Los últimos tres años han sido bien atípicos en muchos aspectos. Uno de tantos es la evolución de los precios de las materias primas, o commodities, que han estado en esteroides.
Primero, lo primero: ¿qué son los commodities?
Los commodities son insumos que se usan para producir otros bienes. Algunos ejemplos son el petróleo crudo, el trigo, el maíz, y el oro. Se caracterizan por tener poca diferenciación (el trigo que produce Ucrania es casi idéntico al que produce Estados Unidos).
Los precios de los commodities
Desde mediados de 2020 hasta mediados de 2022, los precios de los commodities a nivel global subieron de forma extraordinaria. Hay muchísimos tipos de commodities, pero si tomamos los más importantes y los dividimos en grupos, se puede ver la magnitud del aumento: los precios del ganado, grasas y aceites, y metales nunca antes en la historia estuvieron tan altos como a mediados de este año (en estricto rigor, desde 1981, que es cuando empiezan nuestros datos).
Otras materias primas que también subieron muchísimo —y acapararon más reflectores— fueron las energéticas. Por ejemplo, de inicios de 2020 a mediados de 2022, el precio del petróleo se duplicó y el del gas natural se cuadruplicó.
¿Por qué los precios de los insumos subieron tanto?
Por una combinación de varias cosas.
Por un lado, como todo el resto de la producción mundial, en los commodities hubo un desbalance entre oferta y demanda. La oferta estaba limitada por cuellos de botella en la producción y transporte, y la demanda fue impulsada por la recuperación económica post pandemia y los diversos estímulos globales.
También hubo factores climáticos que limitaron la producción y afectaron los precios, sobre todo de los commodities alimenticios. Además, la guerra en Ucrania empeoró las presiones de precios en varios productos, principalmente el gas natural, petróleo, trigo y algunos fertilizantes (lo que a su vez afecta el precio de los commodities alimenticios).
Y hay otro factor, que está relacionado a las inversiones de portafolios: la inflación global tan alta le devolvió a los commodities un atractivo que habían perdido, porque las materias primas suelen considerarse activos de refugio en momentos de inflación alta.
¿Qué función cumplen los commodities en finanzas?
Los inversionistas se refugian en los commodities porque tienen un valor intrínseco, a diferencia del dinero. Chuta, que sonó técnica esa frase. Pero, como casi todo en finanzas y economía, en realidad es bien intuitivo.
Veamos un ejemplo sencillo:
Imagina que en tu país hay mucha inflación. Con una bola de cristal sabes que los Super 8 van a subir 1 peso por día en los próximos 6 meses. Hoy cuestan 200 pesos, pero en 6 meses van a costar cerca de 380 pesos. Tienes 1000 pesos para gastar en Super 8. Si los compras hoy, te alcanzan 5; si los compras en 6 meses, te van a alcanzar sólo 2. Quizás ni te gustan los Super 8, pero si los compras hoy y los vendes en 6 meses podrías tener un rendimiento nominal del 90% (ganarías 900 pesos). Igualito pasa con los commodities. Los inversionistas que creen que la inflación va a subir mucho “guardan” su plata en algo tangible, como oro, o petróleo, aunque quizás no necesiten la materia prima.
Otra opción sería “guardar” la plata en acciones o bonos, pero la inflación en aumento suele estar acompañada de aumentos en las tasas de interés, lo que afecta a las acciones (porque los costos de financiamiento de las empresas aumentan) y a los bonos de largo plazo (porque los nuevos bonos que se emiten ofrecen tasas mejores que los ya existentes).
Debido en parte a que los años anteriores a la pandemia se caracterizaron por una inflación global muy baja, los commodities en general no brillaron mucho. Esto cambió con las presiones inflacionarias que acompañaron a la recuperación post-pandemia.
Eso sí, desde mediados de 2022 para acá, el precio de varios commodities ha bajado harto. La principal razón de este descenso es la perspectiva de que las economías en el mundo se van a desacelerar en 2023 debido a que las tasas de interés han subido mucho. Recuerda que cuando las tasas de interés suben, las economías se desaceleran porque se hace más atractivo ahorrar y menos atractivo gastar.
Es casi un hecho que el mundo va a crecer menos de lo que venía creciendo, y no se van a necesitar tantos insumos de producción.
En otras palabras, la demanda de materias primas no va a ser tan alta, y por tanto su precio tampoco será tan alto.
Obviamente, todo esto son expectativas. A diferencia del ejemplo de arriba, en el mundo real nadie sabe cuál va a ser exactamente la trayectoria futura de los precios de los commodities. Eso va a depender en gran medida de factores muy inciertos, como la evolución de la guerra en Ucrania y de la pandemia en China. Sin embargo, en algunos escenarios invertir en commodities podría seguir pareciendo atractivo, por ejemplo, para alguien que piensa que la inflación va a mantenerse relativamente alta en el largo plazo.