Rondando los treinta, diría que en la mayoría de las salidas con amigas se habla de hijos. Están las que sienten que nacieron para ser mamás (o ya lo son), las que no tienen ningún interés, las que no están tan claras o, lamentablemente, las que tienen algún problema de fertilidad. Lo fome es que de este último grupo se habla poco; la verdad, complica contar si llevas meses en campaña y no pasa nada o si descubriste que te va a costar a futuro cuando intentes concebir.
Somos Diana (34) y Sara (31) y estamos en este último grupo. Aunque ninguna es médico, te contamos desde lo personal cómo fue sobrellevar este diagnóstico. (Si quieres seguir algún tratamiento, debes ver a un especialista).
El inicio
Sara
Me sonó el celular un martes a las 10 de la mañana, era mi compañera de trabajo diciendo que no se sentía capaz de subir a la oficina. Cuando bajé, la vi atacada en llanto, le acababan de avisar que había tenido una pérdida . Yo ni siquiera sabía que ella estaba en embarazo. Me contó que era su segunda pérdida y según el diagnóstico, necesitaba una donante de óvulo si quería ser mamá.
Su historia me impactó y, aunque terminó bien, me quedé con la idea de donar óvulos.
Diana
Varias amigas, Sara entre ellas, ya habían congelado óvulos. Yo no tenía intenciones de hacerlo todavía; el tratamiento cuesta harta plata y no estaba dentro de mis prioridades. Pero sabía que estaba en mi lista mental de temas de los que tenía que hacerme cargo eventualmente, como de hacerle mantención al termo del departamento o leer la pila de libros que compré hace tiempo.
Solo mis amigas que ya habían congelado y otra que ya es mamá de dos, me apuraban con el tema del examen. No pierdes nada, me decían. Quizás ni siquiera tienes que apurarte, pero mejor sácate el cacho de encima. Yo, partiendo un trabajo nuevo y lejos de querer ser mamá pronto, no le puse mucha atención. Pero un día, llevada por un impulso, pedí hora a una ginecóloga cualquiera para pedirle el examen de la antimülleriana.
Los exámenes
La famosa antimulleriana es una hormona presente en los folículos ováricos que están en desarrollo.
Piensa en «folículos ováricos» como pequeñas bolsas que están dentro de los ovarios y contienen un óvulo inmaduro; en esta bolsita, el óvulo madura hasta que está listo para ser liberado en el proceso de ovulación. Cada folículo libera la hormona antimülleriana, por lo que la medición de la cantidad de esta hormona en la sangre da indicios de cuántos folículos y, en consecuencia, cuántos óvulos inmaduros desarrollándose quedan en los ovarios. Más de esta hormona indica que la reserva ovárica es alta; menos indica que quedan poquitos. Pero ojo, solo indica la cantidad de reserva, no la calidad de los óvulos disponibles.
Sara
Empecé a investigar en diferentes clínicas y siempre lo primero que me pedían era hacerme un examen de la hormona antimulleriana. Al inicio, me salió bastante baja pero el doctor me dijo que no me preocupara porque los anticonceptivos podrían afectar. Decidí dejar de planificar para tomar el examen de nuevo pero la hormona siguió baja y fue cuando mi ginecóloga me hizo un recuento de mi reserva ovárica.
Me preguntó cuándo planeaba ser mamá. Yo, a mis 29 y sin pareja casi me reí en su cara porque no tenía idea. Probablemente su intención no era asustarme pero su recomendación sí lo hizo: congela óvulos ahora, no para donar si no para ti.
Diana
Tomé mi orden médica y fui a hacerme el examen. No requiere estar en ayuno ni ninguna otra consideración especial. Primera sorpresa: cuesta unas 70 lucas y no te lo reembolsa la Isapre. Esperé el día o dos que demora en estar el resultado y me aparece:
Como todo el mundo, me fui a los valores de referencia y quedé 😵. ¿Cómo con 34 años estaba en el 11,5% más bajo del rango? Directo a ChatGPT: interpreta el resultado y dime qué hacer. “Consulta un médico”, me decía el muy maldito. Ya, pero no tengo un médico cerca, ¿soy infértil? qué hago. Y entré en un espiral de búsquedas en Google, probé con otras IAs a ver si se mojaban el potito un poco más y WhatsApp a varias amigas para comparar resultados. Una me dio el correo del médico que la atendió y le escribí un correo contando mi situación y adjuntando el examen. Por supuesto, me dijo que fuera a su consulta a verlo y lo habláramos con calma.
