Estás comenzando tu carrera como científico en tu posgrado, y después de algunos años de estudios y experimentos, sientes que estás listo para enviar tu primer manuscrito a una revista. Con cuidado y mucha revisión, preparas las figuras, escribes el texto, y envías el manuscrito a una revista científica. Con suerte, algunos meses después, recibes un e-mail con los comentarios de los revisores. Con tu corazón latiendo fuerte, lees el e-mail confidencial, y encuentras estas líneas escritas por los comentaristas:
- No hay nada nuevo en este manuscrito. Hemos sabido de este fenómeno desde los 70.
- Este estudio no agrega nada al conocimiento científico. No merece ser publicado.
20 años después de leer estos comentarios, me da risa la decepción gigante que sentí en ese momento. En cierto sentido, fui parte –y víctima– de la famosa “revisión por pares.”
Si trabajas en el mundo de la ciencia o la academia, seguro has experimentado esto mismo. Como escribí hace algún tiempo, el éxito para un científico es la mezcla de 1) el número de papers que has publicado, y 2) la calidad de los papers que tienes publicados (medido casi siempre por el impacto o prestigio de las revistas donde publicaste). Y con cada nueva publicación que intentas, pasas por un proceso que puede ser el cielo y el infierno al mismo tiempo: el famoso Peer Review, o en español, “Revisión por Pares.”
Por eso causó tanto impacto que Nature, una revista bien conservadora y “guardia vieja”, y una de las más prestigiosas del mundo, el 16 de junio de este año hizo el anuncio que todos los comentarios de los revisores serían publicados con los artículos para mostrar el proceso de revisión, redacción, y el método científico.
Pero, ¿quiénes son los revisores? ¿Y por qué es importante incluir sus comentarios? Un breve resumen.
Cuando envías un manuscrito a una revista, la primera persona que va a ver el manuscrito es el editor(a). El editor hace una breve lectura del manuscrito y de la carta de introducción donde explicas sucintamente los contenidos de tu paper. Entonces toma la decisión de enviar el manuscrito a dos científicos para que lo lean con cuidado y hagan los comentarios que les parezcan pertinentes: en otras palabras, que evalúen el texto. Normalmente son anónimos, o sea, el editor sabe quiénes son los revisores, pero nosotros los escritores, no (lo que suele llamarse “blind peer review”). Dos revisores por manuscrito es lo normal, pero a veces hay tres, e incluso algunas veces aún más (mi récord personal es seis).
Típicamente 1 o 2 meses después de que hayas enviado el manuscrito (aunque esto cambia mucho dependiendo de la disciplina, la revista y el contenido de tu paper), recibes los comentarios con las recomendaciones y la decisión del editor. Las cuatro respuestas son:
- No hay comentarios, está bien hecho, y listo para publicar.
- Está bien hecho y listo para publicar si se hacen algunas correcciones menores.
- El manuscrito tiene su valor pero necesita revisiones muy sustantivas.
- No, el estudio no vale publicación en nuestra revista.
¿Y qué hacemos nosotros con estas respuestas?
- No sé, nunca me ha pasado a mí ni a mis amigos científicos.
- Celebrar, las revisiones suelen necesitar solo una semana de trabajo y son fáciles. Normalmente, en este caso, los comentaristas no leen las revisiones, sino que el editor las recibe y toma la decisión. Esto solo me ha pasado una vez, y personalmente, fue un momento de orgullo tipo “por fin aprendí cómo hacer ciencia y escribirla.”
- Celebrar también, obviamente, porque la puerta está abierta, pero es mucho trabajo, como 2-3 meses de revisiones sustantivas. Este es el resultado más común hablando de experiencia personal.
- Entrar en depresión, pensar que eres un fracasado y que debes cambiar de profesión. Por suerte esto típicamente pasa mayormente con científicos que están empezando su carrera y escribiendo su primer artículo sin mucha ayuda. Con experiencia vas a saber si tu estudio merece publicación, y en cual revista. Solo me ha pasado un par de veces, pero, gracias a Dios y Los Andes, cuando estaba recién empezando.

El porcentaje de las respuestas varía con el prestigio de la revista. Por ejemplo, en Nature, solo el 8% de las postulaciones reciben 1, 2, o 3. La revista “Plant Signaling and Behavior”, donde nosotros publicamos nuestro último paper con alumnos de un colegio chileno, 50% de las postulaciones tenían puntaje de 1, 2, or 3.

