Uno de los primeros conceptos que te cruzas al comenzar a invertir es el rendimiento: cuánto terminas obteniendo al realizar una inversión.
Suena fácil, pero la cosa se complica cuando te enteras que no hay un solo tipo de retorno. Existen dos principales: el retorno nominal y el real.
Empecemos por el más fácil: el rendimiento nominal.
Los rendimientos nominales son los que normalmente se muestran en un producto financiero. Casi siempre las noticias muestran rendimientos nominales:
Si inviertes en un instrumento de renta fija, como un bono gubernamental, es la tasa prometida en el plazo acordado: si tu lo compras por $10 y en un año te devuelve $11, el rendimiento nominal es 10%. Sencillo.
En el caso de la renta variable, el retorno nominal es el rendimiento que tuviste después de invertir durante un cierto tiempo: la diferencia porcentual entre el precio al que compraste y el precio al que vendiste, más los dividendos de tu inversión: compras una acción por $25 y en un año su precio es $28 y te dio un dividendo de $2, el rendimiento nominal fue de $30/$25 - 1 = 20%.
Pero la realidad es que en un año, independientemente de la rentabilidad nominal que hayas ganado, los precios de todas las cosas también suben, por la inflación. Si hace 20 años podías comprar un refresco a $5, hoy probablemente cueste $15; esos $5 de antes no valen lo mismo que hoy.
Es aquí donde entra el rendimiento real.
Los rendimientos reales, a diferencia de los nominales, sí consideran la inflación que hubo mientras invertiste tu dinero: si al rendimiento nominal de tu inversión le quitas la inflación que hubo durante el mismo periodo, obtendrás lo que verdaderamente tu dinero creció en valor.
Entonces, hace más sentido enfocarse en rendimientos reales esperados, no en los nominales.
Cuando tú inviertes, ya sea en fondos de inversión, propiedades o en un negocio, lo que te debe interesar es que suba el valor poder adquisitivo de tu dinero: los bienes y servicios que puedes comprar.
Siguiendo esa lógica, te conviene analizar y priorizar tus inversiones por su rendimiento real porque es el mejor indicador de lo que estás generando por tus ahorros.
Un ejemplo rápido con los CETES
Mucha gente piensa en CETES como una buena inversión: poco riesgo, retorno seguro.
Puede que estén en lo correcto, pensando en periodos cortos de tiempo, pero no a largo plazo: el índice S&P/BMV Government CETES Bond Index, que sigue el rendimiento de los CETES, muestra un crecimiento anualizado de 5.5% durante los últimos 10 años.
A primera vista, un rendimiento de 5.5% no suena mal.
¿Pero cuánto ha perdido valor tu dinero por la inflación? Un 4.6% cada año, en promedio. Entonces, el rendimiento real de haber invertido en CETES durante los últimos 10 años fue de 5.5% - 4.6% = 0.9%. Poquito.
Si haces los cálculos con la famosa regla del 72, duplicarías el valor real de tu dinero hasta dentro de 80 años. No suena atractivo tener que esperar ocho décadas para duplicar el valor de patrimonio.
Por eso es importante que conozcas esta diferencia entre los rendimientos nominales y reales: te permitirá comparar de mejor forma el rendimiento de las distintas alternativas y tomar una mejor decisión sobre en qué instrumentos poner tus ahorros.