La preparación
Sara
Ya decidida a congelar, empecé el proceso siendo más consciente de mi alimentación y ejercicio. Estaba confiada de que saldría bien y en unos diez días tendría muchos óvulos congelados y podría desentenderme del tema. Esa había sido la experiencia de mis amigas que lo habían hecho así que estaba tranquila.
Llegué a la cita acompañada de una larga lista de preguntas, en especial quería saber qué podía hacer de mi lado para mejorar el tratamiento, pero el doctor se limitó a decirme que hiciera mi vida normal y que el tratamiento empezaría con mi siguiente regla. En el entremedio, me hicieron varios exámenes de sangre para ver que todo estuviera bien.
Diana
Una semana después estaba sentada en la consulta del doctor, con Sara y otra amiga de soporte emocional al lado mío. El doctor se rió harto con nuestra pseudo rutina de bromas para distender y ambas preguntaron todo lo que yo olvidé de los nervios. A esa primera cita recomiendo ir con amigas. Probablemente, ya les planteaste todas tus dudas en audios de WhatsApp, cafés y otras conversas. Si vas sola, de los nervios puedes dejar muchas preguntas en el tintero que solo te acordarás en el camino de vuelta a tu casa. Larga vida a las amigas 💞
Me hizo una ecografía durante esa misma consulta para ver cuántos folículos aparecían y, como salieron pocos, el plan de acción fue preparar a mi cuerpo por 2 meses con pastillas de estimulación hormonal y una crema de testosterona para que los óvulos respondan mejor a esa estimulación. Lo más exótico fue la crema de testosterona, porque además de ser una hormona que no me esperaba en el proceso, la forma de usarla era bien curiosa: clavícula, antebrazos y entrepierna de manera alternada (clavícula derecha en la mañana, clavícula izquierda en la tarde, día siguiente con los antebrazos, y así). Tenía un cuaderno al lado de mi cama para acordarme. La gracia de las pastillas y de la crema es aumentar los folículos maduros; en ningún caso aumentar la cantidad de óvulos (porque eso no se puede).
Volví dos meses después a una nueva ecografía: pasé a 8 óvulos. El doctor estaba feliz, pero me pidió que esperáramos un mes más para tratar de aumentar el conteo de óvulos despiertos. Siguiente mes, unos 11. Empezamos el tratamiento de verdad.
Los hechos
- La edad óptima para congelar es entre los 24 y 35 años. Después de los 35, la reserva cae un montón. Entre los 35 y 40, todavía se puede congelar, pero la tasa de éxito podría disminuir.
- Si estás tomando pastillas anticonceptivas, el examen de la antimulleriana se verá afectado (por eso no es “el dato” de la verdad absoluta). No podrás hacer el tratamiento tomando pastillas, y necesitas cortarlas y esperar que el cuerpo las elimine del sistema lo más posible.
- Si el conteo es bajo, actúa rápido y anda al doctor. Aunque no es el único factor de infertilidad, es un buen indicador para al menos reaccionar y consultar a un especialista.
- Cuando pidas hora al ginecólogo especialista, trata de ir en un día que estés menstruando. Así podrá ver realmente cuántos folículos “se despertaron”. Si no, tendrás que volver para esa ecografía.
- Cuando el conteo es bajo y tu médico cree que hay indicios de baja fertilidad, tienes dos alternativas:
- Si no quieres ser mamá ahora: congela óvulos.
- Si quieres ser mamá ahora puedes hacer distintos tratamientos o incluso hacer fertilización in vitro.
- Cualquier alternativa que elijas, el doctor te pedirá cuidar tu alimentación, tomar poco y hacer deporte moderado (al menos, al principio). Como dijo Sara, tienes que preparar tu cuerpo como si quisieras ser mamá.
El tratamiento para congelar
El tratamiento para congelar óvulos dura unos 10 días.
