Asteroid City, ahora en cines, es el último estreno de un director que ya se ha convertido en un género en sí mismo. Las películas de Wes Anderson pueden ser dramas familiares, comedias, historias de amor, películas de acción o animadas, pero por sobre todo son, bueno, películas de Wes Anderson.
Su estilo es inconfundible incluso para quienes no hayan visto nada de su filmografía. Simetría extrema, coreografías elaboradas con timing perfecto, personajes desafectados, sets abarrotados de utilería anacrónica y repartos cada vez mayores que incluyen gente cada vez más famosa.
Su sello visual es tan específico que este año se ha convertido en una moda en redes sociales, con miles de personas imitando su estilo en fotos y videos, aunque el director ha confesado no haber visto ningún TikTok y no tener intenciones de hacerlo.
Y, por mientras, Anderson no muestra ninguna señal de querer moderar su estilo. Al contrario, parece ir en aumento. A pesar de haber sido singular desde el principio, ya por el 2012, con la tierna historia de amor scout Moonrise Kingdom, parecía estar llegando al peak de sus poderes. Pero cuando lo sobrepasó y llevó al extremo con El Gran Hotel Budapest, terminó convenciendo a todo el mundo y logrando su película más exitosa. Parecía haberse superado a sí mismo.
No conforme, La crónica francesa, estrenada hace un par de años, llevó más lejos su apuesta. Ya parecía ser un ejercicio estilístico por encima de todo, con historias que eran definitivamente menos memorables que las imágenes que el autor proponía.
Aquella película tuvo una repercusión menos transversal y llevó a los detractores del director a pronunciarse más. ¿Era ya un exceso? ¿Cuánto Wes Anderson es ya demasiado Wes Anderson?
Asteroid City, la más andersoniana de todas
Las críticas que acusan a sus películas de privilegiar la forma por sobre el contenido no son nuevas, pero se han hecho más recurrentes el último tiempo. Y la respuesta de Anderson parece ser, en vez de regresar a la sencillez, hacerlo todo más elaborado.
Las tramas de sus últimas películas son difíciles de describir y sus apartados técnicos, más complejos que nunca. Asteroid City se presenta como un programa de televisión que transmite a un grupo de actores representando lo ocurrido en un lugar llamado Asteroid City, donde una convención de jóvenes científicos dio paso a eventos sobrenaturales.
¿Una historia dentro de una historia dentro de una historia? Sí. ¿Un elenco enorme que incluye a Jason Schwartzman, Adrien Brody, Edward Norton y Tilda Swinton? También. ¿Toda la parafernalia que estamos acostumbrados a esperar, pero llevada al infinito? Así es.
Es todo lo que podríamos esperar y más. Para bien y para mal. Los personajes de Asteroid City siguen teniendo expresiones planas y desafectadas, con un humor seco que nos habla sobre su estancamiento emocional. El problema es que eso genera más distancia entre el público y los sentimientos de sus personajes, permitiéndonos admirar el trabajo del director y el elenco pero sin involucrarnos tanto en la historia.
Asteroid City es una vitrina muy hermosa que no podemos dejar de mirar. Probablemente no nos conmovamos con sus tramas, o siquiera nos interese seguirlas, pero entendemos que ni para Anderson era tan importante. Lo importante es el mundo completamente singular que plantea, la forma en que el artificioso set desértico se expande y particulariza, generando un pequeño micromundo donde hay reglas propias, como si fuese el terreno de juego de un director que ha inventado los juguetes más grandes de todos los tiempos.
Amerita verlo en pantalla grande. Es el trabajo de uno de los autores más distintivos del último tiempo. Si es para ti, ya lo sabes. Pero si decidiste que ya has tenido demasiado Wes Anderson, Asteroid City no va a cambiar tu opinión.