La tasa de interés es una de las cosas que mayor impacto tiene en la valuación de los activos de riesgo (entre ellas, las acciones).
¿A qué se debe o porque se verían afectadas? Te cuento de manera sencilla sobre por qué pasa esto y a qué se debe.
Relación deuda y capital en las empresas
Cuando tienes una empresa hay dos formas de financiar los activos que utilizarás, como computadoras, oficinas, maquinaria, y en general todo lo que te sirva para producir ingresos: con tu propio dinero (capital) o pidiendo un préstamo (pasivo).
Al pedir un préstamo o tomar deuda acuerdas pagar una tasa de interés; mientras que el capital propio, a pesar de que no tienes que pagar tasa de interés (el dinero es tuyo), tiene un costo de oportunidad: los beneficios potenciales que se pierden al elegir una alternativa sobre otra.
Un ejemplo muy sencillo sería el emprender y renunciar a tu trabajo. Supongamos que tienes un salario fijo de 50,000 pesos; muy probablemente al inicio este ingreso se ve afectado y lo que obtendrás de tu negocio será menor, pues el diferencial es este costo de oportunidad (lo que dejas de ganar), pero la expectativa es que en un mediano o largo plazo logres generar más que esos 50,000 pesos que tenías trabajando.
WACC: el costo de capital
Una vez conociendo el costo de oportunidad sobre tu capital, también conocido como costo de capital, y dependiendo de la estructura que tenga tu empresa (% de pasivos y % de capital) obtenemos el WACC (weighted average cost of capital, que en español significa costo medio ponderado del capital): el costo de capital específico para tu empresa.
Acorde a la teoría del CAPM (capital asset pricing model) el costo de capital se puede estimar como la tasa de interés a la que tu podrías invertir este dinero en el banco, sumando el riesgo país dependiendo de donde esta tu empresa, más el premio que históricamente ha pagado el mercado versus la tasa de interés (“prima del mercado”) multiplicado un factor de volatilidad de la acción especifica.
A este factor se le llama Beta que en sí podríamos denominarlo el riesgo específico de una empresa comparado con el mercado. Veamos un ejemplo.
Entendiendo el riesgo (Beta) de una compañía
Pensemos en 2 empresas.
La primera es una compañía que vende jabones, donde el crecimiento de sus ingresos es poco pero constante y muy similar al crecimiento económico de la región o país donde tiene operaciones. La segunda, corresponde a una empresa de tecnología con un modelo de negocio disruptivo donde la expectativa de crecimiento de sus ingresos probablemente es mayor, digamos de doble dígito anual.
Al momento de invertir, la primera opción (empresa de jabones) es mucho más segura y por consiguiente la Beta es menor a 1 (el precio de la acción tiene movimientos menos pronunciados que el mercado), mientras que la segunda opción es más riesgosa, con una Beta mayor a 1, y el precio de la acción tendrá movimiento mucho más fuertes a los del mercado.
Ahora, considerando la tabla anterior, vemos que la Beta se multiplica por la prima del mercado, por lo que una empresa con crecimiento, que tiene una Beta mayor a 1, tendrá un costo de capital mayor al de una con menor crecimiento.
¿Cuánto vale una empresa?
Lo siguiente que tenemos que entender es el valor de la empresa (de aquí sacamos el precio teórico de la acción en el mercado accionario).
Existen diversas formas de calcular el valor de una empresa, pero la más utilizada es el método de flujos descontado, que se basa en la idea de que el valor de cualquier activo financiero debe ser igual a la suma de todo el dinero que te pagará ese activo en el futuro.
En el caso de las acciones, el valor de la empresa es igual al flujo de efectivo libre que va a generar hacia adelante, es decir, el dinero que le queda a la empresa después de pagar para mantener las operaciones, y con el cual puede pagar deuda, dividendos y hacer crecer el negocio.
Normalmente lo que se acostumbra es que se estime el flujo de una empresa sólo para los siguientes 5 años. Hacia adelante ya no hace sentido, porque la visibilidad es muy poca en un horizonte más largo. Por lo tanto, se le asigna un tasa de crecimiento llamada “tasa de crecimiento a perpetuidad” y que suele ser similar a la tasa de crecimiento del país donde percibe ingresos la compañía.
Una vez que tenemos los flujos que se proyectaron para los siguientes 5 años y la perpetuidad, los vamos a pasar al valor presente que tienen hoy, utilizando la tasa de descuento, que en este caso sería el WACC.
Considera el valor presente
El valor presente no es más que la suma de todo el dinero que te llegará en el futuro si inviertes en algo, pero tiene un detalle: no vale lo mismo que te paguen algo hoy o que te lo paguen en un año más. La primera opción es más valiosa, ya que puedes invertir ese dinero durante 1 año.
Para poder penalizar a los flujos futuros por este efecto del costo de oportunidad, tenemos que descontar cada flujo por una tasa de descuento, que resulta ser el WACC. Cuando la tasa de crecimiento a perpetuidad es menor al WACC, el valor presente se puede calcular de forma explícita cómo:
donde:
Con esto estamos determinando el valor al día de hoy de los flujos futuros por el costo que implica generarlos considerando la estructura de deuda y capital de la empresa.
Por consiguiente, un alza en la tasa de interés, implicaría un costo de capital o un WACC más alto y al descontar los flujos a una mayor tasa el valor presente sería menor (la tasa en la fórmula se encuentra en el denominador, haciendo que el valor futuro traído a valor presente sea menor), por lo que el valor de la empresa también disminuye impactando así en el precio de la acción.
Entonces, ¿qué impacto tiene una subida en la tasa de interés?
Considerando lo anterior, podríamos decir que el valor intrínseco de una empresa se ve afectado negativamente cuando las tasas de interés suben, ya que incrementa el costo de capital que necesita para impulsar el crecimiento de la misma.