El día que partes, te pasan varias jeringas y medicamentos que tendrás que inyectarte en tu casa; ese día te pasan lo suficiente para pincharte 6 días seguidos y te explican el proceso: dónde pinchar y cómo rellenar las jeringas. Te pinchas una vez al día, siempre en el mismo horario (con un intervalo de 30 minutos máximo) y además tienes que tomar una pastilla. Vuelves a los seis días a la clínica, te hacen una nueva ecografía y te dan más medicamentos. Los medicamentos son para que los óvulos crezcan, ojalá todos parejitos. Vuelves después de esa nueva dosis y te dicen si tienes que seguir pinchando o si ya estás lista para la extracción. Lo importante: siempre tienen que verte 48 horas antes de la extracción, entonces en mi última revisión con el doctor, agendó para dos días después la extracción, con un último pinchazo 36 horas antes de esta.
Sara
A la segunda cita luego de empezar con las inyecciones el doctor me advirtió que no se habían “despertado” tantos folículos. No entendía, estábamos haciendo todo bien, no? Lo que no me habían aclarado o tal vez yo no había querido escuchar como una posibilidad real, es que el proceso podría no salir bien. Te dicen que para asegurar un embarazo, necesitan al menos 8 óvulos congelados, eso significa que de congelar menos, la probabilidad de que quedes embarazada con este método, es menor.
Pero si algo he aprendido es que ningún médico te dirá estadísticas exactas, hay muchas variables. Así como mi amiga de la historia del inicio tuvo su primer hijo gracias a una donante, su segundo llegó de manera natural y todavía los médicos no se lo explican.
Diana
Los pinchazos no me dolieron mucho, pero al quinto día ya la guata la tienes resentida; además, a varias les da mucho nervio pincharse sola. Vuelvo al consejo de las amigas: si te da mucho nervio, consigue a alguien disponible para pincharte durante esos días. Yo pude hacerlo sola y me sentía en una escena de Breaking Bad, pero si te da mucho miedo, intenta no agregar más estrés al proceso y pide ayuda.
La extracción
El día de la extracción es todo muy rápido: llegas en ayuno, te pasan a una camilla en una salita de espera a la que puedes entrar con un acompañante. Estás unos 30 minutos esperando mientras van a preguntarte lo típico: alergias, experiencia con cirugías pasadas, etc. Trata de ir con alguien que te conozca harto por si se te llega a olvidar avisar algo importante. Conoces al doctor que te va a sacar los óvulos, que no necesariamente es el mismo que te ha acompañado en las visitas anteriores porque funcionan con turnos para la extracción, y te pasan (sola) a la sala de cirugía. Te ponen anestesia total y en una hora, estás despertando en la misma salita de espera que estuviste antes. Te dan algo para comer y un juguito, y en unos 30 minutos estás fuera. Tienes que pasar el día en reposo, suele dar mucho sueño.
Más hechos
- No puedes hacer deporte desde el día 5 de pinchazos hasta dos semanas después de la extracción. La explicación del doctor fue: estás creciendo pelotas dentro de tu cuerpo inusualmente grandes (los medicamentos inflan los ovarios como pancitos). Un movimiento brusco y se te pueden mover dentro, hacer que el ovario completo se voltee o la trompa se tuerza y empiece a ahogar todo lo que hay dentro del ovario.
- La cantidad de días de pinchazos son referenciales. Conozco mujeres que necesitaron menos y más días, e incluso algunas tuvieron que pincharse post extracción porque los ovarios no podían volver solos al tamaño original.
- Hay mujeres que se sienten mal/muy hinchadas, sobre todo acercándose al final del proceso. Si los óvulos crecen mucho, puedes sentirte como si estuvieses embarazada.
- Considera que no necesariamente te congelan todos los óvulos que viste en la última ecografía. No te sacan todos los que están despiertos ni congelan todos los que sacaron (si es que alguno no está lo suficientemente maduro).
Sara
Seguí el proceso y al terminar, el doctor me recomendó hacerlo de nuevo.
Otra vez doce días de inyecciones. Otra vez empezar a ahorrar.
En este punto no quiero desanimar a alguien a congelar óvulos, pero sí mostrar la otra cara que no siempre te venden en la clínica de fertilidad: es un proceso que puede ser duro y que puede no funcionar. No siempre se entiende de fuera, se puede ver como un tratamiento que se hace desde un lugar de privilegio, pero al final, creo si el deseo de ser mamá está ahí, fuerte, vale la pena. Por eso, yo decidí repetirlo siete meses después.
