«Estas generaciones de ahora son puro trabajar y trabajar», fue lo que me dijo mi abuela la última vez que fui a visitarla, cuando saqué el compu un rato en su presencia.
En realidad, en Fintual las condiciones laborales son muy buenas: no “trabajamos todo el día” como generalizaba mi abuela, pero su comentario me dejó curiosa. ¿Será verdad que las nuevas generaciones trabajamos más que nunca?
Resulta que, en general, no. Para la mayoría de los países donde hay datos disponibles, con la industrialización las horas trabajadas han disminuido en los últimos 150 años. En Alemania, por ejemplo, se trabajaba cerca de 3.300 horas por año allá por el 1870, y las horas han descendido a cerca de 1.300 en los años más recientes.
En México o Chile los datos disponibles no tienen tanta historia, pero la caída también se cumple.
En Chile, la caída ha sido mucho más pronunciada que en México. Estos datos consideran horas por año, por lo que vemos tanto horas trabajadas por día, como menos días por semana y más días de vacaciones. Entonces, sospecho que, al menos en parte, la diferencia entre Chile y México está ligada a los muy pocos días de vacaciones que hay en México, pero eso está por cambiar. Ojo, que en Chile se empezará a discutir nuevamente el proyecto que reduce la jornada laboral a 40 horas, lo que también podría afectar estos números.
Aunque las diferencias entre países dejan claro que todavía hay mucho por hacer, en términos generales, la tecnología nos ha permitido avanzar hacia una vida donde no todo es trabajo.
Es muy fácil idealizar el pasado, pero a veces debemos luchar contra esa tentación para valorar los avances.