En mi feed de Instagram abundan las fotos de viajes paradisíacos, fiestas en mitad de semana y perros con chamarra. A veces pienso que si mis padres hubiesen tenido Instagram a sus 30, su panorama habría tenido bastantes más pañales, mocos e hipotecas.
¿Qué hace que en solo 30 años hayan cambiado tanto las postales del día a día? Según las encuestas, la limitación del tiempo libre y el dinero.
Welcome to the DINK era
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Qué son las parejas DINK
DINK significa “Dual Income No Kids” (dos ingresos, sin niños) y describe a parejas de adultos que trabajan y han decidido no tener hijos. Distinto a DINKY, que es lo mismo pero no quieren tener hijos por ahora (Y de yet). Y similar a ChildFree, pero estos últimos no necesariamente están en pareja.
A pesar de que el concepto suena más o menos nuevo, se empezó a usar en los 80 en Japón para describir a este sector demográfico tan interesante para el marketing. Y cómo no lo va a ser, si somos personas con una capacidad de gasto probablemente mayor a la de las generaciones anteriores. Luego se extendió por Europa, Estados Unidos y finalmente llegó a nuestras tierras.
Puede que estén pensando que esto no es para nada nuevo: siempre han habido parejas sin hijos, o que al menos postergan su concepción. Y la respuesta es sí, pero nunca al nivel que lo vemos hoy en día. Ni menos que sean los cool kids de la planificación familiar.
¿Qué dicen los datos de las características de las parejas DINK?
Podemos mirar datos de emparejamiento y de nacimientos.
En cuanto a emparejamientos oficiales (a.k.a matrimonios en la data mundial), la tasa ha caído bastante. La OCDE mide la cantidad de matrimonios en los países que la componen, y entre ellos cayó un 54% en 50 años.
Pero por supuesto esta data no nos habla necesariamente de los DINK, ya que pueden ser parejas que deciden simplemente no casarse, o llegan a otro tipo de acuerdos legales.
Los datos sobre natalidad dicen dos cosas. Primero, que efectivamente ha caído la cantidad de nacimientos a lo largo de los años. Un 46% entre 1960 y 2020, según los datos del Banco Mundial.
Segundo, que la cantidad de nacimientos depende de cuán rico es un país. A mayores ingresos, menor es la tasa de natalidad. Dentro de otras razones, esto pasa porque hay mayor educación y prevención de embarazos, y porque las mujeres tienen más oportunidades laborales, lo que las impulsa a reducir la cantidad de hijos que quieren tener, o simplemente a postergar el asunto indefinidamente.
Como conclusión entonces: hay menos parejas oficiales (matrimonios) y hay menos nacimientos.
Y, ¿por qué está pasando esto?
La sociología llama a este cambio demográfico como segunda transición demográfica, y se destaca por menor natalidad y mortalidad en la población desde los años 60.
Hay varios estudios sobre las razones de este cambio.
Primero, cada vez es más aceptada socialmente la decisión de no tener descendencia. Y lo que antes era un tema tabú, hoy en día es una tendencia. Así como antes abundaban los blogs de mamis y papis mostrando cómo balancear tu vida ante la llegada de un pequeñito, hoy existen miles de cuentas en internet que se dedican a mostrar las ventajas de no tener hijos. Solo en TikTok, los tags #childfree, #dink y sus variaciones tienen más de 1.8 mil millones de visualizaciones.
Segundo, las mujeres tenemos mayor oportunidad de crecer en nuestra carrera laboral. Antiguamente, la realización de las mujeres solo se podía alcanzar en su rol de madre o esposa. Hoy, en cambio, las mujeres tenemos muchísimas más alternativas para ingresar al mercado laboral y desarrollarnos en él.
Además, para muchos de quienes deciden no tener hijos la libertad de poder viajar, cambiar de país o simplemente salir cualquier día de la semana de improviso es demasiado importante. Estadísticamente hablando, tener hijos limita tu tiempo libre.
Otros argumentan que el cambio climático, posibles nuevas crisis sanitarias y financieras, y el escenario caótico actual no es un escenario favorable para traer a nadie al mundo.
Y por último, el dinero es un tema que inhibe a muchas parejas jóvenes de tener hijos. Quizás no cierran completamente la fábrica, pero sí prefieren tener menos hijos con un buen estándar de vida, que más hijos y estar más apretados.
¿DINK como decisión financiera?
En esta última razón me quiero detener.
¿Tener hijos es una problemática financiera? Por supuesto que sí.
Antiguamente los hijos eran un recurso más con el que contaban las familias para generar dinero El término proletario tiene ese origen: aquel que produce hijos. En Roma, eran la clase más baja porque solamente podía aportar hijos al imperio para que fuesen soldados, mientras los otros (propietarios) aportaban capital o tierras. Más adelante se usó el concepto para identificar a quienes solo tenían su propio trabajo y el de su descendencia como bien propio.
Pero hoy son pocos (creo) quienes piensan tener hijos como una forma de ingreso. Un hijo es más bien un gasto. Y no digo que sea solamente un gasto, por supuesto; tiene ventajas emocionales imposibles de calcular acá.
¿A cuánto está el kilo de bebé? Según Picodi, entre unos 60,000 y 105,000 pesos solamente en su primer año. Los otros años tendrán que sumar gastos en cuidado, colegio y estudios superiores, más ropa, entretención, deporte, médicos. Es sin duda un montón de dinero.
¿Cuánto cuesta tener un hijo?
Digamos que mantienes a tu hija, hijo o hije hasta los 18 años. Según un estudio del Tec de Monterrey, todo te costará unos 7 millones de pesos: entre $36,000 y $90,000 en ropa, hasta $3,200,000 en alimentos y aproximadamente $3,500,000 en educación, entre otros gastos.
Solo quiero tirar un monto para compararlo con cuánto podría ahorrarse un DINK. Parte de lo que no se gasta un DINK en un bebé, se irá en todas las cosas que está compartiendo en RRSS: viajes, ropa cara, restaurantes lujosos. Y, ojalá, en ahorros o inversiones.
Pero, ¿tenemos los DINK más ahorros que las familias con hijos? Deberíamos, pero no es una estadística que se encuentre a mano.
Solo espero que, si eres de este grupo demográfico, te motives a guardar un poquito de lo que no estás gastando por la falta de hijos.