Pero la industria de la publicación académica, históricamente, ha sido bien rara. Por eso en las últimas dos décadas, una revolución ha estado gestándose. Y han sido cambios bien necesarios y agradecidos por la comunidad. Pongamos como punto de comparación una industria donde también se lee y se escribe harto: la literatura.
Imagínate un mercado donde:
- Los escritores no reciben ninguna remuneración por ser publicados.
- Los revisores no reciben ningúna remuneración por leer los manuscritos cuidadosamente (salvo en contadas excepciones).
- La revista cobra a los lectores precios muy altos para leer los papers cuando finalmente son publicados (puede ser 30 USD por artículo), aunque, en probablemente más de 90% de los casos, el artículo fue hecho con becas del gobierno, o sea, fueron hechos con los impuestos pagados por las personas, y los ciudadanos no pueden leer los frutos de sus impuestos. En el caso de la literatura, imagínate si ganas un FONDART para escribir un libro, pero solo la editorial recibe los ingresos de la venta, e incluso el libro es demasiado caro para que los ciudadanos normales lo compren y lean.
Esta paradoja es bien conocida por el Instituto Nacional de Salud (NIH) en EE.UU., y ya no es una polémica. El NIH ahora tiene cómo requisito que cada paper hecho con recursos del NIH, sin importar el “modelo de negocio de la revista”, tiene que estar abierto al público sin paywall, empezando el 1 de julio de 2025. Es un progreso importante.
Además, ya hay muchas revistas de “acceso abierto.” Todo comenzó de una manera masiva con la revista PLOSOne, fundada en 2006, donde cualquier persona, en cualquier parte del mundo, puede descargar los manuscritos publicados gratuitamente. El modelo de negocio está dado vuelta: los autores pagan a la revista después de que el artículo sea aceptado, típicamente entre USD 1000 - 1500. Los gastos de publicación son (idealmente) para mantener los gastos de los sitios web, los servidores, el personal, etc. Los autores, y no los lectores, subvencionan el gasto de la publicación. Normalmente estas revistas ofrecen descuentos a laboratorios con pocos recursos, y el NIH permite el uso de las becas para los gastos de publicar en revistas de acceso abierto.
Pero regresemos a la nueva política de Nature de incluir los comentarios de los revisores en sus publicaciones: ¿Cuáles son los beneficios y las desventajas? Esto fue discutido en un post en Nature en 1999, en una especie de profecía autocumplida, que finalmente en 2025 es una realidad.
Beneficios:
- El público puede ver cuán riguroso fue el proceso de peer review. Por ejemplo, si tú eres famoso, un jefe de un departamento en una universidad bien emblemática, ya con muchos papers publicados, hay una percepción en la comunidad de que es más fácil para ti publicar tus obras sin comentarios duros. Pero, si eres un desconocido (aún más de una universidad no tan conocida, y aún aún más de un país no muy conocido por su ciencia (lee sobre nuestro héroe bengali Jagdish Bose para un ejemplo) hay una percepción que los revisores van a ser más duros contigo). Ver esto con transparencia sería bueno para el mundo de la ciencia y seguir el proceso de la democratización.
- Hay más transparencia en el proceso de revisión. Por ejemplo, algunas veces los revisores no hacen comentarios profundos o bien redactados, y es obvio que el manuscrito no fue leído cuidadosamente. Con la nueva política de los comentarios publicados en línea, hay un poco más de presión, aunque sea anónima, para escribir oraciones bien pensadas, bien deletreadas, y con más evidencia de pensamiento cuidadoso por parte de los comentaristas.
Desventajas
- Si yo fuera un revisor, y supiera que mis comentarios serán publicados, quizás sería más cuidadoso antes de escribir comentarios polémicos sobre el trabajo de otros, para que no parezca que estoy dándome aires o creyéndome un mejor científico. Pero, muchas veces, ser duro mejora la calidad de la publicación. Aunque es algo muy frustrante para jóvenes científicos (y viejos también), al final hay que admitir que el proceso duro mejora la calidad de la ciencia y el paper (se siente eso solo después que haya sido publicado, obviamente). Cuando algo es más confidencial, hay más oportunidades para ser honesto y crítico, como todos nosotros sabemos incluso en nuestras relaciones personales.
