El Real Madrid es el segundo equipo de fútbol más rico del mundo, y durante algunos momentos de la última década, fue el club deportivo más rico (ahora son los Dallas Cowboys). Y se nota: en cualquier país se pueden ver personas con poleras del Real Madrid y no es necesario ser un fanático del fútbol para conocer al equipo.
Recientemente, nuestra organización Backyard Brains fue aceptada al programa “Rising UP Spain", una iniciativa española para ayudar a negocios tecnológicos extranjeros a abrir oficinas locales en el país ibérico. La oficina del programa, bajo el nombre de ICEX (que significa “Instituto de Comercio Exterior,”) queda en la hermosa calle principal del Paseo de la Castellana –un barrio bien lindo con departamentos y casas de lujo, oficinas de negocios, e instituciones del gobierno. El barrio parece un poco como Sanhattan e Isidora Goyenechea en Santiago, pero España, siendo un país más grande que Chile (48 millones de personas y un PIB de 1.581 billions USD, en comparación a Chile que tiene 20 millones de personas y un PIB de 335 billions), el barrio es más amplio, con un algunos kilómetros de extensión.
Cuando estaba tomando un Uber a la oficina para saludar al personal del gobierno, pasamos por fuera de un estadio gigante, que a primera vista me recordó a uno de mis objetos de estudio: un huevo-nido de cucarachas. Le pregunté al conductor - “¿Es el estadio de Real Madrid?”, y me confirmó que sí. Le pregunté si también era posible ir a los partidos, comprar entradas etc. –y me confirmó que sí de nuevo, pero cuesta alrededor de 100 euros mínimo.
Las finanzas deportivas en perspectiva
Es interesante comentar que si los deportes profesionales parecen un gran negocio, no son tan grandes como las empresas de tecnología. Pasa que se nota más la existencia de la industria del deporte por su presencia constante en el público con la ropa que usamos, la televisión que vemos por todos lados, la prensa por los diarios y radio, y en algunas ciudades emblemáticas, los estadios gigantes.
Actualmente, el Real Madrid es el dieciochoavo equipo más rico del mundo, con un valor de 6,06 USD billions. El equipo más rico del mundo, los Dallas Cowboys, tiene un valor de 10,32 USD billions. Para que te hagas una idea del dinero que mueven, la linea de vuelos –Emirates– pagó 70 millón de Euros por año para poner su logo en las poleras de Real Madrid.
Parece mucho. Pero comparemos.
OpenAI, un negocio muy joven que casi nadie conocía hasta hace 5 años, ahora tiene un valor (especulado) aprox. de 160 USD billions. Interesante, porque si no eres un nerd instalado en la industria, nunca te vas a poner una polera de OpenAI, y solo vas a ver noticias de la empresa en las noticias de tecnología y negocios. Incluso para los que saben, la única persona de OpenAI que podemos nombrar realmente es el jefe, Sam Altman.
Los negocios más poderosos, que más podrían afectar nuestras vidas, están un poco más escondidos al público. Como en una obra de ciencia ficción, sería chistoso caminar por la calle y ver personas con poleras de los programadores más exitosos del mundo. Carmack -parte del equipo de ID software y después Facebook. Torvalds -parte del equipo de Linux. Hassabis -parte del equipo de DeepMind, Google y reciente ganador del Nobel de medicina.
Para hablar de negocios gigantes que afectan a nuestras vidas, Apple, el negocio más grande del mundo, tiene un valor de USD 3.585 billions, NVidia 3.522 billions, y Meta (dueño de Facebook. Instagram y Whatsapp) 1.469 billions. También, como referencia, Fintual ya maneja mil millones de USD.
En Chile, el negocio más valioso es Copec, con una valuación de 8,5 billions, incluso más grande que el Real Madrid. De todas formas, es impresionante y medio espantoso a la vez que Apple tenga un valor más grande que el PIB de España y Chile juntos.
Bien por algo que comenzó con un par de chicos de los 70 en Los Altos, California.
En España, el negocio más valorado es Inditex (182 billions USD). ¿Qué es Inditex? Es una empresa “retail” de ropa que incluye marcas bien conocidas como Zara y Pull & Bear. En Francia, es LMVH (338 billions USD), una marca de bienes de lujo (que incluye Louis Vuitton y Dior). En comparación, en Inglaterra, el negocio más valioso es AstraZeneca (industria médica - 240 billions USD) y en Alemania, es SAP (negocio de software) con un valor de 271 billions USD*.
