En el mercado financiero local existen varios instrumentos de ahorro o de inversión que se reajustan con la inflación, en particular, se reajustan con el aumento de la Unidad de Fomento, más conocida como “la UF”.
Pero antes de seguir, ¿qué es la UF y para qué se usa?
Un poco de historia de la UF
La UF es una unidad de cuenta o unidad de medida chilena que se reajusta con la inflación. Fue creada en 1967 por el entonces gobierno del presidente Eduardo Frei Montalva. Su valor inicial fue 100 escudos, y se reajustaba según la inflación de cada trimestre.
La idea inicial de la UF era resguardar o proteger los ahorros en la banca, de modo que los ahorrantes pudieran mantener su poder adquisitivo. Recordemos que en estos años, la inflación en Chile subía a tasas altísimas: en 1966 creció un 19,9%, y luego llegó a 21,9% en 1967.
Con el tiempo, la UF se extendió en su uso al resto del sistema financiero, en especial en los créditos y seguros. Pero también fuera del sistema financiero: en precios de viviendas, precios de planes de salud, e incluso multas.
Su uso en Chile es extremadamente popular, lo que nos distingue del resto de los países, que suelen tener unidades de cuentas similares, pero con un uso poco común en el día a día.
Desde octubre de 1975, la UF se reajusta según la inflación mensual y, desde julio de 1977, se ajusta diariamente (es decir, se ajusta todos los días, no solo una vez al mes). El cálculo se hace a partir del día décimo de cada mes según la inflación del mes pasado, calculado según la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Desde 1990, el Banco Central de Chile ha determinado su valor*. Los valores del IPC son los informados oficialmente por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Los bancos siempre evalúan cómo se comportará la UF
Algo importante de tener en cuenta cuando se ahorra es entender que los bancos, cuando ofrecen instrumentos de ahorro en UF, no lo hacen “gratis” o porque les guste regalar la inflación: lo hacen en la medida de que les sea igual o más conveniente que ofrecer un instrumento de ahorro no reajustado a la UF, como un instrumento en tasas en pesos (instrumento en tasa nominal).
Es decir, si un banco te ofrece un reajuste en UF, de cierta forma “te lo descuenta” de la tasa final que te ofrece. Ese descuento equivale a cuánto evalúan que será la inflación futura y cómo les impactará en sus finanzas internas.
Esta evaluación de la inflación futura es muchísimo más clara y evidente en las operaciones del mercado abierto de renta fija local, un mundo donde instrumentos financieros como bonos de gobierno y seguros de inflación (mejor llamados forwards de inflación, que explicaré en detalle más adelante) se compran y venden entre distintos actores financieros, principalmente actores institucionales: bancos, AFP, compañías de segundos, fondos mutuos, etc., y en montos que típicamente representan varios millones de UF al día.
En este mundo de mercado financiero “entre pesos pesados”, nadie pretende perder, comprar o vender algo “a un mal precio”.
Un error pequeño en el precio podría representar pérdidas de varios cientos de millones. Por lo tanto, el precio observado de bonos reajustados en UF o de contratos forwards de UF nos puede dar una idea de qué piensa el mercado sobre cómo se comportará la UF en el futuro.
A mí en particular me gusta ver los precios de forwards de UF, ya que son el mejor estimador de lo que piensa el mercado respecto a la inflación futura dentro de los próximos 18 meses.
Estos forwards de UF son contratos que negocian el precio de valores de la UF en el futuro, generalmente entre instituciones financieras.
Por ejemplo, al día de hoy, 29 de septiembre, un banco podría negociar los valores de la UF de noviembre (que aún son desconocidos).
Como ejemplo, digamos que un banco firmó un contrato forward de compra de un millón de UF para el 9 de noviembre, a un precio de 34.712,00 pesos. Si uno hace el cálculo, para que se llegue a ese valor la variación del IPC de septiembre (que aún no se publica) debería ser de 0,96%.
En una semana más, cuando el IPC de septiembre se publique y el valor de la UF se conozca hasta el nueve de noviembre, se sabrá si el banco ganó o perdió con la compra. Si la inflación de septiembre es 0,90% o menos, el banco perderá la diferencia de precios pactada en el contrato con la UF real, multiplicado por un millón (porque el contrato era por un millón de UF).
Por el contrario, si la inflación de septiembre es de 1% o más, el banco ganará esa diferencia, multiplicada por un millón.
Usando datos de Bloomberg, es posible calcular cuánto es lo que espera el mercado en términos de inflación mensual para los próximos meses, implícito en los precios de forwards de UF:
Mes | Inflación implícita del mercado |
---|---|
septiembre 2022 | 0,96% |
octubre 2022 | 0,86% |
noviembre 2022 | 0,58% |
diciembre 2022 | 0,33% |
enero 2023 | 0,75% |
febrero 2023 | 0,27% |
marzo 2023 | 0,27% |
abril 2023 | 0,77% |
mayo 2023 | 0,46% |
junio 2023 | 0,17% |
julio 2023 | 0,54% |
agosto 2023 | 0,38% |
septiembre 2023 | 0,75% |
octubre 2023 | 0,53% |
noviembre 2023 | 0,40% |
diciembre 2023 | 0,45% |
enero 2024 | 0,60% |
Estos contratos se transan entre instituciones financieras prácticamente todos los días bancarios, por volúmenes de varios millones de UF.
