Si le preguntas a un químico “¿qué es el oro?” te va a responder que es un elemento (Au) muy resistente a la corrosión y oxidación. Si le preguntas a una persona no técnica, probablemente conteste que es un metal precioso. Y yo, en mi papel de economista que es parte de un equipo de inversiones, te diré que es un activo, o commodity, altamente líquido, que no representa la deuda de nadie, no tiene riesgo crediticio y es escaso, lo que le permite preservar su valor con el tiempo.
El oro tiene demanda tanto para consumo (uso en joyería o tecnología) como para inversión (reservas de los bancos centrales en el mundo).

Tiene dinámicas interesantes: la oferta de oro es limitada por la cantidad del metal que hay en la tierra y la posibilidad y rapidez con la que se puede extraer o reciclar.
Y la demanda tiene dos componentes que se contraponen: uno procíclico y otro contracíclico.
Durante periodos de expansión económica y crecimiento de ingresos, la gente compra más joyería y hay más producción tecnológica, entonces sube la demanda. Esto es procíclico. Pero también, durante crisis o incertidumbre, inversionistas y bancos centrales aumentan sus posiciones en oro como protección, lo cual le da características contracíclicas o defensivas. Estás dinámicas hacen que no siempre sea sencillo explicar su comportamiento.
De todas maneras, la relación del oro con otros activos es atractiva para muchos inversionistas.
El oro como amortiguador
Durante shocks o crisis importantes en que los activos de mayor riesgo caen de forma pronunciada, el oro suele tener rendimientos positivos.

En otras palabras, el oro suele actuar como estabilizador de volatilidad; una especie de refugio. Pero es importante aclarar que no en todos los periodos de caídas en las acciones el oro tiene retornos positivos. Esta correlación negativa se da especialmente en momentos de alta incertidumbre, como los shocks globales en que nadie tiene idea de lo que podría pasar, los denominados cisnes negros.

Otro aspecto atractivo del oro es que es altamente líquido. Por ejemplo, en 2024 tuvo volúmenes de operación de 227 mil millones de dólares diarios. Si tienes oro y lo quieres vender, no vas a batallar. Por su característica de ser escaso, el oro ha mostrado rendimientos atractivos a lo largo de los años, y desde el 2000 ha tenido un desempeño relativamente bueno, con una rentabilidad promedio de alrededor del 10% anual en dólares. Como contexto, el S&P 500 rentó un 8,7% anual durante el mismo período.
Un último punto es que, al igual que otros commodities, a algunos inversionistas les gusta usar el oro como protección (o “hedge”) contra la alta inflación. El oro puede actuar como protección porque es un activo físico escaso que no puede ser "impreso" como el dinero. Cuando los gobiernos aumentan la cantidad de dinero en circulación (como ocurrió con los estímulos económicos durante la pandemia), el oro tiende a mantener o aumentar su valor mientras que el dinero se devalúa. Aunque, de nuevo, la relación entre inflación y precio del oro no es perfecta ni constante.
El rally reciente
El oro lleva un par de décadas de buenos retornos, pero este año ha tenido un desempeño excepcional, con rendimientos cercanos al 50%, muy por sobre su promedio histórico.

Se puso de moda en parte por la preocupación de que la deuda de los países, especialmente la de Estados Unidos, ha crecido mucho y lo seguirá haciendo. Además, las noticias políticas recientes en Estados Unidos, y en especial la presión del gobierno a que la Fed baje sus tasas, incrementa la incertidumbre sobre el escenario económico futuro, lo cual, como ya vimos, suele aumentar el precio del oro.
¿Monedita de oro?
No exageremos. Aunque el oro tiene características interesantes, en el largo plazo su rentabilidad no es superior comparada con otras alternativas de inversión.
Una de las principales desventajas del oro es que no genera ingresos regulares como sí lo hacen las acciones, por ejemplo, que rentan porque las empresas crecen y producen ganancias por medio de dividendos.
A modo de comparación, desde 1975 el oro ha rentado cerca de 6% anual en promedio, mientras que el S&P 500 ha rentado cerca de 12%.
Entonces, si bien tener todas tus inversiones en oro probablemente no es la mejor idea, incluir oro en tus inversiones sí puede hacer sentido para generar retornos con buena diversificación y liquidez.
¿Cómo invertir en oro?
Hay formas más prácticas y menos peligrosas que comprar lingotes. Si estás invertido en Risky Norris, ya tienes esta exposición, porque el fondo tiene cerca de 7% de su portafolio invertido en activos que siguen al oro.Y para quienes quieren personalizar su estrategia, puede ser a través de ETFs que siguen el precio del oro (GLD, GLDM) o invierten en oro físico (SGOL, IAU, IAUM). Todos disponibles en Fintual Acciones.