La experiencia Real Madrid
Pero volvamos a España. Con un equipo de fútbol mundialmente famoso tan cerca, hay que ir por lo menos una vez. Cuando llegué a la oficina para saludar a mis mentores en España – Martín, Elisa, y Mario– les pregunté si se podía ir a ver un partido. Mario, que es un fan de los deportes, me dijo que el domingo había un buen partido, se podía ver a todos los jugadores importantes y famosos, y sería más fácil encontrar entradas debido a que en agosto muchos madrileños todavía están fuera de la ciudad, de vacaciones.
Después de la reunión en ICEX, caminé un par de kilómetros al sur para llegar de nuevo al Santiago Bernabéu. Como la mayoría de los estadios alrededor del mundo, cada 10 años hay renovaciones, para agregar más asientos y más salones VIP. Había muchos obreros y máquinas de construcción, pero el recinto todavía estaba “fully operational battlestation".
Pregunté dónde estaba la taquilla, y me dijeron que tenía que darle media vuelta al estadio. Hice la caminata, y cuando me acerqué a un lugar con muchos turistas, entré al sitio, pero me pareció más una tienda de merchandising de Real Madrid que una taquilla para comprar entradas.
Me acerqué a un cajero y le pregunté dónde podría comprar entradas para el partido del domingo. Con una sonrisa de “qué ingenuo eres,” me dijo que las entradas estaban completamente agotadas. Incluso lo dijo en un inglés un tanto irritado, aunque yo no estaba hablando inglés: NO…IT´S COMPLETELY SOLD OUT.. YOU HAVE TO LOOK ONLINE.”
Cuando le pregunté si era posible comprar entradas para otro partido, me dijo que no, que sólo se pueden comprar en línea y que el estadio había cerrado su taquilla hace dos años. “Qué lata,” pensé, yo paso tanto tiempo al frente de mi computador que a veces es más entretenido hacer las compras en persona. Cuando regresé a mi AirBnB en el barrio Malasaña, comencé a buscar entradas. Googleando, encontré muchos sitios de “scalpers,” antes del sitio oficial de Real Madrid: Viagogo y Stubhub. Si en el sitio de Real Madrid una entrada cuesta 90 euros, en Viagogo y Stubhub cuesta 140-160. Al final elegí Viagogo para un asiento en las últimas filas que costó 140 euros para el partido del domingo contra el Valladolid. ¿Por qué no compré directo en el sitio? porque hay que hacer fila, como cuando compras entrada para un concierto.
Por curiosidad busqué el precio para “el clásico” entre Barcelona (FCB) y Real Madrid el 27 de octubre (en Madrid) y el 11 de mayo (en Barcelona), y las entradas comienzan alrededor de 1000 euros. Es como ir al Super Bowl en EE.UU. (pero el superbowl es aún más caro: más de 2000 USD para las entradas más baratas, con un promedio de 6000 USD.) También a modo de comparación, las entradas para la final de la Copa Mundial de fútbol cuestan lo mismo que el clásico entre Real Madrid y FCB e incluso menos.
Si entras al sitio web del Real Madrid con algunos días de anticipación, para los partidos no tan grandes es posible comprar las entradas a unos 80-95 Euros. Típicamente hay dos partidos por semana, uno en casa y uno en otra ciudad. Por ejemplo, hoy en día (5 de septiembre mientras estoy escribiendo esto) todavía se pueden comprar entradas para el próximo partido, el 17 de septiembre, entre Real Madrid y VfB Stuttgart (para la UEFA Champions League). Las ventas en línea comienzan a las 10 AM el 10 de septiembre (muy probablemente para evitar abuso excesivo de los scalpers –algo casi imposible).
Así, el 25 de agosto, me levanté con mucha emoción. Cuando la hora del partido ya estaba llegando (comenzaría a las 17:00), pedí un taxi de una manera que hoy en día puede parecer muy llamativa: sin app, sin móvil, solo con la mano arriba por la calle; y cuando me subí solo dije “¡al estadio, caballero!” con nada más en mis manos que un par de binoculares. El conductor se rió, me dijo que era colombiano cuando le pregunté si era de España, y comenzamos a chismear sobre el mundo del fútbol de Sudamérica y Europa. Por ejemplo, la selección femenina de Colombia en la Copa Mundial del año pasado alcanzó los cuartos de final antes de ser eliminada por Inglaterra. “Muy típico esto, nosotros los colombianos estamos acostumbrados ya, siempre partimos bien y terminamos mal,” dijo el simpático conductor.
