El fenómeno de Pedro Pascal no empezó en Chile ni se masificó aquí. Nosotros solo presenciamos cómo un hombre con nombre latino y orgulloso de ser chileno llegaba a la cúspide de uno de los oficios más competitivos del mundo, especialmente excluyente para quienes no son estadounidenses.
Pascal nació en Chile –no como Hugo de Lost u otros que nos hayamos adjudicado antes– y está haciendo una carrera en Hollywood que solo llega más y más alto. Este año parece estar en el peak de su visibilidad, siendo portada de revistas, pololo de internet y presencia habitual en alfombras rojas y estrenos.
Recientemente se empezó a hablar del “verano de Pedro”, ya que el actor tiene tres proyectos en simultáneo estrenados en Estados Unidos. Y aquí vamos a revisar cuáles son, cómo se explica su estrellato y un par de predicciones para el futuro de una estrella que puede estar demasiado expuesta.
Cuando Pedro conquistó Hollywood
Ya conocemos el lore de la familia Pascal, y como durante la dictadura chilena tuvieron que buscar exilio en Estados Unidos (después de pasar por Venezuela y Dinamarca). Pero, a pesar de estudiar en una de las escuelas de arte dramático más prestigiosas, a Pascal le costó encontrar un papel que lo catapultara y pasó sus veintes y treintas siendo actor invitado en cualquier serie de los 2000 que se te ocurra: CSI, Homeland, El Mentalista. Nurse Jackie, The Good Wife y un montón de otras que ya han caído en el olvido.
Y fue haciendo eso mismo, actuando en un par de capítulos de una serie, lo que le terminó resultando. Solo que esta vez se trató de una de los programas más populares de la historia: fue Oberyn en Game of Thrones; se ganó a los fans y desde ahí nada fue lo mismo.
Pascal fue protagonista de su propia serie hit (Narcos) y se unió a lgunas de las franquicias más importantes de la industria gringa: Mujer Maravilla y Star Wars, con El Mandalorian.
Los últimos años trabajó con Ridley Scott en Gladiador II y Almodóvar en su corto Extraña forma de vida y protagonizó una de las series más aclamadas de HBO, The Last of Us, que perdió la mitad de su audiencia una vez que Pascal dejó de aparecer en ella.
Ya con 50, es uno de los actores más cotizados de la industria. Y no solo por sus proyectos sino también por lo que representa fuera de pantalla. El diario español El País dedicó un artículo respaldado por expertas a intentar dilucidar el por qué del fenómeno. La conclusión era que Pascal encarna una masculinidad que ha puesto en cuestión a la tradicional. “Se muestra humano: vulnerable, frágil, todo lo que el patriarcado ha dicho siempre que es femenino y por lo tanto, malo”. Y así, “ofrecen alternativas, alternativas sexis además, al modelo potenciado por la manosfera, los incels y, en general, todas esas masculinidades que se revuelven frente al cambio”.
Para los latinos más izquierdistas que lo critican por sus raíces burguesas (es Balmaceda y pariente cercano de Allende), está la historia del exilio político. Para los gringos más conservadores que podrían despreciarlo por ser latino, ya lo integran como un ícono más de sus producciones favoritas. Lo quieren las mujeres y los hombres, que lo han convertido en ícono y llaman “daddy” en internet.
Y, a pesar de que mantiene su vida personal privada y que lo siguen rumores sobre su sexualidad, Pascal evita comentar sobre esto al mismo tiempo que se muestra como un aliado de la comunidad LGBTIQA+ y no teme mostrarse abiertamente progresista en entrevistas.
En un Hollywood que está cambiando y que incluye más y más a personas de otras nacionalidades, Pascal parece liderar este camino con gracia y desenfado, lo que hace que la representatividad que tanto se le critica a la industria desde algunos sectores no se sienta forzada, sino ganada.
Y así, su ubicuidad solo continúa y su popularidad se hace más fuerte. Lo que nos lleva a mitad del 2025, momento en el que tiene tres películas muy distintas entre sí en cartelera.

Los tres proyectos del 2025 de Pedro Pascal
Los 4 Fantásticos
La primera, que está recién estrenada en carteleras mundiales, va muy en la línea de lo que ya ha hecho: un blockbuster con superpresupuesto. Pero parece haber logrado lo imposible, ya que Los 4 Fantásticos era, hasta ahora, una franquicia maldita. Hubo dos intentos en los últimos veinte años de darle vida a esta familia y, aunque eran las décadas donde el público más apetecía cine de superhéroes, ambas encarnaciones fueron fracasos.
The Fantastic Four: First Steps es la única que ha tenido buen desempeño con la crítica y seguramente será una de las películas más taquilleras del verano hollywoodense.
Materialists
Después de Past Lives, la directora Celine Song tenía carta blanca para hacer lo que quisiera. Su debut, una película independiente sin estrellas, fue un éxito en todo el mundo y fue nominada al Oscar a Mejor Película. Para seguirla, Song decidió hacer otra película romántica, esta vez con Dakota Johnson, Chris Evans y Pedro Pascal.
Materialists tuvo buenas críticas y un buen desempeño comercial, además de presentar una faceta que Pascal no suele mostrar tan a menudo: la de galán romántico. Se estrena la semana que viene en Chile.
Eddington
Ari Aster sorprendió a todo el mundo con Hereditary, que ya es un clásico moderno del género de terror, pero sus películas siguientes no han logrado capturar el mismo entusiasmo. La última, Beau is Afraid, desconcertó a un público que ya no sabe qué esperar de él, para bien y para mal.
Eddington sigue en la misma línea. Se estrenó en el festival de Cannes como una sátira a los tiempos en los que vivimos, post covid, inundados de fake news y en clave comedia negra. Habrá que ver qué nos tienen preparado.
El futuro para Pascal
Aún nos queda Pedro para rato. En septiembre va a asistir a los Emmy, donde está nominado como Mejor actor en una serie dramática por su despedida en The Last of Us. Y no le quedan películas por estrenar en 2025.
Pero después de este añito, tiene tres películas confirmadas. Y son todas parte de franquicias importantes. Va a repetir su rol de Reed Richards en las dos próximas Avengers (Doomsday y Secret Wars) y el del Mandalorian en Star Wars: El Mandalorian y Grogu.
Si les sigue yendo tan bien como a sus predecesoras está por definirse, pero el actor al menos seguirá en boga los próximos años.
La preocupación es que Hollywood haga con él lo que hace con todos sus juguetes una vez que se aburre de ellos: abandonarlos. La exposición y popularidad que tiene el actor no puede durar, es difícil y simplemente nadie ha podido sostenerla. Y antes de que la gente se aburra de verlo en todos lados, habrá que ver cuál será la estrategia que el actor tome para su carrera.
¿Seguirá participando de lucrativas franquicias hasta que se retire y decida vivir de réditos? ¿Intentará reinventarse en algún género que no le hayamos visto? ¿Buscará el prestigio de actor dramático asociándose con autores que le intentarán ganar un par de premios? ¿Se irá relegando lentamente como secundario en películas mientras ocurre un recambio generacional?
No lo sabemos y no hay que poner nada en duda. Pascal, como chileno y alcanzando este nivel de fama desde los cuarenta, ya ha vencido todas las predicciones y no da señales de detenerse. Su fama es algo sin precedentes y digna de todos los fanáticos chilenos que lo celebran como su embajador.