Al job hopping (algo como saltar de pega en pega) lo reemplazó una nueva tendencia laboral: el job hugging, que no es precisamente el trabajo soñado de regalonear a cachorros pandas ni mucho menos andar repartiendo amor a los colegas en la oficina, sino aferrarse al trabajo.
Con los vaivenes de la economía y el encarecimiento de la vida, a la hora de evaluar un trabajo, un sueldo razonable ha retomado relevancia por sobre otros aspectos que hasta hace un tiempo tenían una mayor ponderación.
La falta de espacios para desarrollar la creatividad, no conectar con la cultura de la empresa o que se acabe la leche de almendras en el coffee bar, ya no son razones suficientes para buscar “nuevos horizontes”.
Pero en la jerarquía de necesidades hay algo que se mantiene en el podio: el baño. Según una encuesta, el 83% de empleados Gen Z han sentido ansiedad por ir al baño de la pega. La incomodidad de compartir baño es algo que los supera al punto de querer renunciar.
Parece que es imposible lidiar con ese gran ahorro de material que hace que la puerta del baño no llegue hasta el piso, exhibiendo el poco glamoroso “acordeón”. Quizás el problema es que en la Gen Z no reconocen el valor de compartir esos momentos de intimidad incómoda con los colegas: team bonding a la antigua.

Conocimiento financiero
Los hermosos mercados de Jackson Hole
por Priscila Robledo, economista jefe de Fintual
Cuenta la leyenda que en los años 80, los líderes de la Fed de Kansas City descubrieron que la mejor manera de asegurar que el presidente de la Fed Paul Volcker aceptara la invitación, era ubicar el evento en un lugar con buena pesca con mosca.
Así empezó la tradición de Jackson Hole, donde este año, la Fed volvió a tener un objetivo simétrico de inflación. En 2020 Powell anunció que la Fed buscaría una inflación promedio del 2% en el tiempo, no solo 2% puntual, algo que cambió este año.
¿Pero por qué eso alegró a los mercados?

Opinión
Usted no lo haga. Consejos para una entrevista laboral
por Sara Vásquez, psicóloga
En los casi cinco años que llevo en Fintual he hecho más de cuatrocientas entrevistas. Perdí totalmente la cuenta de cuántas hemos tenido porque, a la fecha, han postulado más de 14.000 personas.
Pero en cada proceso nuevo veo errores parecidos a las primeras entrevistas que me tocó hacer. Así que decidí hacer una radiografía de una buena entrevista, no solo con una lista de tips (que sí hay) sino con pedazos de situaciones que he visto. Con eso armé tres historias ficticias: Ana, Jose y Carlos.

Sobremesa
😯 ¿Nos sorprende? No realmente: según un estudio publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences, los LLMs tienen prejuicios con respecto a los humanos, ya que prefieren contenido generado por otras AIs antes que uno creado por humanos. Pretends to be shocked.
🎛️ El DJ que todos llevamos dentro: como cuando estuvo de moda hacer beatbox y todos intentábamos imitar ese scratch de vinilos soplando dos dedos, ahora Spotify le permite a sus usuarios premium customizar las transiciones entre canciones con sonidos y efectos propios de Armin Van Buuren.
👓 Lentes (demasiado) inteligentes: Meta resolvió el primer problema de los lentes inteligentes, y ya no te ves ridículo usándolos. Aunque ahora tienen un nuevo problema: dos estudiantes de Harvard lograron que sus smart glasses reconocieran a cualquier persona en la calle con tan solo mirarla, y te pasan toda su información.

Ciencia
El paper de Turing que ilustra el problema de los mocks
por Felipe Cortés, ingeniero
Pocos lo saben, pero después de su condena por gross indecency, Alan Turing se alejó de la computación teórica y empezó a investigar sobre biología computacional. Solo alcanzó a publicar un paper, en el que pretende resolver un problema no menos ambicioso que su trabajo en computación: modelar matemáticamente el desarrollo del embrión.
En la introducción de ese paper –además de ser una genialidad de redacción– hay algunas sutilezas que se aplican muy bien al estado de la computación moderna y a la ingeniería de software.

Cine y series
El año en que la IA se apoderó del cine
por Iñaki Goldaracena, cineasta
Se supone que nos refugiamos en el arte para vernos reflejados, entender nuestro paso por este mundo y, así, a nosotros mismos como humanos. ¿Podríamos cederle ese poder a los robots? Porque eso es lo que estamos haciendo.
Los últimos años la IA se ha ido inmiscuyendo en todas las industrias, y uno de sus involucramientos más polémicos ha sido en el cine.
Guiones ya han sido firmados por ChatGPT, películas han metido IA sin que nos demos cuenta y los directores que conocemos están lidiando de distintas maneras con esta tecnología.
