Bienvenidos al Libro de la Semana, un espacio donde recomendaremos libros para seguir avanzando en lo económico y lo financiero. Este texto está basado en el capítulo de mi podcast Contrapunto. Así que si prefieres escuchar que leer, ponle play.
Hoy quiero recomendar un libro que, si bien no trata directamente sobre economía o finanzas, sí aborda la forma en la que percibimos el mundo. Es un libro que me gustó mucho, porque creo que todos tenemos cierto sesgo hacia lo negativo, a ver las cosas empeorando. Es un sesgo natural, evolutivo: el pesimista tiende a sobrevivir más que el optimista. Un exceso de optimismo, especialmente cuando nuestro cerebro se desarrolló en la sabana africana, podía exponernos a peligros. Por eso, quienes se cuidaban eran quienes sobrevivían, y así, ser pesimista es algo más natural que ser optimista.
Sin embargo, este libro intenta eliminar o al menos atenuar ese sesgo negativo, para ver el mundo en su justa dimensión. El libro se llama Factfulness, de Hans Rosling. No sé si existe en español, pero supongo que sí, porque es bastante conocido. Hans Rosling fue médico y estadístico sueco, dedicado a la estadística, y en este libro sostiene que la mayoría de las personas tienen una visión negativa y distorsionada del mundo, mucho más pesimista de lo que muestran realmente los datos. Argumenta que el mundo está mejorando constantemente en muchos aspectos clave, como la salud, la educación, la pobreza y los derechos, pero nuestras percepciones no se han actualizado, por lo que seguimos viendo el mundo de forma negativa.
Una de sus charlas más famosas: el día que argumentó en favor de la lavadora como la invención más importante de la tercera revolución industrial.
El libro identifica diez instintos o sesgos cognitivos que nos llevan a malinterpretar los datos globales. Entre ellos están: el instinto de la brecha (creer que el mundo está dividido entre ricos y pobres, cuando en realidad hay una gama mucho más amplia); el instinto de la negatividad (enfocarse solo en lo malo); el instinto de la línea recta (suponer que las tendencias siempre continúan en la misma dirección); el instinto del miedo (dar más importancia a lo que nos asusta, aunque sea improbable); el instinto del tamaño (no poner los datos en contexto); el instinto de la generalización (asumir que un grupo es homogéneo); el instinto del destino (creer que las cosas nunca cambian); el instinto de la perspectiva única (ver todo desde una sola disciplina); el instinto de la culpa (buscar culpables en lugar de entender sistemas complejos); y el instinto de la urgencia (actuar apresuradamente ante datos alarmantes).
El libro está estructurado en una introducción, diez capítulos correspondientes a estos instintos, y un capítulo final que busca aterrizar todo y ponerlo en práctica. Es un libro claro, ameno y lleno de ejemplos visuales. Cada capítulo incluye gráficas para entender mejor lo que se está explicando. Además, existe una página web asociada, gapminder.org, que actualiza estas tendencias y ayuda a poner en perspectiva lo que ocurre en el mundo, sin el sesgo negativo.
El enfoque del libro es optimista sin ser ingenuo. No dice que todo está bien, pero sí que muchas cosas han mejorado más de lo que creemos. Nos falta actualizar ese conocimiento. Me gusta porque fomenta el pensamiento crítico basado en datos y combate el sensacionalismo mediático. Los medios suelen enfocarse en el alarmismo, porque es lo que vende. Es raro encontrar noticias positivas que tengan tanto eco como las negativas, y eso responde a cómo está cableado nuestro cerebro: nos enfocamos en lo negativo porque ahí puede estar el peligro.
Por todo esto, Factfulness es un libro esclarecedor y necesario, especialmente en esta época de saturación mediática, opiniones polarizadas y desinformación. Nos ayuda a ver el mundo con menos miedo y con más hechos. Si no quieren comprar el libro, pueden visitar la página web y explorar los recursos disponibles. Espero que les haya gustado la recomendación de hoy. Échenle un ojo, vale mucho la pena.