Una de las series más premiadas, vistas y comentadas de los últimos años vuelve con tercera temporada y, aunque el primer instinto es querer consumirla inmediatamente, es inevitable que empiecen la dudas sobre si sigue justificándose su existencia.
La primera temporada de la serie de HBO fue un éxito inesperado. La segunda, la consolidación de un hit, más grande y más divertida. La tercera, que está estrenando sus capítulos cada domingo, se va más lejos, amplía su presupuesto, agranda su elenco y alarga su duración. Todo para abarcar nuevos temas dentro un molde conocido. Y entretenernos cuando ya dejó de ser novedad.
La fórmula White Lotus, intacta y reconocible
Empieza con patrones familiares: una locación exótica, naturaleza expandiéndose por la pantalla, olas que rompen en el mar. Un cuerpo flota en el agua. No sabremos quién asesinó ni quién fue asesinado. Una semana antes, un bote con tres grupos de gringos ricos y vibrantes celebran que sus vacaciones están a punto de empezar.
Y desde allí, nos dedicamos a conocer a los personajes que Mike White usará para contarnos lo que sea que tenga preparado este año. En este caso son:
-Un grupo de tres amigas de mediana edad (no quieren ser llamadas “viejas amigas”) que decidieron viajar juntas en una falsa celebración de su relación pero obviamente se odian.
-Una familia del sur de EE.UU. –padre con problemas legales, madre adicta a las pastillas– cuya triada de hijos se relaciona de forma quizás demasiado… cercana.
-Una pareja con harta diferencia de edad que tampoco parece soportarse tanto, él está atormentado escondiendo algo y ella solo le está poniendo onda al viaje.
Son todos blancos, ricos y están absortos en sus propios problemas, y la sátira consistirá en contrastar su realidad con la de los tailandeses del staff y quienes tengan menos privilegios. Este staff tiene más personajes y parece tener más predominancia que en las temporadas pasadas, además de contar con un importante personaje recurrente: Belinda, que vuela de la primera temporada como si esto fuera un AllStars a aprender técnicas de sanación.
Y este primer capítulo también reafirma la forma de narrar que ha hecho que la serie sea exitosa.
En temporadas anteriores, costaba ver desde el principio hacia dónde irían los personajes. Recién cuando concluían los capítulos, los arcos dramáticos se dilucidaban y se mostraban como algo sencillo, claro. En Hawai, Jennifer Coolidge se tentaba con ayudar a abrir el negocio de una terapeuta para luego abandonarla. En Sicilia, una prostituta engañaba a un hombre para quedarse con su dinero. Son tramas que en otra serie podrían durar un capítulo, pero Mike White las estira a lo largo de varios. Así, la historia pasa a un plano más subliminal mientras nos concentramos en el ahora, minuto a minuto.
Si un personaje va al baño, lo seguimos. si una pareja desayuna, ahí estamos. Cada capítulo es un día y tenemos tal cercanía con los personajes que podemos empezar a fijarnos en gestos, reconocer titubeos y miradas detrás de conversaciones aparentemente banales sobre contingencia y sus relaciones personales.
Quizás de ahí viene el morbo o el éxito que genera su abanico de personajes distintos. Y ahí de nuevo se hace clave la experiencia de White como participante de Survivor o su afición por los reality shows. ¿Qué es The White Lotus, sino un reality elegante? ¿Una excusa para tirar a un montón de gente bella en un lugar exótico y ver cómo se destruyen entre ellos?
Confía en el proceso
En este primer capítulo, la serie presenta con eficacia a más de 15 personajes, y lo hace de forma económica y eficiente, delineándolos bien como para dejarnos haciéndonos preguntas pero sin poder sacarles el rollo todavía.
The White Lotus siempre ha sido una experiencia acumulativa, como una película larga o una serie que podríamos consumir en un binge, pero que estamos obligados a disfrutar digiriendo semana a semana, aunque al principio nos quedemos con gusto a poco.
Las críticas gringas que ya pudieron ver la mayoría de la temporada están de acuerdo en que empieza lento pero aseguran que se va juntando tensión hacía llegar al caos, y afirman que está al nivel de sus predecesoras.
Y habrá que seguir viendo para descubrir quién es el muerto, aquel gancho efectista que salva a la serie de ser solo un estudio de personajes, y menos accesible por ello. Pero hay que persistir especialmente para entender qué es lo que trama Mike White más allá de la sátira que nos ha contado dos veces ya.
Si la primera vez se hizo un comentario sobre el colonialismo y la irresponsabilidad de los turistas ricos al ocupar espacios ajenos, en la segunda se analizaba el poder transaccional del sexo. Y antes de que terminara la temporada anterior, White ya había advertido que la tercera temporada se trataría de la muerte, la religión y la espiritualidad orientales.
Eso se intuye pero no se ve aún. Y puede ser interesante ver cómo una serie tan occidental como esta, que tiene como foco las limitaciones de la clase dominante de un país ultracapitalista, se adapta a un sistema de creencias budista y la filosofía que eso puede aportarle a su mirada. O cómo llega a chocar con su ideología.
Seguir viendo nos dará a entender si hay combustible en esta máquina o si fue solo una buena idea de pandemia que ya se está estirando. Si es que HBO tiene algo más que comentar sobre el poder, la clase y el extractivismo, o si The White Lotus será solo nuestra teleserie anual, un recordatorio de que los ricos son superfluos, pero que va vaciándose año a año de contenido mientras nos deslumbra con nuevos elencos y paisajes exóticos.
Puntos aparte
- La música del opening, nuevamente, está a cargo del chileno Cristóbal Tapia de Veer. Pero este año, para decepción de los fans, se deshizo de las voces que habían hecho de la última algo que la gente terminó bailando hasta en la disco.
- El hotel donde se grabó esta temporada es, al igual que en las anteriores, el Four Seasons. El de Tailandia es un complejo de 17 hectáreas con residencias privadas donde el promedio por noche está alrededor de los 1800 dólares.
- La actriz Parker Posey (símbolo indie de los ‘90 y 2000) que hace de la matriarca de la familia Ratliff se refirió a sus personajes como monos. En la tradición budista, el proverbio de los tres monos sabios aconsejaba “no ver el mal, no escuchar el mal, no hablar el mal".
- Uno de los elementos más anticipados era el debut actoral de Lisa de BLACKPINK, la popular banda de K-Pop. Es una de las cantantes más populares del mundo, y tanto la crítica como el elenco ha elogiado su trama y actuación.
- Este csm ha vuelto y ojalá que lo haya hecho para morir.
- Los capítulos se estrenan cada domingo por la noche en Max y esta temporada tendrá 8 episodios, más que las anteriores (que tuvieron 6 y 7 respectivamente).
Nota de riesgo: al apegarse tanto a la plantilla de las temporadas anteriores, tenemos que ir con la nota de conservadora.