Hace un año Bitcoin costaba 9.000 dólares.
Hoy cuesta un poco más de 50.000.
¿Se justifica ahora pagar ese precio por un Bitcoin? Elon Musk y Warren Buffett tienen opiniones divididas.
¿Cómo llegamos hasta aquí?
Antes de 1971 la plata estaba respaldada en oro: por cada billete que había en circulación, el Estado tenía una cierta cantidad de oro en unas bóvedas de alta seguridad. Hace tan solo 50 años Estados Unidos empezó a utilizar el dinero tal como lo conocemos hoy.
El dinero de ahora no está vinculado al valor de ningún activo real, o sea, su precio no está sujeto al oro ni a ninguna otra reserva de valor. A este dinero que utilizamos hoy le llamamos dinero fíat.
Entre 1971 hasta la actualidad hemos visto al mundo evolucionar en muchos ámbitos: la caída del muro de Berlín, la erradicación de la polio, la llegada del Internet, autos eléctricos, el nacimiento de Fintual, etc. Sin embargo, la plata que utilizamos a diario continúa siendo la misma. Es por esto que el surgimiento de Bitcoin como primera alternativa al dinero fíat ha ganado tanto revuelo el último tiempo.
Bitcoin fue la primera moneda digital o criptomoneda que entró en circulación en el mundo y cuenta con varias características interesantes. La más relevante es que no existe una entidad gubernamental ni internacional que emita bitcoins de manera centralizada, sino que cualquier persona puede “emitirlas”. A estos voluntarios se les conoce como mineros, y para minar bitcoins tienen que aportar con recursos computacionales para sustentar la misma red de transacciones de la criptomoneda.
Imagina todo esto como una mina de oro gigante en que se están minando bitcoins cada minuto del día. Al ser una mina, esta tiene una cantidad finita de bitcoins, lo que hace a Bitcoin limitado y por ende valioso.
Además, que la emisión no dependa de un gobierno en particular y que además sea escaso, transforma a esta criptomoneda en una alternativa viable, o al menos interesante, para reemplazar al dinero fíat.
Y esa es una de las razones de por qué Bitcoin ha ganado tanto interés en el mundo.
Basta con ver la explosiva evolución del precio que ha tenido en los últimos años:
Pongámoslo de esta manera: en 2016 podías comprar un Bitcoin con menos de un sueldo mínimo chileno y hoy, en 2021, para comprar un solo Bitcoin tendrías que pagar un monto equivalente a cinco veces el sueldo mensual del presidente de la República.
Si no puedes contra ellos, únete
Retrocedamos 3 años atrás, a tiempos cuando los principales bancos del mundo empezaron a atacar a Bitcoin.
A fines del 2017, la banca de inversión UBS declaraba que Bitcoin nunca iba a ser utilizada como una moneda de intercambio, y que su alto precio no obedecía a ningún fundamento económico. Es decir, creían que era una burbuja.
Otro hater connotado fue Jamie Dimon, el CEO de JPMorgan Chase, el banco más grande de Estados Unidos. Él calificó a Bitcoin como un fraude y que despediría a cualquier empleado que comprara la criptomoneda.
Desde ese momento Bitcoin se fue al suelo, pero retomó su senda victoriosa algunos años después. ¿Qué pasó en 2020 que hizo que volviera la confianza en Bitcoin?
Bueno, pasó que parte de estas empresas grandes, y otras más pequeñas, comenzaron a confiar en el futuro de las criptomonedas y dieron importantes pasos para masificar su uso. ¿La justificación? Bitcoin sería un mecanismo para empoderar económicamente a la gente y además serviría a los países a converger hacia un sistema monetario global.
Piénsalo de esta manera: es una moneda que no la emite ningún banco central y por ende ningún gobierno en particular, lo que la hace más confiable como reserva de valor.
Aquí hay un zoom al año 2020 y a todos estos nuevos jugadores que le han brindado su apoyo a Bitcoin:
El primer grande que entró fue MicroStrategy, una empresa americana de business intelligence que decidió invertir 500 millones de dólares en bitcoins como reserva de valor. No pasó mucho tiempo después cuando la empresa de servicios financieros Square también dio a saber que invertiría un 1% de sus activos en la criptomoneda.
