Tilly Norwood tiene página web y redes sociales que la posicionan como una actriz emergente, creando la ilusión de que no es un mero avatar digital que pretende ser la “primera actriz 100% creada por IA”.
Es un titular atractivo, una actriz joven y hermosa que no ha estado en ninguna película y básicamente no existe. Sea lo que sea que eso signifique hoy en día.
“O lo entiendes o finges que no”, dicen las biografías de sus redes sociales, provocadoramente. Y la amenaza para los actores es clara: Tilly es perfecta, jamás envejecerá, no cobra por trabajar ni tiene días libres. Ni siquiera necesita actuar bien. Incluso se dio el tiempo para replicar el controversial comercial de American Eagle interpretado por Sidney Sweeney:
El estudio Particle6, que se especializa en mezclar producción audiovisual con IA, creó a esta “actriz” después de meses de trabajo usando diez programas de inteligencia artificial distintos. Han sacado clips de Tilly llorando, gritando y actuando en distintos géneros, ya que la creadora, la ex actriz Eline van der Velden dice: "queremos que Tilly sea la próxima Scarlett Johansson o Natalie Portman, ese es el objetivo de lo que estamos haciendo".
Particle6 la presentó en un video en que otros personajes hechos por IA se preguntaban si “podría llorar”, con la respuesta reafirmadora siendo que sí, que podría hacerlo en talk shows y que ese clip estaría listo para subirse a TikTok y monetizarse en minutos.
En el mismo video, un hombre se ríe explicando que no necesita su consentimiento para escenas románticas, y otro dice literalmente “hará todo lo que yo le diga. Estoy enamorado”. Y es que no debería sorprendernos que la primera persona en ser creada por la IA para aparecer en pantallas sea una mujer hegemónica y de aspecto adolescente.

Intérpretes sintéticos: la inserción de estos “actores” en Hollywood
La revista especializada en entretenimiento Variety declaró que Tilly ha atraído la atención de múltiples agencias de talento, como si para los agentes fuese normal firmar con avatares digitales. Y la creadora Van der Velden dijo que los estudios en Hollywood están silenciosamente avanzando con sus proyectos que integran IA, y que se seguirán haciendo anuncios como este en los próximos meses.
Variety anunció que un representante estaba considerando adoptar “actores” construidos por IA, anticipándose a un futuro en el que inevitablemente terminarían haciéndolo. En su cita, explica que al principio nadie quería firmar con influencers, pero todos terminaron haciéndolo.
Y seguramente la tecnología no está al punto de crear interpretaciones emotivas y humanas a partir de estos “actores”, lo cual sería uno de los desafíos finales para esta tecnología. Pero imagínense alguna comedia descartable de Netflix o una película que ya tenga tantos efectos especiales que el que una actriz sea digital apenas se note. Los estudios no estarían por sobre eso.
Y es irónico, porque hace pocos años la huelga de los actores en Hollywood concluyó integrando el debate sobre el uso de la IA. Se defendieron principalmente contra el robo de su apariencia y voz para la creación de réplicas, pero la batalla que perdieron fue respecto a la generación de “intérpretes sintéticos”.
La nueva regla establece que los productores de cualquier producción deben notificar a SAG, el sindicato de actores, para poder negociar de buena fe si un “intérprete sintético” está siendo usado por sobre un actor que podría haber cumplido el mismo rol.
Pero palabras como “notificar”, “negociar” y “buena fe” no son lo suficientemente fuertes y tan solo un año después de la resolución, ya apareció Tilly.
La directora ejecutiva del Sindicato Canadiense de Actores, dijo a la prensa “sabíamos que Tilly llegaría tarde o temprano” y urge a los gobiernos para moverse rápido en proteger los derechos de sus intérpretes ante el robo de su trabajo que está siendo usado para entrenar a estas IAs.

La respuesta de la gente real
Las notificas sobre Tilly generaron controversia muy rápidamente. El mismo sindicato de actores estadounidense, SAG, aclaró: “Tilly Norwood no es una actriz, es un personaje generado por un computador que se entrenó usando el trabajo de incontables actores profesionales, sin su permiso ni compensación”.
Tilly pasó a ser la cara de una amenaza existencial que hasta ahora solo había sido especulación. Actores de Hollywood también se pronunciaron. Emily Blunt le pidió a las agencias que no sigan adelante con esto y Natasha Lyonne fue un paso más lejos, diciendo que debería boicotearse a cualquiera que lo haga. Toni Colette expresó una serie de emojis indignados en Instagram y Mara Wilson, actriz de Matilda, llamó a los creadores de Tilly “ladrones de identidad” por todos los rostros de mujeres jóvenes que robaron para esta creación.
Van der Velde, por su parte, se defendió explicando a Tilly como una nueva brocha con la cual pintar, como la animación o las marionetas o el 3D, que abrieron nuevas posibilidades para actores sin quitarles su trabajo. Y remató escribiendo en su LinkedIn que “la época de los actores sintéticos no está llegando. Ya está aquí”.
Y tanto los estudios como los cineastas y creadores tendrán que ser cuidadosos. Porque aunque solo quieran experimentar creativamente con los límites de la tecnología, aún hay muchas razones por las cuales no usar IA: las actuaciones son poco auténticas, la polémica es demasiado grande e incluso les puede importar el detalle de dejar gente real sin trabajo y utilizar recursos naturales innecesariamente.
Pero hemos visto lo rápido que la IA ha avanzado los últimos años y es iluso pensar que no será solo cuestión de tiempo para ver más y más noticias como esta. La pregunta no es si Tilly puede reemplazar a los actores –porque sí puede– es si se le permitirá. Es si las leyes se moverán lo suficientemente rápido para proteger a los actores o si como colectivo normalizaremos estas prácticas y no nos importará su implementación. La pregunta es si a los espectadores del futuro siquiera les importará que los rostros que ven en pantalla no sean humanos.