Las expectativas colectivas pueden conducir a su propia confirmación. Esto quedó claro el viernes 10 de marzo, cuando las autoridades en Estados Unidos cerraron Silicon Valley Bank, o SVB, un jugador bien conocido en el mundo de las startups.
Antes de contarte cómo fue que SVB colapsó en 48 horas, te adelanto que no hay dinero de los fondos, ni de los clientes, ni de Fintual como compañía, depositado en cuentas de SVB. Solo había una exposición insignificante a las acciones de este banco en fondos como Hayek (menos de 0.01% de los fondos), dado que era un banco grande listado en la bolsa, y era parte del índice S&P 500, compuesto por las 500 compañías más grandes de la bolsa de Estados Unidos. Este es justamente el valor de la diversificación y por qué es bueno invertir en fondos. Incluso, desde el 13 de marzo ya no existe exposición, dado que la acción de SVB se valoriza en cero en todos sus ETF.
Ahora sí, vamos por partes: ¿Qué es SVB?
El SVB es un banco que se especializa en brindar servicios financieros a empresas de tecnología e innovación. Tiene sucursales en varias partes de Estados Unidos y en el resto del mundo, pero como buena empresa que apoya a otras empresas de tecnología, su sede está en California.
Hasta finales del año pasado, el banco tenía activos por cerca de 210 mil millones de dólares y cerca de 175 mil millones en depósitos.
¿Cómo un jugador tan importante pudo colapsar en un par de días? El efecto bola de nieve.
Los bancos son intermediarios: hacen préstamos con los depósitos que reciben. Si muchos depositantes a la vez deciden retirar su dinero, el banco se enfrenta a problemas de liquidez. Y eso fue lo que le pasó a SVB.
Todo empezó porque sus depositantes, en su mayoría startups, quisieron retirar dinero. Por un lado, necesitaban utilizar su capital para financiar sus gastos, y muy pocas estaban levantando capital nuevo. Además, debido a que las tasas de interés han subido mucho, para los depositantes se vuelve atractivo retirar su dinero e invertirlo en bonos de gobierno de muy corto plazo, que pagan buen rendimiento y prácticamente no tienen riesgo.
Para conseguir fondos y enfrentar el retiro de los depósitos, SVB tuvo que vender parte de sus activos, bonos, en particular. Pero los vendió “a descuento” (o sea, con pérdida). ¿Por qué? porque estos bonos eran de más largo plazo, y perdieron mucho de su valor con las recientes subidas de tasa de interés (recuerda que cuando las tasas de interés suben, los precios de los bonos de largo plazo caen, porque los nuevos bonos se emiten a mejores tasas que los existentes).
Para rellenar este “hueco” que se generó por la pérdida en su cartera de inversiones, SVB decidió emitir acciones propias: conseguir dinero para fortalecer sus finanzas. El jueves anunció que iba a vender $2,250 millones de dólares en acciones para capitalizarse.
Aquí fue donde surgió el problema. A los depositantes no les gustó que SVB estuviera en búsqueda de capital. Los depositantes que quedaban se empezaron a cuestionar si el Banco podría eventualmente tener problemas para pagar, y decidieron sacar dinero todos de una (la clásica “corrida bancaria”). Fue una profecía autocumplida: lo que inicialmente no era un problema de liquidez, se convirtió en uno.
¿Y ahora, qué sigue?
El banco fue intervenido el viernes 10 de marzo por el regulador de Estados Unidos. El Departamento de Protección e Innovación Financiera de California cerró SVB y nombró a la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) como receptor de los depósitos y activos.
En los mercados, los accionistas del banco perdieron el patrimonio. También hubo un efecto contagio: cayó el precio de las acciones de muchos bancos, en especial los regionales y pequeños.
Esta caída de precio en las acciones afectó a los principales índices de las bolsas globales, y en particular, afectó a la baja a los fondos arriesgados de Fintual. Sin embargo, gracias a la diversificación de los fondos, son caídas dentro de rangos normales.
Hasta ahora el consenso es que este es un evento aislado. SVB tenía una concentración anormal de sus depositantes en startups, lo que no es el caso para la enorme mayoría de bancos norteamericanos ya que sus clientes suelen más variados: personas y empresas de diferentes tamaños y rubros.
También cabe decir que SVB técnicamente no está en quiebra. Al intervenir, el regulador todavía está buscando potenciales compradores.
Como adelantamos al principio del texto, en un contexto de exposición de riesgos bancarios, es importante destacar que no hay dinero de los fondos, ni de los clientes, ni de Fintual como compañía depositado en cuentas de SVB.