Saul Steinberg es el clásico ilustrador que te hace pensar “si me hubiese dedicado, yo también podría haber dibujado como él”. Probablemente, con una barsedad infinita, encuentras que tus garabatos en los márgenes de tus cuadernos se parecen a sus trabajos.
Esos son los mejores artistas, los que dan la ilusión de que podría ser fácil. Pero no señores, nadie es como Steinberg, uno de los ilustradores más icónicos del New Yorker.
Se autodeclaraba “el escritor que dibuja”, porque sus ilustraciones hechas con una sola línea parecen una "letra manuscrita” de una especie de caligrafía propia.
Quizás por esa similitud con el juego de dibujar sin levantar el lápiz es que su obra nos recuerda los dibujos infantiles. Y bueno, él también afirmaba que su estilo era siempre seguir dibujando como lo hacía de niño. Se tomaba tan en serio esa afirmación que hasta la convirtió gesto delirante: hizo una especie de collage donde sale él tomado de la mano de su versión de 6 años.
Esta “foto” nos da una pista de que uno de sus aspectos más destacados fue el sentido del humor. Con razón le gustaba ilustrar caricaturas, y no le interesaba distinguir entre el “alto arte” y “bajo arte”.
Nació justo cuando empezó la Primera Guerra Mundial, estudió arquitectura y sobrevivió la Segunda Guerra, escapando el antisemitismo en 1941, y fue ese mismo año que publicó su primera portada en el New Yorker.
Desde ahí en adelante pasó a ser clave para la identidad de la revista y muy amigo de uno de sus escritores, Ian Frazier, quien cuenta que junto a Nabokov, fue de los pocos artistas que representó tan bien la era de los moteles de Estados Unidos.
Creo que esta cita de Fraizer retrata muy bien el carácter excepcional de Steinberg (y nos hace darnos cuenta que nunca estuvimos cerca de ser como él): “Nabokov y Steinberg eran amigos y Saul una vez me dijo que dejó de fumar mientras visitaba a los Nabokov en Montreux. Simplemente lo dejó, sin necesitar chicles de nicotina o un programa especial para dejarlo, nada, y nunca más volvió a tocar un cigarro. Era un tipo decisivo.”