Fue mi primer partido en vivo en Europa. El sitio web del Real Madrid advertía que “no es recomendable vestirse con ropa de los equipos visitantes.” Creo que es una exageración, pero igual tenía un poco de preocupación: justo para ese día me había puesto mi polera chilena de la selección. Quizás había un jugador de Valladolid que fuera chileno, ¿quién sabe? El conductor se rió de nuevo cuando le pregunté sobre el asunto y me dijo - “tranquilo, no va a pasar nada.” Ya cuando estábamos acercándonos al estadio se podía ver harta gente animada con poleras de Real Madrid que decían Mbappé, Vini Jr., y Bellingham.
Cuando el partido comenzó, hubo gritos cuando todos los jugadores iban siendo nombrados, en particular para Kylian Mbappé.
El público estaba muy emocionado, pero ese entusiasmo disminuyó porque en verdad el primer tiempo fue bastante aburrido. Hablé con mis vecinos de asiento en el estadio, quienes eran de Barcelona (sin poleras puestas, obviamente) y que habían ido expresamente para ver a Mbappé. Coincidían en que el primer tiempo había sido aburrido. Casi ningún ataque de gol.
Con el segundo tiempo, sin embargo, la audiencia experimentó más el valor de sus entradas. El Real Madrid salió más agresivo, y al minuto 50 hubo un tiro libre hermoso del uruguayo Federico Valverde que voló entre todos los defensores y el arquero de Valladolid. Hubo muchos más intentos de alcanzar un segundo gol, incluso por Mbappé, hasta que al minuto 88 el español/marroquí Brahim Díaz lo logró con un tiro quirúrgico sobre la cabeza del arquero. Pero quedaba algo más: al minuto 96, en tiempo de descuentos, el nuevo chico súper estrella, Endrick, un brasileño de 18 años en su primer partido en Europa, anotó un gol, y celebró como solo saben hacerlo algunos futbolistas. Y fin.
Obviamente, todos los que disfrutamos del deporte no pensamos mucho en la economía de la industria mientras vemos un partido. Es entretenido ver atletas en buena forma con control exquisito de sus cuerpos alcanzando niveles de competencia que nosotros los normales solo podemos disfrutar desde lejos. Es una industria imposible de ignorar y también como cohesión social es mal visto no tener la habilidad de hablar un poco de deporte –sirve para echar la talla con desconocidos.
En realidad no nos importa mucho que los equipos profesionales sean al final del día negocios como Zara, Shell, Apple, etc. Cuando tú compras un móvil de Apple / Samsung, un auto, o un servicio, es bien claro que estás haciendo una transacción económica, pero cuando compras una entrada o una polera de fútbol, no se siente lo mismo. Es raro. ¿Por qué es diferente? ¿Todo esto de rivalidades y poleras es solo parte del negocio? ¿Una necesidad falsa inventada?
Claro que no. El deporte es la necesidad humana de pertenencia, de tener un “nosotros” que está batallando contra un “otros,” y nos da placer porque forma parte de nuestra psicología que hemos llevado por toda la historia humana. Nos encanta ver y animar a nuestros equipos, sin importar si es entre colegios del barrio, Colo-Colo contra la Universidad de Chile, Madrid contra Barcelona, o la final de la Copa Mundial.
Hablé con mi amigo Mario, que trabaja en el programa de España en el que estamos participando, y que me había convencido de ir al partido. Me dijo “Elegiste buen partido, disputado aunque con 3-0 para el Madrid al final. Kylian Mbappé defraudó un poco, pero en general fue buena elección.”
Nota de edición 11 de octubre 2024: el texto original citaba el valor de la marca Copec (1,5 billions USD) no el valor de la empresa. Ya fue corregido por el valor de la empresa, que es 8,5 billions USD. Gracias Sebastián Ruiz-Tagle por la corrección.
* Los valores de las empresas son al 22 de octubre de 2024.