Los motivos son generalmente de cobertura. Por ejemplo: un banco evalúa que tiene demasiada UF dentro de su balance (imagínate un banco que ha entregado muchos créditos hipotecarios en UF el último año), y decide reducir el riesgo de la UF vendiendo UF a través de contratos forwards. Pero también, a veces, simplemente se transan por especulación: algún actor financiero que proyecte que la inflación será mayor o menor que lo que evalúa el mercado puede interesarse en tratar de ganar sólo por especulación.
En resumen, este mercado de forwards de UF es relevante y ayuda a saber “qué piensa el mercado”.
Pero entonces, ¿cuándo deja de ser conveniente invertir en ahorros ajustados en UF?
Depende de lo que piense el mercado hacia el futuro, y no de la inflación pasada.
Veamos otro ejemplo.
La cuenta más famosa de ahorro en UF hoy está ofreciendo una tasa de interés de hasta UF + 1,65%.
Si evaluamos hoy (septiembre 2022) mirando hacia atrás, la inflación del último año (últimos doce meses) fue de 14,1%. Si pudiésemos viajar al pasado un año atrás y ahorrar en esta cuenta, disfrutaremos de una tasa de 1,65% más 14,1% del alza de la UF en un año. Sumando ambos efectos, equivale a un 16% total —en pesos, es decir, nominal—. En otras palabras, probablemente una muy buena alternativa en el pasado.
El problema es que no podemos evaluar mirando hacia atrás (porque aún no podemos viajar al pasado). Lo correcto es evaluar hacia el futuro.
Y para evaluar al futuro, podemos ver la inflación implícita en el mercado para un año más.
Hagamos el mismo ejercicio anterior, usando la cuenta de ahorro en UF, pero calculando el retorno esperado para un año. Abajo hay un gráfico que muestra cómo se ha comportado la inflación año a año en el pasado (en gris), y qué es lo que se espera que sea la inflación año a año en el futuro (en azul). En el gráfico se puede ver que en un año más la inflación anual esperada es 6,5% (inflación anual esperada en agosto del 2023).
Al ahorrar en esta cuenta, obtendremos una tasa de 1,65% más 6,5% del alza de la UF esperada en un año, y con esto, sumando ambos efectos, equivale a un 8,25% total en un año (nominal).
¿Es buena esta tasa de 8,25% que nos da esta cuenta de ahorro en un año?
La respuesta depende de cuál es la otra alternativa. Y resulta que las tasas de deuda a un año, que incluyen bonos cortos y depósitos a plazo a un año, están bordeando o casi llegando a un 12%.
Es decir, un simple fondo de deuda corta en pesos, o un depósito a plazo en pesos, podría ser más conveniente hoy en día que la cuenta de ahorro en UF que puse en el ejemplo, según lo que espera el mercado.
Ahora, más allá del ejemplo particular, y siguiendo la misma lógica, cualquier cuenta de ahorro en UF o instrumento reajustable en UF menor a una tasa anual de UF + 5% sería menos rentable en un año más que un fondo de deuda corta o un depósito a plazo en pesos, acorde a lo que tiene implícito el mercado.
En resumen: la inflación va a seguir subiendo, pero probablemente no a tasas tan altas como las que hemos visto recientemente. Así que vale la pena revisar dos veces cuando te dicen que un instrumento de ahorro o inversión está reajustado en UF, ya que no te vas a ganar una inflación tan alta como la actual.
Con los números actuales, te podría hacer sentido invertir en cuentas o instrumentos en UF solo si crees que la inflación será mayor a lo esperado por el mercado, o si quieres especular sobre eso. De cualquier otra forma, las tasas nominales debiesen ser la opción preferida en este momento, ya que al menos no contienen la incertidumbre de lo que pueda pasar con la inflación futura, que muestra una tendencia a la baja: hoy está sobre 14%, pero probablemente dejará de ser tan alta como la vemos hoy. De hecho, la meta de inflación del Banco Central de Chile es 3% y, antes de este año, por mucho tiempo la inflación rondó esa cifra.
Y también, no vaya a ser que te están “cobrando” en la tasa que te ofrecen más de lo que esperan en inflación.
* Según lo establecido por el Banco Central, la forma de cálculo de la UF está establecida en el Capítulo II.B.3 del Compendio de Normas Financieras del Banco Central de Chile. Así, la UF es calculada a comienzos de cada mes para el período que abarca entre el día décimo del mes actual y el día noveno del mes siguiente, de acuerdo a la tasa de la variación del Índice de Precios al Consumidor del mes anterior, que llamaremos V. La variación del IPC del mes pasado será la que determine de forma mensual el INE. Con esa, el reajuste diario de la UF es un factor igual a (1+V)^(1/d), donde d es el número de días comprendidos entre el día décimo del mes actual y el día décimo del mes siguiente.