En los últimos meses grandes empresas e instituciones financieras están comprando o lanzando servicios para comprar y almacenar Bitcoins.
Yo conocí el Bitcoin en 2012.
Después de leer una noticia en que su precio se desplomaba, corrí emocionado a leer el paper publicado por el tal Satoshi Nakamoto.
No entendí nada.
Mucho tiempo después empezaría a entender.
Pasamos cientos de almuerzos hablando del tema con mis socios. El origen del dinero, la definición legal de moneda, criptografía asimétrica, teoría de juegos, regulación financiera. No terminábamos de aprender.
Hoy Bitcoin tiene más de 12 años y la gran teleserie que ha generado no nos ha decepcionado en lo absoluto.
Y es que no es fácil que el mundo tolere la creación de semejante bestia.
El dinero es poder y buena parte del poder hoy reside en los Estados, que con el mismo dinero del pueblo financian ejércitos para defenderlos.
Pero Bitcoin es una vía de escape que devuelve el poder al individuo. Es la privatización del dinero. Dinero digital creado por matemática, no por un Estado.
Siendo sincero no tengo ni la menor idea de si esto le conviene a la humanidad o no, pero creo que es de todas formas inevitable.
Ahora el dinero de las instituciones también está empezando a moverse hacia Bitcoin.
Ya no son solo “los nerds”, “los traders hambrientos por volatilidad”, o “puros traficantes de drogas” como se decía en la prensa antes. Ahora son equipos de analistas financieros los que toman la decisión de poner parte de sus activos en Bitcoin. Curiosa vuelta.
La última noticia fue que el 10 diciembre de 2020 MassMutual, una cooperativa de Massachusetts que administra fondos de pensiones por más de 235 billions, anunció tener una “pequeñísima” (al menos para ellos) reserva de 100 millones de dólares en Bitcoins.
Justo un día antes el banco español BBVA anunció el lanzamiento de su servicio de trading y custodia de Bitcoins.
Y algunos meses antes, una empresa listada en NASDAQ llamada Microstrategy contó que había adoptado Bitcoin como su activo de reserva primario. Actualmente tiene cerca de tres cuartos de billion dollars puesto ahí.
Van quedando atrás los tiempos en los que Jamie Dimon el CEO de JPMorgan, uno de los bancos de inversión más importantes del mundo, le dijo a sus empleados que los despediría “por estúpidos” si supiera que compraron Bitcoins. Hoy los propios analistas de JPMorgan realizan estudios que explican cómo podría comportarse el precio en los meses venideros. Quién pensaría que les interesaría analizar el precio de esta “estafa piramidal”, como la llamaron muchos en un primer momento.
Me imagino que el hecho que Paypal comenzara a ofrecer la posibilidad de comprar Bitcoins a sus clientes es lo que empezó esta ola de nueva aceptación. Probablemente el COVID también hizo su parte, al forzar a la FED americana a aumentar tanto sus paquetes de ayuda que muchos comenzaron a dudar de si el dólar sería capaz de tolerarlo.
Por mi parte, sigo expectante. Bitcoin es como Rocky Balboa, que parte la pelea perdiendo por lejos y yo soy el espectador de esta producción hollywoodense donde estoy prácticamente seguro de quién gana al final, pero no puedo dejar de mirar.