Como si fuera poco, el mismo mes de octubre la compañía PayPal (la app que usamos para pagar cosas en Internet) declaró que habilitaría la plataforma para poder pagar, recibir y guardar bitcoins en sus cuentas.
Y hace pocos días, al anuncio de PayPal se sumó Mastercard, quien también declaró que aceptará realizar transacciones en criptomonedas. Un punto importante es que muchas compañías de medios de pago han intentado subirse al carro de las criptomonedas en otros momentos, pero después han tenido avances lentos o nulos.
La guinda de la torta
Pero de todas las compañías que se han involucrado en las criptomonedas, la que más llamó la atención fue Tesla, la flamante empresa de autos eléctricos. No solo le bastó comunicar que había comprado 1.500 millones de dólares en bitcoins, sino que también anunció que aceptaría pagos en Bitcoin por la compra de sus productos. Sí, ahora puedes comprar tu auto eléctrico con bitcoins.
¿Y los inversionistas más tradicionales siguen asustados?
Algunos sí. Por ejemplo, el mes pasado los estrategas de JP Morgan declararon que no estimaban que Bitcoin fuese a sobrepasar nuevamente los 40 mil dólares (plot twist: los pasó dos semanas después).
Otro nombre importante que no le ha dado su visto bueno a Bitcoin es Warren Buffett, quien ha declarado múltiples veces que a su juicio la moneda no tiene ningún valor y tampoco ningún uso práctico.
Pero algunos inversionistas experimentados y de renombre ya le han dado soporte a Bitcoin. El más emblemático tal vez es Ray Dalio, fundador del hedge fund estadounidense Bridgewater. En enero, Dalio escribió un artículo con su opinión sobre Bitcoin, en que explica su admiración por la criptomoneda y lo considera un activo con valor real, ya que es una opción de largo plazo en la que uno tiene que estar dispuesto a aceptar que existe la posibilidad de perder (o ganar) grandes cantidades de dinero.
A Dalio se suman otros destacados académicos que ya han aceptado Bitcoin como moneda de valor: Aswath Damodaran, profesor de finanzas de la Universidad de Nueva York y Paul Tudor Jones, el famoso gestor de hedge funds, que el año pasado invirtió el 1% de su portafolio en esta criptomoneda.
Cabe la pregunta de si todo este apoyo que le han brindado a Bitcoin ha generado este aumento en su precio, o si es el aumento del mismo lo que ha hecho que estos actores entren en el mercado.
Es importante recordar que desde que no existe el patrón oro: el valor de las monedas depende netamente de su oferta y demanda. En general la oferta de las monedas tradicionales se relaciona con el actuar de los bancos centrales, ellos regulan cuánto dinero entra y sale de las economías.
En el caso de Bitcoin esto es más simple, ya que como existe una cantidad finita de bitcoins que se pueden generar, su oferta es más o menos conocida. El gran signo de interrogación está en la demanda por Bitcoin, o sea, qué tanto queremos o necesitamos a esta moneda digital. Sin embargo, aquí hay varias preguntas inconclusas:
¿Es realmente mejor que el dinero fíat?
¿Los gobiernos y estados permitirán su utilización en perjuicio de sus propias monedas?
¿Querrán los bancos aceptar depósitos en Bitcoin en sus cuentas corrientes?
Todas estas preguntas son difíciles y sus respuestas las iremos conociendo de a poco. Es importante destacar que 50 años tampoco es mucho tiempo para este experimento del dinero fíat, especialmente si lo comparamos con la larga vida que tuvo el oro u otras formas de dinero. Estos cambios son muy estructurales para la sociedad y por ende son procesos paulatinos que pueden tomar muchos años.
Por ahora, lo único cierto es que hay dinero en la mesa, y también jugadores; como Warren Buffet o Elon Musk, con distintas apuestas a las preguntas planteadas.
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