Cada vez que entro a LinkedIn me deprimo un poco. Todos revolucionando el mundo, usando IA para cambiar nuestras vidas, o empezando una nueva startup que usa IA para que llueva menos.
De repente me encuentro con diseñadores, como yo, que están usando Lovable para lanzar proyectos personales. Parecía posible hacer todas esas ideas que tenemos en la cabeza pero nunca hacemos.
Siempre me pregunto “¿con qué tiempo?” Seguro son freelancers o gente famosa y tienen tiempo para todo.
Yo no encontraba la energía en mi 9 to 5 para eso, pero algo en mí quería intentarlo. No sabía cómo pero tenía ganas de sentir ese momento de brillantez del que todos hablan.
Quería entender por fin ese “Designers who don't use AI everyday will go obsolete and probably die alone with their unwatered plants”. Lo exageré, pero se entiende.
Así que una semana decidí probarlo. De lleno. Sin ninguna meta en específico. Sólo quería usar Lovable para lanzar algo. Lo que sea. Pero… ¿qué?
Una app de recomendaciones
El 80% de los libros que leo me los recomendó alguien. El 60% de las películas que veo y me gustan, también.
Los números me los inventé, pero el punto es cierto. Varias de mis películas favoritas las vi porque alguien me las contó, igual el disco de Blood Orange que escuché toda la semana.
Recomendar es un comportamiento muy común. Siempre hablamos de esa serie que acabamos en un solo domingo o esa aspiradora que nos hizo dejar de pelear con nuestra pareja.
Pero las apps de recomendaciones suelen ser feas. De plano. Goodreads es de las apps más útiles y feas que uso.
Quise hacer algo de ese estilo. Simulando esa recomendación que haces en persona con tanta emoción. No sé si es una gran idea, pero no importa. Al fin y al cabo también es por diversión.
Así nació Anotado. Una app para que las personas puedan recomendar lo que sea.
Pero quería que tuviera algo más, ya saben, ese factor que hace que una app sea especial. Y pensé en limitar las recomendaciones.
Cuando alguien te recomienda 10 cosas el mismo día, probablemente no pesques ni una. Pero si ese amigo que te conoce demasiado viene y te recomienda 1 libro, seguro que sí te importa.
Así que decidí dar 1 recomendación al mes. Casi fue 1 al año, pero fui generoso. Lo importante es que sea una recomendación valiosa y personal. Algo que en verdad te haya gustado y no cualquier cosa. Porque además, la única cosa que recomiendes te puede hacer ver inteligente, culto, o con buen gusto musical.
Gran idea, pensé. Ahora te cuento cómo la construí.
La IA y el vibe-coding
La vida me enseñó a buscar tutoriales de Youtube para todo. Y así empecé. Viendo videos de cómo usar Lovable siendo diseñador. Después de 2 horas sin aprender mucho, decidí hacer lo que uno tiene que hacer con la IA: probar y ver qué pasa.
Con mi co-founder Chat GPT reboté mucho la idea. Cómo sería el Signup. Cómo almacenar los datos, perfiles y recomendaciones. Cómo hacer algo lindo y no esas cosas que sabes que diseñó una IA.
Después de una larga discusión me enseñó a usar Supabase. Que vendría siendo el backend de mi app.
Al principio le pedía a GPT instrucciones para seguirlas y entender lo que hacía. Fui armando mis primeras tablas en Supabase. No entendía al 100% lo que estaba pasando, pero me sentía como un genio.
Llegó el momento de crear el producto. Le pedí un prompt detallado para empezar en Lovable. Me lo dio. Un prompt tan largo que ni yo quería leer. Oh qué pro se veía…
Se lo di a Lovable. Fui muy específico con cómo quería que se viera. Le mandé hasta una imagen de referencia que saqué de curated.design.
Se puso a trabajar por minutos.
Varios minutos.
Luego, me tiró esto:
Hmmm… no estaba seguro de qué había pasado. No se parecía a mi referencia. Se inventó imágenes. No se conectó a Supabase. No hizo muchas cosas.
Y estaba bastante feo, en mi opinión.
Entendí que Lovable no es muy bueno entendiendo referencias visuales.
Así que me puse a investigar y buscar recomendaciones (já) de cómo lo han hecho otros diseñadores.
Para mi sorpresa, es algo común. Resulta que la forma más fácil de que Lovable haga algo más bonito, es que tú lo hagas y se lo pases.
Lo bueno es que no voy a perder mi trabajo. Lo malo es que yo quería que la IA, tan revolucionaria, lo hiciera todo por mí.
Entonces pasó lo que tanto temía: lo diseñé yo.
En un par de horas abrí Figma, puse lo que tenía en mente, me inventé un logo, busqué referencias, iteré un poco, y listo. Eso que esperaba que la IA hiciera.
Encontré builder.io que, supuestamente con IA, le pasa un archivo de Figma a Lovable y lo respeta casi al 100%.
Esta vez funcionó mejor.
Se logró. Se veía como el Figma. Un momento emocionante, al fin.
Un par de prompts más y había logrado que se conecte a Supabase. Como diseñador es muy emocionante que tu producto tenga información real. Nada de Lorem Ipsum. Lo que mostraba era cierto y se estaba almacenando en alguna parte.
