El 2025 arrasa y sigue cobrando vidas de celebridades después de David Lynch, Gene Hackman, Val Kilmer y Robert Redford. Solo que esta vez duele distinto.
Cuando pensamos en Diane Keaton siempre la imaginamos sonriendo. Con qué rol la asociemos depende mucho de la generación a la que pertenezcamos, pero elementos constantes son su energía hiperquinética, una risa contagiosa y un sentido de la moda particular.
Su muerte a los 79 años sorprendió porque la actriz se veía bien en sus apariciones públicas recientes. Pero, aunque no se confirmó una causa de muerte, los reportes señalan que su salud se deterioró rápidamente. Los medios que empezaron a cubrir su muerte atinaron dudaron poco en llamarla “leyenda”.
Diane Keaton será recordada por muchas cosas: como actriz de comedia y drama, novia de algunos de los hombres más famosos, ícono de la moda, fotógrafa, escritora, directora de un videoclip de una canción que seguro conoces y una de las personas más modestas de Hollywood.
Los papeles más icónicos de Diane Keaton
Diane Keaton se consideraba limitada como actriz pero con “una personalidad”, y siempre aclaraba que fue cuestión de suerte que se convirtiera en una estrella. Era tímida, pero necesitaba expresarse y empezó como actriz en la obra Hair en Broadway, antes de hacer una rápida transición a las películas.
No se demoró nada en ser famosa, aceptando un papel como la única mujer entre un mar de hombres en una de las películas más importantes de la historia. Su rol en el padrino es pequeño pero crucial, y el final de la primera película terminamos empatizando con ella.
Y luego, obviamente, está su colaborador más importante, aunque no guste hablar de él hoy en día. Diane conoció a Woody Allen haciendo teatro, y terminaron haciendo ocho películas juntos. El director dijo en una carta tras la muerte de la actriz que se enamoró de ella desde el primer minuto. Fueron pareja y, después de terminar, se mantuvieron como amigos por 45 años.

Y de su colaboración salió su papel más icónico. Annie Hall fue una de las películas más exitosas del director, una comedia sincera sobre gente incómoda enamorándose y lo doloroso de las relaciones. La película era ingeniosa, pero por sobre todo era una oda a Diane Keaton, que llevó su personalidad y vestuario al personaje y creó un ícono.
Durante los 70 y 80 tuvo mucho reconocimiento, sobresaliendo también en dramas con temáticas complejas, como la desintegración de un matrimonio en Shoot the moon, la soledad y peligro del mundo de las citas en Looking for Mr Goodbar o el impacto de la revolución comunista en Rusia en la épica de Warren Beatty Reds.
Luego terminó pasándole lo que a muchas actrices les pasaba en esa época después de los 40: los buenos papeles empezaron a desaparecer. Diane Keaton se refugió en la comedia y siguió trabajando simplemente porque es lo que más le gustaba hacer.
Aún así, encontró un par de éxitos inesperados. El padre de la novia, El club de las divorciadas y, su último gran reconocimiento, Alguien tiene que ceder, una comedia romántica sobre enamorarse a los 55.
En los principios de los 2000 todavía la comedia romántica era un género importante, pero poco se hablaba del romance y el sexo llegando a la tercera edad.
Esa película fue importante porque permitió que existieran cintas del género “gente mayor lo pasa bien”, en el que la misma Keaton se encontró varias veces en su última década de trabajo, juntándose con otras actrices mayores para películas como Book Club, que nunca iban a ser apreciadas por la crítica pero tenían su público y cumplían un rol importante en visibilizar a un segmento olvidado de la población.
Icono de la moda, fotógrafa, escritora, diseñadora y directora
¡Trivia! A pesar de ser conocida como actriz, Diane Keaton hizo de todo.
Se convirtió en un ícono de la moda por su particular forma de vestirse, que adoptaba ropa vintage y oversize de hombre para cubrirse casi por completo. Usó sus propias prendas –corbatas, sombreros– como vestuario en Annie Hall, lo que inició una especie de revolución de la moda en el Nueva York de la época.

Incursionó en la fotografía e incluso publicó un libro con sus fotos. La revista Rolling Stone le pidió una serie y Keaton decidió infiltrarse en lobbies de hoteles vacíos del país para mostrar imágenes inquietantes que muchas veces pasan desapercibidas.



Reservations, el libro de fotografías de Keaton
También fue directora, con un documental sobre el más allá donde exploraba la idea del cielo (era católica cuando niña) e incluso dirigió un capítulo de Twin Peaks.

Y, como si fuera poco, el videoclip de Heaven is a place on earth de Belinda Carlisle.
Compraba casas para rediseñarlas y luego venderlas, solo porque le entretenía redecorar. Vendió una por más de 8 millones de dólares a Ryan Murphy y escribió un libro sobre cómo aprendió sobre diseño de interiores gracias a Pinterest.
Escribió en total cuatro libros, uno de ellos una memoria que cruzó con los diarios de vida de su madre fallecida como forma de reconciliarse con ella y entenderla.
Nunca se casó, aunque habló de que tuvo relaciones extraordinarias pero temporales. Además de Woody Allen, tuvo un romance con Warren Beatty y una relación con Al Pacino que terminó cuando él no se quiso casar con ella, aunque luego la llamó “el amor de su vida”. Siguió soltera y adoptó dos hijos cuando tenía más de 50, afirmando que la maternidad la cambió para siempre.
Conmemoraciones de otros artistas resaltan su modestia
Hollywood no se demoró en rendir tributo a la actriz. Francis Ford Coppola destacó su inteligencia y talento, asegurando que apenas la vio la quiso en El Padrino.
Viola Davis solo atinó a decir “No!! No!! NO!!”, antes de mencionar cómo redefinió lo que significa ser mujer.
Reese Witherspoon comenta cómo fue ser casteada y dirigida por Keaton cuando era niña en Una flor salvaje, uno de sus primeros roles.
Reese Witherspoon emotionally pays tribute to Diane Keaton while on stage at her #ShineAway event in L.A. pic.twitter.com/MFwAFna3pU
— The Hollywood Reporter (@THR) October 11, 2025
Jane Fonda la recordó “constantemente riéndose de sus propias debilidades” y ese sentimiento se repitió cuando Candice Bergen, colega en Book Club, la llamó “modesta y excéntrica”.
Bette Midler, de El club de las divorciadas, remarcó que “no tenía malicia, ni nada de la competitividad que uno esperaría de una estrella así. Lo que veías era lo que era”.
El American Film Institute la conmemoró por su carrera en 2017 y allí Meryl Streep repitió la sensación. “Para ser una de las mujeres más cubiertas, se muestra muy desnuda”, bromeó.
Finalmente, lo más icónico de Diane Keaton es que se permitía ser ella misma, con sus torpezas, neurosis y excentricidades. Actuaba en las películas que le gustaban, no podía evitar enamorarse de sus compañeros, se vestía como quería y tuvo un montón de profesiones variopintas.
Por eso será recordada como una persona realmente original. Alguien que era diferente pero estaba cómoda siéndolo. Como dijo Octavia Spencer en su tributo, “gracias por recordarnos que la autenticidad nunca pasa de moda”
