Como ya sabes (espero), hace un par de semanas anunciamos nuestro servicio para poder comprar y vender acciones e ETFs en Estados Unidos sin comisión (si no lo sabías acá te explicamos todo).
Con este servicio, puedes complementar tus inversiones en Fintual con acciones que te representen (activos sustentables, alguna empresa que te gusta mucho, etc.) o buscar inversiones que te parezcan más rentables.
Como hemos dicho muchas veces, Fintual aspira a construir buenos portafolios: simples, económicos y robustos; pensando en un plazo y riesgo definido. El propósito de Fintual no es sacar la última gota de rentabilidad de cada peso, porque eso puede llevar a tomar riesgos demasiado altos, al menos para la mayoría.
Y, si bien hoy puedes escoger tu acción/ETF de una selección de más de mil activos líquidos y populares (más de eso después), no incluimos absolutamente todo lo que potencialmente se pudiese transar.
¿Por qué no incluir todo?
La paradoja de la elección
Todos hemos pasado por esto: necesitas comprar algo en el supermercado (una pasta de dientes, un vino, etc.), y pese a que la decisión debiese ser simple, llegas a pasillos interminables con muchas opciones y marcas. Se hace imposible poder revisar profundamente cada alternativa y terminas frustrado comprando algo sin un gran argumento y con la duda si escogiste bien (algo parecido me pasa tratando de encontrar algo que ver en Netflix).

A este fenómeno se le conoce como la paradoja de la elección u Overchoice, y tiende a hacer más difícil la toma de decisiones, conducirnos a un peor resultado y predisponernos a evitar tomar decisiones similares en el futuro (conocido como fatiga de decisión).
En los mercados sucede algo similar. La gran mayoría de la actividad que sucede en la bolsa se concentra enormemente en un grupo pequeño de activos que se llevan una proporción gigante del volumen transado, notas de prensa y estudios de analistas. Por ejemplo, las 100 acciones más activas del mercado norteamericano representan más del 47% del total transado, y las 1000 más grandes representan sobre el 91% (calculado sobre el índice Russell 3000). Más aún, es muy difícil encontrar cobertura en términos de estudios y análisis profesional más allá de las 500-1000 acciones más grandes.
Ofrecer una cantidad gigantesca de activos hace poco sentido. Por ésto decidimos apuntar a un número grande de activos que representen la diversidad presente en el mercado (actualmente en torno a mil), pero evitando ahogar al inversionista en un mar de decisiones cuyo aporte es marginal.
Además, no solamente el que un activo tenga un gran volumen o transe mucho significa que sea un buen candidato para el largo plazo. Y, si bien no deseamos vetar activos por mera opinión nuestra, existen tipos de activos que difícilmente tienen lugar en un portafolio para el largo plazo, por lo cual no los estamos incluyendo en el universo de Fintual Acciones:
ETFs Apalancados
¿Qué es mejor que una hamburguesa? obvio: una hamburguesa doble (o mejor, una triple).
Esta mentalidad de “más es mejor” también existe en el mercado y, durante los últimos años, han aparecido fondos que ofrecen entregar rentabilidades equivalentes al doble o triple de varios índices populares, es decir, son ETFs “apalancados”.
El concepto de apalancamiento (o leverage en inglés) es fundamental en las finanzas contemporáneas, y significa el tomar deuda mediante un préstamo o derivados para invertir en el mercado un monto mayor a mi capital, aumentando mi retorno esperado.
El otro lado de la moneda de estas estrategias es que el apalancamiento financiero también aumenta el riesgo de manera proporcional. Por ejemplo, si “apalanco” mi portafolio 2X y los activos caen 50%, mi portafolio apalancado perdería el 100% (me quedo con nada). Por esta razón un activo apalancado (más aún que invierte en acciones) corre el riesgo real de perder todo el patrimonio.