Pero sólo era el Home. Necesitaba que un usuario pudiera crearse una cuenta, escribir una recomendación, ver más detalle de cada una, y que se vea quién recomendó qué. Sin tu nombre ahí, ¿para qué quisieras recomendar algo?
El signup me tomó como 2 horas. Nada mal. Hasta con verificación de correo. De esos que recibes con un link para validar que sí es tu correo. La seguridad ante todo, dije. Pero en verdad lo hizo en automático sin que yo le diga.
Mostrar el nombre de quién recomendó fue mucho más difícil. Unos 30 créditos.
Para quién no sepa qué es un crédito, es como esa monedita que metes a una máquina de Metal Slug para jugar hasta que mueres. Luego tienes que meter otra para seguir. Digamos que 1 crédito = 1 prompt. Si no funciona, también te lo cobra. Este proyecto me tomó unos 300.
Después de 30 moneditas logramos mostrar quién recomendó qué. Recordando foros viejos, preferí usernames que nombres comunes.
Me sentía en la gloria. Al día siguiente armé la vista de detalle de cada recomendación.
Quería que tuviera un texto, ojalá emocionante. Se me ocurrió ponerle un mínimo de caracteres para forzar a la gente a escribir. Si están recomendando algo que les gusta, seguro tienen algo qué decir.
Tal vez todo esto suena fácil, pero me estoy saltando los 15 créditos que usaba para mejorar el diseño de cada cosa. Oh cuánta frustración con el poco entendimiento de márgenes y proporciones.
Seguí con el formulario para hacer una recomendación. Me tomó unos 10 créditos (más los 15 para estilizar, claro). Casualmente lo que creía que me iba a tomar más tiempo, me tomaba menos.
Y ocurrió la magia. La recomendación se publicaba. Se conectaba a Supabase. Todo era contenido real. Lo que recomiendas estaba ahí, junto a tu username.
Con un par de créditos logré limitar las recomendaciones a una al mes. Fue bastante rápido. Por fin sentía la inteligencia en lo artificial.
Empecé a ir tan rápido que me puse a pensar en features nuevas. Ya saben, el MVP estaba hecho, era hora de llenarlo de features innecesarias.
Y, ¿qué sería de una app así sin likes o corazones? Le pedí un botón de Like. Algo moderno, con 3d y sombras. Esta vez no lo diseñé yo. Poco a poco la IA iba afinando el ojo y diseñando mejor.
Lo mejor es que con un par de prompts hice un feature nuevo, uno que no había considerado al inicio. Y para mí sorpresa, en todo este proceso no tuve que codear prácticamente nada.
Quise hacer más y más. Pero también trabajo en producto así que paré. Era hora de probar con personas.
El lanzamiento
Compartí mi creación en el slack de Fintual. Pedí que lo usaran y me dieran feedback.
20 personas hicieron una recomendación. A Benja y Natalia les pareció genial que sea una al mes. Geri y Sara pidieron que hubiera categorías. A Claudio e Isabella se les olvidó su contraseña y no lograron volver a entrar.
Tenía un día y quise hacer las últimas dos. Primero intenté agregar categorías. Quería que la IA interprete las recomendaciones y las categorice en automático. Me conecté a una API Key de Chat GPT. No funcionó.
Bueno sí, pero todo lo tiraba a “Random”, incluso cuando era obvio que era música.
Salté a resolver lo de la contraseña. Qué tan difícil podría ser.
Imposible, resulta. No pude ni después de 30 créditos. Llegó un punto en el que quise desinstalar Lovable aunque no se pueda.
Algo que parecía tan fácil me estaba matando, así que deserté.
La semana se acababa, y preferí seguir con la parte emocionante. Lo presenté a más personas de Fintual. Llegamos a 31 recomendaciones.
Suena poco, pero 31 de 100 personas era un win para mí.
Lo que más recomendaron fue música. Descubrí The Sofa de Wolf Alice.
Estaba algo harto, pero satisfecho. En mi corazón sabía que este proyecto estaba destinado a morir, pero logré algo que antes era desconocido para mí.
Hacer algo de 0 es emocionante. Recuerdo a ese yo del pasado que tenía muchas ideas de páginas y aplicaciones. Quizás ahora con la IA es más probable que nuestras ideas vean la luz. O quizás nos llenamos de muchas malas ideas.
Tal vez por detrás el código de Anotado es un caos y seguro que no escalaría en el futuro. Tal vez por eso no pude hacer un simple flujo de recuperar contraseña. Tal vez esto no es vibe-coding, porque no toqué código. Tal vez la IA algún día diseñe mejor. Pero sí que es emocionante crear y lanzar algo por tu cuenta.
Por cierto, puedes probarlo
Cuando presenté mi proyecto me pidieron que escribiera este artículo. Nunca había escrito uno. Nunca había lanzado algo con IA, tampoco.
Florencia también me pidió que abriéramos Anotado a la gente del Fintualist. Así que si leíste esto, quizás quieras hacer una recomendación o ver las que hicimos dentro de Fintual.
Ve a anotado.lovable.app para probarlo, sólo no te olvides de tu contraseña.