¿Cuándo fue la última vez que viste Orgullo y Prejuicio? La adaptación del 2005 de la novela de Jane Austen se ha convertido en un clásico y es quizás la versión definitiva que se ha llevado a la pantalla.
Yo nunca la había visto, pensaba que sería romanticona, ñoña, y algo de la época en que salió me recordaba a posts de tumblr de gente dándose demasiado color. No quería ponerlo en estos términos, pero se podría decir que tenía un… prejuicio (🥁)
Pero ahora, debido a su aniversario número 20, la película se ha reestrenado en salas de cine así como lo hicieron Titanic, El Padrino y otros clásicos, y está vendiendo entradas no solo a millennials nostálgicos que acuden disfrazados, sino también a escépticos que se habían negado a ser parte del fenómeno.
Pero hay una razón por la que Jane Austen sigue vigente más de 200 años después de sus publicaciones. Y verla me hizo entender por qué es tan bien recordada, incluso empatizar con la persona que, según Netflix reveló, vio en su plataforma la película 278 veces en un año (fue una chilena).

¿Cómo es ver Orgullo y Prejuicio hoy?
Para hacerla corta: es una película encantadora. Yo tenía claro sus temas, personajes, incluso algunas líneas, escenas y todo lo relativo a la mano de Mr Darcy (hablaremos de eso más adelante), pero no pensé que iba a lograr dejarme llevar.
A veces, irse a la segura es simplemente poner una película que a todo el mundo le gusta. Si Volver al futuro marcó generaciones, Cuando Harry Conoció a Sally hace que la gente aún se enamore y giros como los de Incendios siguen dejando a la gente con la boca abierta, por algo será. Y si veinte años después la gente sigue romantizando las aventuras bucólicas de Elizabeth Bennett, yo no iba a estar por encima de eso.
Todo ocurre a finales del 1700, cuando la mayor preocupación de una familia es poder casar a sus cinco hijas. No es que no tengan dinero, pero la propiedad de su padre anciano no podrá ser heredada por ninguna de ellas, así que todo lo que pueden hacer es buscar un hombre para asegurar su futuro. La madre de las Bennett está obsesionada con esto y algunas de sus hijas están de acuerdo. Pero la más desinteresada es, obviamente, nuestra protagonista: Keira Knightley, aquí con menos de veinte años y haciéndonos sentir viejos.
La película no está tan interesada en criticar el modelo de la época, sino que lo asume como una tragedia inevitable. El problema de Lizzie (Knightley) es que es quizás demasiado inteligente e inconformista como para encontrar un esposo que le agrade. En la peli, al menos dos hombres le proponen matrimonio y ella los rechaza, y esa voluntad es la que la hace una protagonista digna de seguir y que seguramente hizo que la obra trascendiera en el tiempo.
“¡Es una película feminista!” justificó la chilena que rompió uno de los récords de Netflix al ver la película casi 300 veces en un año. Como ella bien decía, Orgullo y Prejuicio tiene más que ver con la búsqueda de Elizabeth de su propia identidad y después la de un marido.

Pero lo que nos importa aquí son los dos atributos del título de la obra, el orgullo y el prejuicio. Porque aunque entendemos que Lizzie y Mr Darcy (nada más y nada menos que Tom Wambsgans) terminarán juntos, lo frustrante y lo que nos hace gritar a la pantalla “¡comuníquense de una vez y bésense!” es que son demasiado obstinados como para hacerlo.
Dicen que el título original de la novela era Primeras impresiones, pero que después del éxito de Sensatez y Sentimiento, se volvió a buscar en la aliteración algo que atrajera a la gente. Y aunque es también un buen nombre, pensar en la historia desde las impresiones formadas sobre otra persona, especialmente para esa época, nos ayuda a entender la imposibilidad de ese romance.
Y todo está tan bien dirigido que me da rabia no haber confiado antes en Joe Wright. El director de Expiación, Hanna, e incluso el capítulo de los likes de instagram de Black Mirror debutaba aquí en la pantalla grande y se puede ver en sus composiciones, su montaje, sus planos secuencia y su sentido del humor, cómo elevó esta adaptación más allá de la manera más estándar que podría haberse usado para contar esta historia.
En 2005, era la segunda vez que se llevaba esta historia a la pantalla grande, pero la primera versión había sido en 1940 así que ni siquiera servía de referencia. Wright vio la Sensatez y Sentimiento de Ang Lee de los 90, y Lejos del mundanal ruido para inspirarse, y hoy afirma sorprenderse del impacto que tuvo su película. “En esa época no había internet, no había memes y era difícil imaginar que alguien vería mi película en Estados Unidos. Ahora veo todo."


Citas de la película que se convierten en emblemas generacionales y tortas de cumpleaños
Y todo esto sin mencionar la mano de Mr Darcy, un leitmotiv de la película, imagen usada para transmitir la conexión entre él y Elizabeth. Al ayudarla a subir a un carruaje, la toca por primera vez y, aunque no hablan, él aprieta la mano como sintiendo la corriente de haber hecho contacto con ella.
Yo había escuchado de este momento en un video de análisis sobre el female gaze, es el comentario con más likes de la película en letterboxd y el video de la escena en Youtube tiene más de 200.000 visitas. Pero es uno de los ejemplos de la atención a los detalles que tiene esta película, y por qué fue tan exitosa.
Y es que está hecha con mucho cariño. Es una producción hollywoodense que no se toma tan en serio ni se olvida de que hay que pasarlo bien. Es desvergonzadamente romántica, pero es sincera y de alguna forma sus temas siguen vigentes.
Lo que tiene los diálogos de Jane Austen es que son ingeniosos, y aquí retrata la relación entre dos personas inteligentes que están constantemente intentando pillarse. Y da gusto ver esas réplicas, esas miradas entre dos personas que no son como los demás, pero que igualmente tienen los mismos o más problemas que el resto para ser felices.
Pero al mismo tiempo sabes que todo saldrá bien. Es un espacio seguro y una película que no debería ponerse en duda. Así que los escépticos a verla y los fans a volver a verla, que es de esas que se pueden ver muchas veces y hay que aprovechar que está en los cines.