Siempre me han llamado la atención los artistas que logran marcar una época saliéndose de los lugares y medios que hasta ese entonces eran aceptados para "mostrar" su arte. El Rock & Roll, R&B y la música popular lograron sacar la música de las salas de concierto a la calle, los recitales y las fiestas. El folletín y las novelas del siglo XIX sacaron la literatura de la lectura familiar de la Biblia; y algunos artistas como James Montgomery Flagg, sacaron a la pintura de los museos.
A principios de siglo, Flagg ya se había ganado una reputación como diseñador gráfico e ilustrador, Estados Unidos entró en la Primera Guerra Mundial. Flagg produjo su cartel I Want You for U.S. Army, que se convirtiría en un una de las imágenes más icónicas del siglo XX. Aunque Flagg tomó el diseño de una obra británica anterior, lo adaptó de una manera que inmediatamente capturó la imaginación estadounidense. Aquí abajo, la versión inglesa.
Y aquí, la versión de Flagg:
Con ese pequeño gesto, Flagg puso de moda un estilo pictórico que se manifestaba en posters e ilustraciones, pero que era considerado arte, igual que una obra colgada en el MET.
Flagg fue un maestro a la hora de capturar la Norteamérica de los años veinte, una sociedad vivaz que todavía no se imaginaba las calamidades de la Segunda Guerra Mundial ni del crack bursátil.
Ya fuese a color o en carboncillo, las ilustraciones de Montgomery Flagg nos remiten a un momento muy específico de la historia estadounidense. Pero claro, en el pasado siempre están las pequeñas señales del presente, y esta semana es, sin duda, especial en ese sentido: Donald Trump y Kamalah Harris se disputan el que seguramente sea el puesto gubernamental más importante del mundo: la presidencia de Estados Unidos.