Los arquitectos vuelven a estar de moda gracias a una de las películas más llamativas y aclamadas del último tiempo: un largometraje tan largo que incluso trae de vueltas los viejos entreactos –ese pequeño descanso a mitad de la película para relajar un poco los ojos y el ambiente–. Se trata de The Brutalist, un peliculón de tres horas y media, protagonizado por Adrien Brody (que ganó el Oscar a mejor actor por este papel) y que trata sobre un arquitecto húngaro que, escapando de la Segunda Guerra Mundial, llega a Estados Unidos para vivir el "sueño americano", aunque obviamente le sale bastante más difícil de lo que esperaba.
Cuenta su director que para inspirarse, contactó a un historiador para encontrar ejemplos de arquitectos de la Bauhaus que se hubiesen trasladado a Estados Unidos por culpa de la guerra. Pero no había ninguno, extrañamente. Así que decidió crear él la historia.
Peculiar declaración, ya que el brutalismo no es exactamente lo mismo que la escuela arquitectónica de la Bauhaus, aunque sí comparten un origen común: ambos movimientos rechazaban los estilos históricos y la ornamentación del pasado. Buscaban crear una nueva estética para la era moderna.
Mientras la Bauhaus hacía hincapié en la funcionalidad y la simplicidad, el brutalismo se centraba en la expresión y las materias primas. Tal vez a nuestros ojos se parezcan, y tiene sentido, ya que tienen muchos puntos de contacto. Por ejemplo, en los materiales que usaban: acero, concreto y mucho vidrio, algo que tal vez fuese impensado a finales del siglo XIX.


Bauhaus: de izquierda a derecha: La casa Bauhaus, La casa-concha en Berlín y la casa del fundador del movimiento, Gropius House.
Por eso tampoco es tan extraño que la investigación del director de The Brutalist haya partido por ahí. Aunque claro, ejemplos de arquitectos brutalistas en Estados Unidos también habían.


Brutalismo: de izquierda a derecha: Habitat 67 en Montreal, la Biblioteca Roberts en Toronto
Y esta tendencia también llegó a México, era que no. Los años posteriores a la Revolución Mexicana fueron pasto fértil para muchos arquitectos exiliados de Europa.



Algunos edificios inspirados en la escuela Bauhaus que puedes ver en México. Izquierda: Manzana completa entre Félix Cuevas, Av. Coyoacán, Parroquia y Adolfo Prieto, Del Valle; Centro: Planta Bacardí; derecha: Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.
Pero la Bauhaus era mucho más que un programa arquitectónico (aunque su nombre venga de Bau, "construcción", y Haus, "casa"). Su fundador Walter Gropius era un arquitecto alemán que buscaba un estilo artístico donde "la forma siguiera a la función", algo así como "primero veamos para qué va a servir, y ahí decidamos cómo se tiene que ver".
Tal vez uno de los resultados más conocidos de la Bauhaus es la Silla Wassily, que muchos creyeron tomó su nombre del pintor Wassily Kandinsky –quien era profesor en la Bauhaus por esos años–. Aunque la verdad es que fue una confusión provocada por un diseñador italiano que re-editó la silla años más tarde, y que creyó que pintor y silla tenían un origen común.



Obras de Wassily Kandinsky y Silla Wassily, que en realidad no tenían nada que ver salvo el origen común en la Bauhaus.
Kandisnky debe ser el nombre más reconocido de la Escuela Bauhaus. Se lo considera como uno de los pioneros de la pintura abstracta, aunque como en casi todos los pintores abstractos, sus comienzos fueron figurativos.



Obras de Kandinsky antes de lanzarse al mundo de lo abstracto
Aunque claro, tampoco es que se haya caracterizado por un realismo a toda prueba. Se veían ya ciertas tendencias que prefigurarían sus años posteriores, y los cuadros que lo harían famoso. Cuadros que por cierto pintó en Francia, después de que los Nazis cerraran la Bauhaus en Alemania, y de haber emigrado de su Rusia natal durante la Primera Guerra Mundial.
Un pequeño viaje por los estilos arquitectónicos y artísticos que marcaron el periodo de posguerra, y de los que todavía podemos extraer su influencia en los edificios emblemáticos que nos rodean.
O en las películas de tres horas y media que tratan sobre ellos.
Lo mejor de haber elegido este estilo o movimiento fue que podíamos replicarlos en varios formatos o disciplinas diferentes: pintura, diseño, arquitectura, etc.
