Todos los dardos apuntaban a que los inversionistas pequeños, no-profesionales, desde sus casas, con pasión desatada y desenfreno irracional habrían sido los principales compradores que generaron —lo que algunos llamaron— una pequeña “burbuja” en torno a las acciones de empresas tecnológicas tales como Amazon, Tesla, Apple, Netflix, Microsoft y Facebook. Todo esto ayudado por la masificación de aplicaciones de compra y venta de acciones tales como Robinhood.
Pero hay alguien más a quien apuntar y no es precisamente un inversionista pequeño.
Masayoshi Son, con una fortuna personal de 30 mil millones de dólares, es la segunda persona más rica de Japón. Partió su carrera creando uno de los primeros traductores electrónicos, que vendió a Sharp Corporation, y luego importando máquinas usadas de videojuegos a Estados Unidos desde Japón. En 1995 invirtió en Yahoo!, y en 1999 invirtió en el actual gigante chino Alibaba, una de las mejores inversiones de su carrera.
Masayoshi es el fundador de SoftBank, un conglomerado japonés que opera tecnología, energía, telecomunicaciones y compañías financieras. SoftBank además maneja un fondo gigantesco de capital de riesgo llamado Vision Fund.
Resulta que luego de que en marzo todo el mercado cayera fuertemente por los efectos de la pandemia de COVID-19 fuera de China, las acciones de las principales empresas tecnológicas no solo habrían rebotado, sino que además terminaron subiendo a niveles sobre los de pre-pandemia. Y es que el sector tecnológico se vio efectivamente beneficiado en sus resultados por el distanciamiento físico, por lo que al menos no ha sido un alza sin sentido.
Sin embargo, la primera semana de septiembre los precios se pegaron un ajuste brusco, cayendo fuertemente.
Según análisis posteriores, uno de los instrumentos que habrían empujado la subida de precio de las acciones habría sido las opciones de tipo call, un tipo de instrumento financiero (derivado) que permite al comprador ganar dinero si el precio de cierta acción sube respecto a un precio de referencia, pero no perder dinero si el precio de la acción baja (en cuyo caso, solo se pierde el dinero por la compra de la opción).
Y efectivamente, en Estados Unidos el volumen de opciones compradas subió a más del doble que el año anterior, con nocionales (cantidad de acciones comprometidas en el contrato de la opción) aumentando casi a más de 10 veces respecto de un año normal.
Sin embargo, resultó ser que no sólo inversionistas pequeños estaban detrás de este volumen gigantesco de compra de opciones. También estaba el gigante japonés SoftBank.
De ahí que algunos de los traders que habían estado fuertemente emocionados por las rápidas ganancias que habían logrado con sus apuestas por el Nasdaq se sintieran interpretados por este meme:
Pese a que las ganancias para SoftBank por esta operación podrían resultar superiores a 4 mil millones de dólares, este lunes 7 de septiembre la acción de SoftBank cayó un 7,2% en Tokio, producto de las dudas de si este cambio en dirección a la especulación bursátil tiene sentido o no para la compañía. Según un comunicado de SoftBank, esta operación financiera ya estaría casi completada, así que por el momento ya no hay más ruido por el lado de SoftBank.