Resiliencia, la capacidad de adaptarse a la adversidad, es una palabra que se puso de moda en los últimos años. Y no es para menos. Todos, tanto los países, como las empresas y las personas nos dimos cuenta de la importancia de estar preparados para lo inesperado, y no hablo solo de sucesos tan extremos como una pandemia; preparados para poder afrontar, sin tanto estrés, una enfermedad, una falla del auto, una pérdida de empleo, o cualquier otro inconveniente.
Resulta que la gran mayoría de nosotros no somos resilientes, al menos en términos financieros. En 2021, en México, menos del 6% y 14% de las mujeres y los hombres, respectivamente, dijeron que les era nada difícil obtener dinero en menos de 7 días para una emergencia, ya sea a través de familiares, trabajo, ahorros, préstamos, vender algo, o de cualquier otra forma.
Y, de hecho, el 15% de las mujeres y 8% de los hombres dijeron que les sería imposible conseguirlo.
Qué feo ver que son más las mujeres a las que les sería imposible conseguir dinero de emergencia, que las que les sería fácil hacerlo, ¿verdad?. En este sentido, las mujeres, en promedio, somos mucho menos resilientes que los hombres.
Pero en verdad, pocos se salvan. Casi el 87% de los hombres tendrían algún grado de dificultad para conseguir dinero de emergencia.
¿Y cómo podemos ser más resilientes? Una buena forma es tener tu propio fondo de emergencia. Dinero equivalente a entre 3 y 6 meses de gastos, para que no tengas que endeudarte o reducir bruscamente tu estilo de vida si te surge un inconveniente. Paz mental, le dicen.
Al construir tu fondo de emergencia, recuerda nunca dejarlo en una cuenta de banco que no te pague rendimientos, porque si lo haces, la inflación diluye tus ahorros en el tiempo. Inviértelo en una opción de bajo riesgo, con buena liquidez para que puedas acceder a él cuando lo necesites, que te pague un buen rendimiento y, ojalá, que cobre poco. Aquí te dejo una opción que cumple con esas características.