Hace un tiempo, en mi substack, publicaba recomendaciones de gente que me parecía que tenía buen gusto y puntos de vista que valía la pena destacar, pero quedé estancada en la tarea cansadora de pedirles que me mandaran sus textos, que para ellos era una lata comenzar a escribir, independientemente de terminar felices de haberlo hecho. Por eso ahora, para Fintualist, sin molestar a nadie y sin insistir demasiado, daré mis propias recomendaciones, basadas en mis últimas vivencias en este vasto e infinito mundo.
Disclaimer: ninguna de estas recomendaciones son auspiciadas, excepto por la última por la que efectivamente recibí un pago pero en otro momento que no tiene nada que ver con este momento. Es, por lo tanto, quizás la recomendación más entusiasta porque a pesar de que ya recibí el pago y podría olvidar ese producto, sigo recomendando ese postre, precisamente porque no puedo olvidarlo.
- Acabo de comer una hamburguesa del Burger King que nada tiene que envidiarles a las hamburgueserías de moda que aparecen como hongos de la noche a la mañana en la ciudad. Chile, país de farmacias, compraventas de autos y restaurantes de hamburguesas. El combo que me comí es el Whopper Teriyaki: carne (o lo que sea), lechuga, mayonesa, tomate, queso cheddar, aros de cebolla empanizados y salsa teriyaki se mezclan en bocado encendido pero balanceado, con elegantes notas dulces que arrullan el paladar y se transforman en un bolo alimenticio de la más alta calidad, ya sea por su sabor como por su valor nutritivo. Una consideración importante sería ir al mismo local a comerla por un asunto de temperatura, o bien, asegurarse que el delivery será expedito. Pero si la hamburguesa llega fría, existe una solución que me lleva a la siguiente recomendación
- Una airfrier marca Ninja. Tenía la Oster grande, esa con bandejas, pero sentía cierta frustración por no tener el modelo clásico con cajón. Me gustaba eso de meter las cosas al cajón, cerrarlo, apretar un botón, abrir y que ya estuvieran crujientes sin preocuparme de usar fuentes o papeles mantequilla. Por eso hice un update impulsivo y compré la Ninja ya que vi que tenía buena puntuación en internet y porque un familiar la había alabado en otra oportunidad. Y no me decepcionó: si tu hamburguesa necesita un remezón de calor, la Ninja es la mejor alternativa. Recomiendo ver recetas de comidas enteras que se pueden hacer en la airfrier: hay que pensar que es un horno pequeño y fácil de limpiar, se calienta más rápido y las cosas salen crujientes sin perder hidratación. Realmente un invento generoso.
- Haciendo scroll por mi feed de Substack me encontré con un autor que promocionaba su novela recién publicada “The Mind Reels”. La novela se trata de Alice, una adolescente de Oklahoma que ya en el primer capítulo adelanta que enloquecerá. Es la historia de cómo Alice tuvo un brote de bipolaridad en la universidad, y yo todavía no llego a esa parte, pero me tiene muy enganchada: ya me ha hecho reír y he subrayado varios pasajes. El libro está en inglés, me lo compré para el kindle, y está escrito de manera ágil y chispeante, quizás intentando imitar un episodio de manía de Alice. El autor, Fredrik de Boer, es bipolar también, y entiendo que la novela es una especie de autoficción.
- Después de ver TASK en HBO (siento que mucha gente está viéndola silenciosamente, sin comentar mucho, no sé por qué) y quedarme sin más capítulos, el algoritmo me sugirió “La Silla”. Es nueva y recién hay un capítulo estrenado, pero ya soy cautiva. La serie sigue la vida de un ejecutivo de retail que se obsesiona con una fábrica de sillas. No quiero contar más porque todo es medio spoiler, pero realmente recomiendo ver el primer y único capítulo porque tiene muchos elementos refrescantes que no había visto antes en televisión. En una época en que todo parece ser un reboot o un spinoff de cosas antiguas, es un alivio encontrarse con historias nuevas y apuestas audiovisuales arriesgadas.
- Y para terminar, el postre: hace unos días fui por trabajo al restaurante Fiamma, en el Portal de la Dehesa. Si bien mi pega era grabar un video para hacerle publicidad en redes sociales, quedé genuinamente sorprendida con las delicias que comimos. Ricas pastas, ricos tragos, pero lo que se robó mi corazón y que no me lo ha devuelto aún es el volcán de pistacho. Cuando la señorita que nos atendía nos lo ofreció, lo desprecié, porque siendo fan del pistacho, no pensaba que un volcán le pudiera hacer justicia. Pensaba que me iba a enfrentar a un volcán de chocolate decepcionante (por la falta de chocolate) y a una considerable cantidad de pistachos transformados en una crema verde y azucarada, pero, oh, qué equivocada estuve. Es el mejor postre que he probado en mi vida, sin exagerar. No me queda más que insistir, al igual que la mesera, que lo prueben.