El ajedrez es un juego donde uno creería que no predomina lo físico, pero leer el lenguaje corporal de un oponente es clave: cuando el campeón del mundo, Ding Liren se golpea la cabeza mirando el tablero en las Olimpiadas Mundiales en Budapest, solo ahí Cristóbal Henríquez, ajedrecista chileno, se dio cuenta de que no estaba perdiendo. Antes juraba que lo iban a aniquilar rápido.
“Llegó un punto en el que me desanimé porque dije “me ganaron muy fácil”, me sentí muy derrotado (...) Pero lo empiezo a ver y está así, como que se golpea la cabeza”.
Desde que vio ese gesto, notó que su posición tenía potencial y el partido cambió hasta el punto de que Ding Liren le pidió tímidamente el empate.
Puedes escuchar la historia completa y ver cómo Cristóbal juega una partida con Pedro Pineda, acá (aquí no hubo empate, claramente, pero el lenguaje corporal de nuestro CEO confirma la teoría).
Y si quieres saber más de Cristóbal y su carrera en el ajedrez, puedes leer la entrevista que le hicimos acá: