Ahora se pone realmente a prueba la capacidad de los pronosticadores. Con la veda a las encuestas, muchos recibirán un WhatsApp con un pdf que lleva una marca de agua, diciendo “Confidencial” o “Prohibida su distribución”. Esto, para evitar acusaciones contra las encuestadoras por publicar sus estudios. Pues bien, para quienes no reciban esos privilegiados documentos, entran en juego otros inputs: percepciones de personas comunes y corrientes, la prensa, publicaciones en redes sociales, Reddit y Telegram, conversaciones de pasillo, etc.
Todo lo que había hasta ahora era un entrenamiento. ¿Cómo sería un mundo de pronósticos sin encuestas de fácil acceso? Pues bien, los mercados de predicciones pueden brindar una luz sorprendentemente útil.
Lo que muestran los mercados de predicciones
Plataformas como Polymarket o Kalshi auguran una probabilidad muy alta de que Jeannette Jara gane la primera vuelta presidencial del próximo 16 de noviembre. La primera le otorga un 95% de chances; la segunda, un 94%. En ambas plataformas, José Antonio Kast es el segundo candidato con mayor probabilidad, aunque con un magro 4%.
Le preguntamos a Gonzalo Mena, PhD en estadística, por qué se suele decir que en estas plataformas se encuentra información más precisa que en las encuestas, y creemos que su respuesta no tiene desperdicio:“Lo relevante de los mercados de predicciones es que tienen skin in the game: un incentivo para pronosticar únicamente si se tiene convicción de que algo va a ocurrir. Esa es la motivación de que, en principio, estos mercados o plataformas deberían agregar la información de una manera que se convierta en un reflejo de la probabilidad o la incertidumbre de cada candidato.
Friedrich Hayek, el economista austríaco, teorizó sobre cómo los mercados son agregadores de información. Por eso, al abrir estas plataformas de mercados de predicciones, uno está permitiendo una agregación de información que sería más fidedigna y, en principio, más eficiente que una encuesta. Los defensores de estos mercados de predicción, los ven como la solución a que las encuestas son poco confiables o que están sesgadas.
Esta idea de Hayek también se remonta a Sir Francis Galton y su concepto de wisdom of crowds. Galton le pedía a la gente que adivinara el peso de un buey, y notó que el promedio de todas las estimaciones estaba más cerca del peso real que la mayoría de los resultados individuales. Entonces, él decía que existe la sabiduría de las masas y que tiene sentido agregar la información de mucha gente. Los mercados de predicción estarían realizando este principio, manifestando la wisdom of crowd”.
Coincidentemente, el Good Judgement Project, que inspiró el Torneo de Pronosticadores de Fintualist y lunae advisory, revaloriza también esta sabiduría colectiva en el método de reunir pronósticos diversos de gente distinta.
Pero antes de sentir que mirar mercados de predicciones es un terreno seguro para saber qué va a pasar, vale la pena destacar tres problemas que tienen y que nos destacó Gonzalo Mena:
1) A pesar de que en principio debería darse el skin in the game, puede haber agentes con mucha plata que simplemente van a estar inundando el mercado para tratar de influenciar un resultado o subir artificialmente un precio y, de esa manera, manipular la opinión pública.
2) Las plataformas también tienen sesgos. Por ejemplo, Polymarket, que es un mercado crypto y PredictIt, que es otro mercado de dinero fiat (no crypto). Para las elecciones de 2024, Polymarket mostró persistentemente un sesgo pro-Trump; PredictIt, uno pro-demócrata.
3) Los mercados dan mucho para la euforia. Cuando hay un evento, la gente se pone bullish (optimista sobre un pronóstico de mercado) y se pone a apostar. Por ejemplo, la noche de la Convención Demócrata en 2024 había rumores de que asistirían Beyoncé y George W. Bush. Salieron mercados prediciendo: "Va a estar Beyoncé, va a estar George W. Bush". Beyoncé finalmente no fue. Eso muestra que a veces la euforia lleva a sobreestimar probabilidades, y eso hace pensar que, en verdad, pueden no ser tan creíbles.
“Yo igual creo que tienen una utilidad, pero a un nivel mucho más cortoplacista,” –nos dijo Gonzalo Mena. “Por ejemplo, cuando Biden tuvo el desastre de su debate, al día siguiente uno vio un drop gigante en su precio. Eso fue una señal clara de la opinión pública de que había sido un desastre. Y vino antes de que salieran las encuestas. Entonces, a veces uno ve los mercados para ver si ha pasado algún evento o cómo han reaccionado a algún evento, y eso puede ser indicativo.”
Para estas elecciones, un ejemplo de la reacción de un evento a corto plazo lo muestra Kalshi, cuando subió notoriamente la probabilidad de Kaiser por sobre Matthei, entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre.

Pero como dijimos al principio, y dado que los mercados de predicciones también tienen su “techo”, en periodo de veda a las encuestas es mejor complementar su lectura con otros inputs. Vámonos a lo que dice la prensa.
Última milla de la carrera presidencial: lo que se ve en la prensa
De una muestra de 250 noticias de los últimos 15 días, Jara fue la más mencionada (104 menciones), seguida por Kast (99), Matthei (94) y Kaiser (88). Como probablemente estés pensando, ese dato no importa en lo más mínimo. El qué se dijo en esas noticias, en cambio, sí tiene valor. Veamos.
Jara se posiciona como una opción moderada, poco radical, de la izquierda en el poder, en contraposición a lo que prometía el candidato Boric en 2021 y a lo que la extrema derecha propone en esta elección. Como bien le aconsejarían Kahnemann y Tversky, y su teoría prospectiva, su gancho principal para combatir a Kast es dibujar un escenario hipotético de pérdidas en caso de ganar este. “Sería un retroceso para las mujeres”, dice Jara, que bien sabe que ahí su mensaje puede encontrar eco. Fuera de eso, mantiene el tono conciliatorio y colectivista de su campaña.
El segundo en la carrera, José Antonio Kast, ha mantenido un principio de persuasión que, para Robert Cialdini, psicólogo social experto en influencia y convencimiento en las interacciones sociales, es primordial: la consistencia. Gústele a quien le guste, Kast se ha apegado férreamente a valores tradicionales, principalmente cristianos, y a la noción de orden y seguridad. A ratos le rinde más réditos; en otros puede parecer poco novedoso. Y es ahí que se metió nuestro tercer candidato, que ha dado mucho de qué hablar estas semanas.
Johannes Kaiser, que emergió como creador de contenido y luego como diputado del Partido Republicano, fundado por el propio Kast, se subleva contra su padre. Kaiser reivindica el rol moral del Estado mediante un discurso más extremo que el de Kast. Además, ha generado controversia con Chile Vamos, con Franco Parisi y, por supuesto, con José Antonio Kast. “Es como Kast, pero más fresco”, podrán pensar algunos. Su reciente alza en las encuestas le pone algo de pimienta a la larga procesión de la campaña electoral. Kaiser es hoy el candidato disruptor.
En cuarto lugar, Matthei intenta con mayor fuerza afirmarse en el centro. La carta de las 100 figuras históricas de la centroizquierda apoyándola, el “llamado a la sensatez” para votar por ella y la mantención de un mensaje tecnocrático, no vivencial, han sido la tónica. ¿El problema? Se diluye el entusiasmo y el discurso de Matthei se pierde entre los mensajes más agresivos de Kast, Kaiser e incluso de Franco Parisi. De pasar a la segunda vuelta, probablemente daría una paliza a Jara, la candidata más probable de ganar en primera vuelta. Sin embargo, con otros siete candidatos en competencia por la atención de muchos votantes “obligados”, es poco probable que ello ocurra.
Por ejemplo, para las elecciones presidenciales de 2021, varias encuestas acertaron en que Kast ganaría la primera vuelta, pero fallaron respecto de los lugares que ocuparían los candidatos con menos probabilidades de ganar. Las más cercanas a los resultados reales de primera y segunda vuelta fueron Plaza Pública de Cadem, Panel Ciudadano UDD, Criteria Research y Activa.
El contra de las encuestas respecto de los mercados de predicciones es que son muy costosas de hacer y procesar, pese a que los formatos online han abaratado mucho esos costos.
¿Qué primará para estas elecciones? ¿Probarán las encuestas ser el mejor predictor? ¿Serán los mercados de predicciones? ¿Podrá el Torneo de Pronosticadores dar la sorpresa? Parece claro que Jara ganará la primera vuelta. La segunda ronda nos dirá cuál fue la herramienta más precisa.