Hace unos días discutía con Florencia, editora de Fintualist, sobre si las inversiones inmobiliarias son o no un sustituto de las inversiones que ofrecemos en Fintual.
Su punto, era que alguien que quiere invertir en un departamento (y puede), va a invertir en un departamento, sin importar cuál es su alternativa de inversión, que es algo de gustos, de objetivos, de paradigmas.
Yo creo que cualquier cosa en la que gastes o inviertas, es un sustituto de invertir en activos financieros: si sales a comer a un restaurante carísimo, tendrás menos ahorros a fin de mes, y será menos la plata que podrás invertir.
El 12 de septiembre, en su evento anual, Apple anunció el lanzamiento del nuevo iPhone 15, que según muchos entendidos prácticamente no presenta cambios respecto al modelo anterior, además de la nueva entrada USB-C (varios años después que el resto del mercado).
Lo cierto es que desde el lanzamiento del primer iPhone en 2007, Apple ha lanzado 26 modelos de celulares (más variaciones de algunos en cuanto a sus tamaños), y la popularidad de la compañía ha crecido exponencialmente, al igual que sus ventas, ingresos, y su valorización.
Los productos de Apple generan cierto fanatismo, llega a ser un tanto irracional, pero habemos quienes pagamos un diferencial de precio por productos que están hechos por la marca de la manzana y que llevan su sello, principalmente en cuanto a diseño y usabilidad, y no tanto en cuanto a la funcionalidad que ofrecen.
Mi primer iPhone fue el 3GS, no era el tope de línea en ese momento (probablemente ya iban por el 5, que salió 3 años después), y por supuesto tenía un precio bastante más bajo que los $599 dólares de su lanzamiento, pero desde entonces solo me he cambiado a Android luego de que mi iPhone X, a prueba de agua, se echara a perder por usarlo en una piscina, y no lo cubriera la garantía. Eventualmente volví al iPhone con la cola entre las piernas.
Y pese a que siempre me ha gustado mucho lo que hacen en Apple, he destinado mi plata a comprar sus productos en lugar de invertir en la empresa, una decisión que a la luz de los resultados, no ha sido tan buena.
Si hay algo que pienso para quedarme tranquilo, es que no tenía cómo saber que invertir en Apple sería tan rentable (lo mismo que me digo para no castigarme por no comprar Bitcoins en el 2010); y que disfruté usando mis productos Apple durante este tiempo, pero esta última en realidad no me termina de convencer.
También es importante tener en cuenta que esto es lo que ya pasó, y no significa que vaya a seguir pasando, o sea que no somos tontos si en el futuro nos volvemos a comprar un iPhone en lugar de invertir en acciones de Apple, ni mucho menos.
PD: la Florencia todavía no está de acuerdo conmigo, escriban a cartas@fintual.com si tienen algún argumento a favor de ella