Adicionalmente, los ETFs apalancados generan el apalancamiento de manera “implícita” mediante derivados, por lo que solo son capaces de producir el retorno deseado en períodos cortos de tiempo (horas o días), mientras que en el largo plazo los altos costos de replicación eliminan el exceso de retorno. De hecho, en los mismos prospectos de estos fondos se definen como vehículos de inversión de corto plazo.
Veamos por ejemplo uno de los ETFs apalancados más populares:el TQQQ (Proshares UltraPro Long QQQ), que busca un retorno de 3X sobre el Nasdaq.
Al comparar su retorno acumulado con el ETF estándar del Nasdaq (QQQ) vemos que, desde su inicio el 2018, el ETF apalancado no supera el retorno del fondo original, y de hecho termina rentando menos (13.08% anualizado) pese a que el Nasdaq tuvo un muy buen periodo de rentabilidad (13.63% anualizado).
Sin embargo, pese al pobre retorno comparado, su riesgo efectivamente fue el triple que el ETF normal (2.96 para ser exactos). Es decir, obtener el mismo retorno de largo plazo, pero asumiendo el triple del riesgo.
ETFs Cortos
Irse corto contra el mercado significa generar una estrategia que se beneficia cuando el mercado cae. La forma más simple de entenderlo es con la conocida “venta corta”, donde pides prestado una acción para venderla hoy y esperas reponerla en el futuro a un precio menor al actual, para así generar una utilidad. En el mundo de los ETFs existen alternativas que replican este tipo de estrategias usando derivados y buscan rentar a la inversa del retorno de un índice.
El argumento contra estos activos es simple: en el largo plazo la evidencia histórica y todo análisis económico concluye que los mercados tienden a subir. Decir lo contrario sería proponer que la productividad global está en un declive estructural, algo que no hace sentido ante el constante avance tecnológico post industrialización. De esta manera, un ETF inverso o “corto” no hace sentido en un portafolio de largo plazo.
Activos Ilíquidos
Otro elemento muy negativo para las inversiones de largo plazo son los costos de transacción.
Si bien Fintual Acciones no cobra comisión (ni en las acciones ni en el tipo de cambio), para transar en el mercado siempre hay un costo asociado a la compraventa que se estima usualmente como el Bid/Ask Spread (Bid Ask de compraventa). Este costo es mayor en activos ilíquidos, por el simple hecho de que, si quieres vender y no hay quien te compre, probablemente tengas que aceptar un precio muy bajo para lograr la transacción.
Por ejemplo, en el gráfico vemos el spread de compraventa promedio para 1,500 acciones aleatorias del mercado norteamericano. Aquellas acciones con un volumen promedio transado menor de 1 millón de dólares tienen un spread promedio de 1.66%, es decir, si cambiaras tu portafolio 1 vez al año, estaría reduciendo al menos 1.66% de tu rentabilidad anual, lo cual es muchísimo si piensas que el retorno promedio anual del mercado accionario global está en torno a 8%.
Adicionalmente, la liquidez presenta un riesgo, ya que en situaciones de estrés (crisis, recesiones, etc.) el mercado sale en masa a tratar de vender sus posiciones, empeorando los costos de operación e incluso haciendo imposible liquidar tu posición, lo cual es muy poco probable en activos de mayor liquidez.
Como se ve en el gráfico, estos costos se vuelven relativamente pequeños y estables en acciones que transan por sobre los 10 millones de dólares diarios. Es por eso que evitamos ofrecer en Fintual acciones y activos bajo este nivel de liquidez.
En conclusión, queremos que puedas construir el portafolio de tus sueños, que complemente tus inversiones y te ayude a cumplir tus objetivos, y para eso hay activos que difícilmente te van a ayudar y por eso los estamos dejando fuera. Si aún así encuentras que hay alguna acción o ETF que nos falte, puedes llenar este formulario y felices lo vamos a evaluar para agregarlo a Fintual Acciones.