- Si yo voy a saber que mis comentarios serán publicados en línea, sé también que me tomará mucho más tiempo y trabajo dar comentarios bien pensados y útiles. Y de nuevo, no olvides que es un trabajo no remunerado. Aunque si el paper está muy bien hecho y no hay muchos comentarios que hacer, voy a intentar escribir porque sí, para rellenar. Así, es posible que le diga al editor “no puedo, no tengo tiempo” si una revista me pide que revise un artículo bajo su consideración si va a publicar mis comentarios.
Y hay un nivel aún más transparente, cuando incluso los nombres de los revisores están incluidos en el manuscrito publicado en línea. En Nature, los revisores pueden decir quieren que aparezcan sus nombres con los comentarios.
¿Mi opinión personal? En verdad, depende del contexto del paper. Si estoy con un equipo con mucha experiencia, que ha publicado varias veces, para mí no sería nada publicar los comentarios con el manuscrito. Pero si es un paper de mucho riesgo, con autores muy jóvenes, quizás sería demasiado “mostrar tu ropa interior” para personas que están comenzando su carrera. Por ejemplo, nuestros últimos dos papers fueron en campos de ciencia completamente nuevos para nosotros, el juego en peces, y la electrofisiología en plantas, con alumnos publicando los primeros papers de su carrera. Así, obviamente, los comentarios eran muy duros y necesitamos mucho trabajo en las correcciones, y no creo que incluir los comentarios agregarían mucho valor. Quizás la segunda ronda de revisiones vale la pena ser publicada, cuando los errores graves ya han sido corregidos y la discusión es más sobre la ciencia y no por los errores vergonzosos como la omisión de referencias críticas, el mal uso de términos técnicos, etc.
Por otro lado, en otros papers escritos por científicos con mucha experiencia, cuyos contenidos son muy del “zeitgeist”, como nuestro paper publicado en 2015 sobre el uso de impresoras 3D para armar equipos de ciencia, los comentarios de los revisores agregarían mucho valor al ser publicados con el manuscrito, porque es más una discusión entre colegas sobre la relevancia cultural y científica del estudio y no una demostración de una relación maestro (el revisor) y aprendiz (autor).
Al final, es la decisión de los autores y los revisores de cuán abiertos querrían ser.
Posdata:
- Obviamente, con muchas revistas de acceso abierto, hay un riesgo de estafas, donde las revistas van a publicar cualquier artículo si tú las pagas. Hay un sitio de revistas clasificadas de “predadores” que debes revisar antes de tomar la decisión a que revista vas a enviar tu manuscrito.
- Y aún más allá es la actitud “basta con publicación y revisión de pares”. Algunos científicos ahora, principalmente en matemática y computación, se auto-publican en línea sin revisión en sitios como arXiv.org.
- Esta industria de “paywall” también ha tenido consecuencias legales. Hay un tipo de “Pirate Bay” para publicaciones científicas que se llama Sci-hub, donde se puede descargar muchos papers de un manera clandestina, fundado por Alexandra Elbakyan, una científica kazajistaní, y en verdad muchos de nosotros que ya no necesariamente estamos en una universidad ahora usamos mucho. Y por otro lado, en una historia bien triste sobre la salud mental, un joven de MIT se suicidó en 2013 después de ser denunciado por descargar artículos de la biblioteca del MIT con la intención de distribuirlos en línea, Aaron Swartz.
- En verdad, nuestro primer artículo de “Backyard Brains”, sobre el desarrollo de nuestro amplificador “SpikerBox”, fue publicado en PLOSOne, e incluso hicimos un Kickstarter para levantar los recursos para pagar los USD 1350 a la revista. Y ahora todos las publicaciones de Backyard Brains, ~20, siempre están en revistas de acceso abierto para que los alumnos, docentes, y profesores alrededor del mundo puedan descargar y leer los papers. Y terminamos con una autopromoción sin verguënza: tenemos un Kickstarter nuevo sobre uno de nuestros nuevos productos, que te permite controlar robots, música, y videojuegos con las señales eléctricas de tu cerebro, músculos, y corazón.