerzos por aumentar la cantidad de empresas a invertir, abrieron la primera edición de su AI Startup School. Un evento que seleccionó a mano a 2500 estudiantes de pregrado y postgrado en computación de todo el mundo, para convocarlos a dos días de charlas, eventos y networking en el corazón de San Francisco, Silicon Valley. Y lo mejor de todo, los charlistas: una combinación perfecta entre experiencia de industria e investigación.
La conferencia
Siempre me ha costado levantarme temprano. Pero el primer día del evento me resultó extremadamente fácil. Estaba emocionado. Eran las 6 de la mañana. Me había despertado 30 minutos antes de mi alarma. Las puertas abrían a las 8, pero se nos avisó a los asistentes que llegáramos temprano porque habría mucha fila para entrar.
El evento se realizó en el icónico Pier 48, donde hasta hace algunos años se hacía el Tech Crunch, el icónico evento donde varias empresas presentan ante inversionistas para recibir financiamiento.
Sam Altman: cómo contratar en startups
El evento comenzó con un fireside (una conversación informal entre varias personas) entre Sam Altman, CEO de OpenAI y previamente miembro del directorio de Y Combinator y Garry Tan, el presidente actual. En su charla Altman habló sobre algunas de las actualizaciones que se vienen en la empresa y la resiliencia que hay que tener como fundador. Una de las cosas más llamativas de las que habló fue su política de contratación en startups: para innovar él priorizaría contratar a "diamantes en bruto" por sobre personas con años de experiencia y renombre en la industria.
Fei Fei Lee: World Models
Habló sobre su experiencia como dueña de una lavandería durante sus años universitarios para financiar sus estudios, y sobre cómo llegó a ser pionera en su área (visión por computador), que hoy es bastante popular pero que en su momento no eran muchos los interesados.
También habló sobre el trabajo que está realizando en la actualidad para desarrollar lo que ella llama World Models, modelos de IA generativa que crean mundos virtuales en 3D a partir de imágenes y que consideran las propiedades físicas y espaciales de los objetos. Son ideales para usar en videojuegos, simuladores y cine (algo similar a esto es lo que está haciendo Runway, la empresa fundada por dos chilenos que genera videos a partir de textos)
Papelón
Terminando el evento ambos días, empresas aceleradas por YC abrieron sus sedes para recibir a los asistentes Estos eventos son conocidos como “Afterparties”: te inscribías en el que más te interesaba y estando ahí podías seguir conversando con otros asistentes, comer algo y explorar un poco más la ciudad.
En mi caso fuí al evento de Instacart (que es como la variante norteamericana de Cornershop), que se encontraba a 40 minutos del evento principal. Aproveché esta oportunidad para caminar un poco después de haber estado sentado buena parte del día y conocer un poco la ciudad. La mayoría de las personas se tomaban ubers para llegar rápido, pero cuando empecé a caminar me topé con una persona que venía del evento e iba en mi misma dirección. Por lo general no soy tan extrovertido, pero dado que veníamos del mismo evento y me esperaban buenos kilómetros de caminata, decidí acercarme y presentarme.
Él andaba con una bolsa del evento y se veía de mi edad, así que asumí que venía a lo mismo que yo, y que seguramente nos toparíamos en el evento de Instacart que era el único que quedaba en esa dirección. Después de cruzar las primeras palabras noté rápidamente su timidez. Me dijo que se llamaba François y que era de Francia.
Debo confesar que entre tantas conversaciones con otros asistentes y partners durante el horario de almuerzo del primer día, terminé faltando a la charla de François Chollet, fundador de Ndea Labs y creador de Keras, una librería de inteligencia artificial utilizada ampliamente en la industria en productos como el self-driving de Tesla, proyectos de NASA, o prácticamente cualquier aplicación que implemente deep learning. Ya se pueden imaginar a donde voy con esta acotación...
Estuve hablando por más de 40 minutos con uno de los charlistas principales del evento sin tener idea de quién era. Normalmente no contaría este tipo de historia públicamente, pero creo que el intercambio fue tan divertido e indefendible que debo hacerlo. Lo único que voy a decir al respecto es que François también me lo hizo muy difícil porque siempre contestaba a mis preguntas más personales de manera muy abstracta.
Tampoco ayudaba que en la página del evento los charlistas estuvieran con una foto en estilo Studio Ghibli.
A lo largo de nuestra caminata fuimos conversando sobre el evento y a qué se dedicaba cada uno. Y no, no logré darme cuenta de quién era cuando me contaba qué hacía: me dijo muy modestamente que era un ingeniero en una startup muy poco conocida. Recuerdo que en un momento nos cruzamos con un Waymo. Una especie de auto futurista que se maneja autónomamente por las calles en San Francisco y recoge a pasajeros mediante una app.
¿Qué te parece? Me preguntó. Sin pensarlo mucho le respondí que si bien resultaba interesante, me parecía menos impresionante que empresas como Comma AI o Tesla, que también manejan con cierto grado de autonomía pero con muchos menos (o ningún) sensor, solo cámaras. Por supuesto que me vengo a enterar que grán parte del trabajo de François en su librería es ampliamente utilizado por Waymo y otras de estas empresas que discutimos.
Mirando hacia atrás y recordando mi conversación, François me hizo "pisar el palito" varias veces con este tipo de preguntas, y yo sin conocimiento de con quién me encontraba conversando debo haber respondido cualquier aberración. Algo que destaco mucho de mi conversación con él es que nunca me hizo sentir como que estaba preguntando algo poco inteligente y que consideraba todos mis puntos sin ofenderse, los cuales muchas veces atacaban directamente una parte de su área de trabajo.
Al terminar nuestra caminata François me reveló que estaba medio cansado y que desde un principio tenía pensado no asistir al evento al que nos estábamos dirigiendo, y que se devolvería a su hotel que estaba cerca de la zona. Me despedí de él y le deseé un buen retorno a Francia. Me olvidé del tema.

"Hice una fila larguísima después de la charla de François para conversar con él, pero no pude", me dijo mi roommate con total decepción cuando nos reencontramos más tarde. Hasta ese momento, yo seguía sin darme cuenta de lo que había ocurrido. Entonces me acerqué a él, que estaba mirando las fotos que había tomado durante la charla, y me detuve en seco al ver que la persona con la que estuve conversando durante mi caminata aparecía de pie en el escenario, en una de las fotos que había sacado mi roommate.
Me debatí por un par de segundos sin contarle mi papelón. Igual, decidí enviarle un correo a François “disculpándome”.
Me pasé un buen tiempo pensando qué y cómo escribirle. Terminé enviando lo siguiente:
Un par de horas después recibí la siguiente respuesta de su parte:
Muchas gracias a Y Combinator por la invitación y a Shinkansen por hacer mi viaje posible.