Hace algunos meses Reddit salió a la bolsa, y fue noticia. Y es que después del boom del 2021, en que se batió el récord de empresas que se hicieron públicas, el mercado se pone atento cada vez que una empresa interesante decide salir a la bolsa, o hacer una IPO, por sus siglas en inglés. Por ejemplo, este año se espera que Shein, la empresa de fast fashion se haga pública, en lo que muchos creen, será el evento del año.
Lo que me pareció increíble es que "salir a la bolsa", o que una empresa se haga pública, tiene una historia bastante peculiar, que incluye compañías de la época colonial, holandeses que prestan su casa para el evento y empleadas domésticas que compraron acciones.
Primero, lo más básico: ¿qué es una IPO? Se le dice Initial Public Offering al proceso que una empresa privada sigue para vender su acciones al público por primera vez. En español se le dice “salida a la bolsa”. Es cuando una empresa deja de ser privada y pasa a ser pública, o sea, que cualquiera puede comprar acciones de esa empresa en la bolsa.
¿Cuál fue la primera IPO de la historia?
Obviamente, es un tema debatible, como toda interpretación histórica. Pero en este tema en particular, casi todos están de acuerdo en que la primera compañía en salir a la bolsa fue la Dutch East India Company. Aunque tal vez el término “salir a la bolsa” no sea el más indicado en este caso. La historia la encontré en el libro The world’s First Stock Exchange, de Lodewijk Petram.
El gobierno holandés –lo que en ese tiempo eran la Provincias Unidas o la República Holandesa– le había dado a la East India Company el monopolio del comercio en Asia. Era tal su poder que tenía la facultad de empezar una guerra, ejecutar convictos, tomar prisioneros, producir sus propias monedas e incluso establecer nuevas colonias. Una compañía todopoderosa, similar a la que tenía el gobierno británico de la época, la British East India Company.
Algunas compañías ya habían explorado la opción de vender parte de sus empresas a inversionistas interesados y luego pagarles dividendos. Era una práctica común para las empresas de comercio con las colonias: se creaba una nueva, compraba un par de botes, se lanzaba al mar, volvía un par de años después, liquidaba todo, pagaba sus dividendos y si los barcos todavía estaban utilizables, se vendían a una nueva compañía. Al final, pocas empresas duraban más de 3 o 4 años.
Una de estas compañías, y que luego se fusionaría con la East India Company, fue la Oude Compagnie. Esta ya había ofrecido acciones a inversionistas, pero no de manera pública.
Y en lo “público” está la cuestión más importante. Lo innovador de la East India Company fue que la oferta fue pública: cualquier ciudadano holandés de la época podía comprar una acción sin límite de número o dinero. Además, sin quererlo crearon un mercado de acciones en el sentido moderno del término.
Con todo si no pa’ qué
En un principio, como la compañía tenía el monopolio asegurado por 21 años, los dueños decidieron que a los 10 años plazo se pudiera hacer una revisión de los resultados de la compañía y que los inversionistas pudieran pedir su dinero si así lo deseaban. Pero al parecer 10 años también era mucho, y en un clásico ejemplo de con todo si no pa qué, los dueños se lanzaron con la siguiente cláusula:
“La enajenación o transferencia [de acciones] podrá hacerse a través del contador de esta cámara.”
Parece una cláusula simple, pero aquí se encuentra uno de los gérmenes de los mercados modernos: tus acciones de la East India Company eran transables. Y voilá, se creó un mercado de acciones.
Bueno, tal vez no fue así de rápido, pero varios historiadores coinciden en que con este primer paso, que parece tan simple, la gente al poco tiempo empezó a transar acciones, futuros y otros productos financieros. Al poco tiempo se crearía la Amsterdam Stock Exchange, la primera bolsa moderna.
¿Y cómo le fue a la primera IPO?
Lo primero que hay que saber es que, como no existía un mercado o una sala tipo Nasdaq donde tocar la campanita para celebrar tu salida a la bolsa, uno de los dueños de la empresa, Dirck van Os, se puso con la casa para hacer la primera sesión de venta.
Este método, hay que decirlo, se estilaba en aquella época. Y los inversionistas acudieron con ganas: 1143 compraron una o más acciones de la compañía. Y un pequeño dato: la penúltima inversionista fue Neeltgen Cornelis, empleada doméstica del señor van Os. Inspirado por su colega, el “bookkeeper” de la compañía decidió darle un bono a su empleada y quedó como la última inversionista, Dignum Jans.
Desde ese día hasta la fecha la bolsa ha cambiado bastante. ¿La última innovación? Abrir 24/7. Pensar que todo partió con una venta en la casa de un holandés.