Decidí cambiar de clínica y doctor, estaba mucho más nerviosa pero a la vez esperanzada. Le exigí una lista de todas las vitaminas que pudieran aumentar mi probabilidad y, junto con la testosterona que mencionaba Diana antes, me preparé por tres meses.
Este segundo tratamiento lo hice como si fuera una inversión financiera: "esto me saldrá carísimo ahora pero la rentabilidad puede ser enorme". Al final, el resultado no fue mejor, pero me sirvió para decirme: listo, ya hice todo lo que estaba en mis manos.
Diana
Logré congelar 12 óvulos, suficiente para lograr un embarazo estadístico. Me di por pagada y no quise pensar en un nuevo proceso. Pasé el primer proceso difícil, pero sé que podría tener que prepararme para un segundo proceso difícil: llegar a concebir.
Cuánto cuesta congelar óvulos
Sobre platas. Ambas hicimos el tratamiento (al menos el segundo de Sara) en la misma clínica. Las pastillas iniciales y la crema salieron más o menos $300.000. Luego, cada vez que te recetan medicamentos (cuando el doctor decide que debes partir el tratamiento, a los 6 días y 4 días después) tienes que pagarlos inmediatamente; en total salieron $1.725.000. Cuando agendas la extracción en la última consulta, debes pagar el pabellón y los honorarios médicos, que salen unos $1.800.000, y la congelación de los óvulos, que sale $300.000. En total, unos $4.200.000.
El costo de mantención cambia. Hay clínicas que te dan “un año de gracia” y de ahí debes empezar a pagar como un arriendo por mantenerlos. En otros casos, el precio para congelar los óvulos dura hasta que cumplas 40 años. También varía lo que pasa si decides no usarlos. En ambos casos nos dieron la opción de desecharlos o de donarlos, pero hay otros lugares donde exigen donarlos.
Sara
Para ambos tratamientos comencé a ahorrar en Fintual unos seis meses antes. Al final del segundo tratamiento, reuní todos los comprobantes de las citas y los cobros y fui directamente a la isapre con una carta de la clínica que mostraba mi diagnóstico (baja reserva ovárica). Esperé dos meses y me contestaron, para mi sorpresa, el reembolso fue de casi un 60%, fue un alivio entre todo.
Diana
Yo pagué todo con tarjeta de crédito a 12 cuotas. Habría agradecido haber planeado esto mejor y tener un objetivo (en Fintual 😏) para poder pagar de ahí y no tener que pagar el interés del banco. Mi Isapre solo me reembolsó las consultas del doctor y ahora tendré que ir con la carpeta que me dio la clínica presencialmente a ver si logro que me reembolsen algo más.
Lo que sigue
Cuando quiera ser mamá, tendré la opción de intentar natural o, después de un tiempo, hacer fertilización in vitro. Ahí lo que hacen es tomar los óvulos congelados, fecundarlos e implantarlos en tu cuerpo esperando que se afirmen y sean un feto viable, ¡por eso hablan de mínimo 8 congelados para lograr un embarazo!. Según el doctor, lo que más le ha tocado ver es que sus pacientes tienen el primer hijo a la natural y los óvulos congelados los usan para un segundo o tercero.
Si haces fertilización in vitro, puedes tener a un dador (tu pareja o alguien más) o acudir a bancos de esperma para fecundarlos con donaciones. Las clínicas que hacen estos tratamientos tienen alianzas con distintos bancos y hasta tienen catálogos para mostrarte a los potenciales papás, en los que puedes elegir desde el color de ojos hasta el nivel académico. Ni Tinder se atrevió a tanto, si casi se lo comen cuando permitió filtrar por altura. Y si te suena más o menos conocido esto de la donación de esperma, quizás es porque viste pasar esta miniserie en Netflix, en la que se narra la historia de un músico neerlandés que donó esperma y tiene más de (supuestamente) 1.000 hijos alrededor del mundo.
Ninguna de nosotras ha llegado hasta ese punto aún. Si tienes alguna experiencia que quieras contar, ¡escribe a cartas@fintual.com para leerte! Y si estás en el proceso de congelar o pensando hacerlo, ánimo. No es un proceso fácil; de hecho, varias clínicas tienen sesiones psicológicas individuales y grupales gratuitas. Como leí por ahí: la infertilidad no define tu valor, pero sí puede desafiar cada parte de tu identidad. 💓