Fue hace algunos meses: prendí la televisión y elegí La bella durmiente. Estaba seguro que a mi hija le encantaría la película. No duramos mucho: desde el momento que apareció Maléfica no hubo caso, la película que yo recordaba como un despliegue de magia e imágenes hermosas, se convirtió en una de terror para ella. Por suerte no llegamos al clímax de la película cuando Phillip pelea contra el dragón, sospecho que le habría tomado varios años de terapia superar el trauma.
Esta pequeña escena familiar que espero mi hija olvide para siempre se me vino a la mente cuando un colega me sugirió el nombre de Eyvind Earle como artista de la semana. Un dibujante y pintor que se encargaba de los conceptos y fondos para las películas de Disney de los años 50.
Claro, uno se queda con Aurora cantando con el Búho vestido de rojo, o con Blancanieves paseando con los Enanitos, pero si te fijas bien, en los fondos hay un arte peculiar y que muchas veces transmite perfecto lo que está pasando en escena. Como un bosque invernal y oscuro; el primer día de la primavera cuando sale el sol y está todo nevado, o un día soleado cuando todo termina bien y la gente celebra en el castillo.
La vida de Earle tiene un poco de montaña rusa, que tal vez lo ayudó a plasmar tanta emoción a través de los paisajes. Cuando era un adolescente aquejado por la polio, su papá –un general que trabajaba en Hollywood– apuñaló a su madre, que, lógicamente, pidió el divorcio. Eyvind vivió con su madre hasta que a los 14 años, su padre se lo llevó a Europa a estudiar arte.
En 1939, Earle inició su larga y exitosa carrera vendiendo tarjetas navideñas, diseñadas e impresas por él mismo. Al principio era solo un medio de supervivencia. Creó más de 800 diseños entre 1938 y 1995, y vendió más de 300 millones de copias.
Pero en 1951 llegaría su gran oportunidad: Wald Disney Productions lo contrató como ayudante de pintor de fondos –sí, en ese tiempo se necesitaba un ayudante para ese trabajo–. Al poco tiempo mostró sus dotes y participó en los fondos experimentales de un corto de Goofy For Whom the Bulls Toil.
En 1953 creó la estética de "Toot, Whistle, Plunk and Boom", un cortometraje de animación que ganó un Óscar y un premio del Festival de Cine de Cannes. Puro Jazz Disneístico.
También trabajó en Peter Pan, Paul Bunyan y La dama y el vagabundo. Pero fue con los fondos y colores de La Bella Durmiente con los que se ganó la fama.
El trabajo de Earle marcó una época en Disney y su estilo se siguió utilizando en futuros largometrajes. Incluso un videojuego, The Banner Saga se inspira en gran medida en el estilo de Earle e incluye un personaje que lleva su nombre. Se le atribuye la «inspiración artística».


Hasta el momento solo te he mostrado fondos de películas y algunos detalles de un juego, pero Earle dejó tras de sí un montón de ilustraciones que te llevan rápidamente a esa primera vez que viste una película de Disney de los años cincuenta.
Partamos por su temática favorita: los bosques. Los tiene de todo tipo: encantados, nevados, bucólicos, pastoriles, tenebrosos.






Y en la misma línea, los árboles:





Y le gustaba la nieve, sin duda:

Y si juntas Earle más un buen cuento de niños, pues tienes algo así como la Bella Durmiente o la Caperucita Roja en versión Disney cincuentero:







