Aunque lleva más de una década, la plataforma que te permite llevar la cuenta de las películas que ves ha explotado en los últimos años. Ya logró adentrarse de lleno en la industria y tiene más de 13 millones de usuarios que hacen gala de sus “cuatro películas favoritas”.
Letterboxd ha sido acusada de contribuir a la “muerte del cine”, pero también la han llamado salvadora del séptimo arte en la era de la inmediatez, permitiéndonos conectar con otros apenas empiezan los créditos de la película que acabamos de ver.
Sus creadores definen su misión de otra manera.
Proyecto por amor al arte propulsado por la pandemia
Te creas una cuenta gratuita en Letterboxd y agregas a tu perfil todas las películas que has visto. O las vas sumando a medida que las vas viendo. Puedes puntuarlas, hacer críticas, crear listas y conectar con amigos. Es una red social que gira en torno al cine y se basa en nuestra necesidad de registro.
No sé cuál será la relación entre el amor por las películas y la obsesión por las listas, pero definitivamente hay una (si no, ¿cómo se explican todas las listas de lo mejor del año que hacen los críticos?). Matt Buchanan y Karl von Randow, dos cinéfilos neozelandeses, lo sabían y el 2010 empezaron un proyecto al respecto.
Sin dejar sus trabajos de lado, desarrollaron la app y lentamente fue atrayendo gente que quería tener un registro de su historial de películas. Pero todo cambió en la pandemia. El 2020, la página la llevaban solo ellos dos a medio tiempo y tenía 1,8 millones de usuarios en total. Y pum.
Una mezcla de boca a boca, aislamiento, un renovado interés por el cine y un buen trabajo editorial de parte del equipo de Letterboxd hizo que la página explotara, aumentando exponencialmente su número de usuarios y alcanzando más de 190 países. Y sin querer quedarse en el nicho, Letterboxd amplió su equipo y ahora también produce entrevistas, screenings, una revista online y un podcast.
Todo por el amor al cine.
Y no es necesariamente un refugio para snobs o intelectuales: las películas más populares de Letterboxd son, también, las más populares entre la gente a la que le preguntarías en una fiesta: Pulp Fiction, Parasite, La La Land, Interestelar, El club de la pelea, Barbie. La tendencia siempre es hacia lo gringo y lo más reciente, pero la gracia de Letterboxd es que te permite ahondar de forma inagotable, encontrar tus nuevas películas favoritas y expandir tus horizontes.
Abriéndose paso en la industria
Y, a medida que crece, ha captado el interés de la misma gente que trabaja creando películas.
En los últimos años, Letterboxd se ha vuelto una herramienta de marketing para los estudios, que publicitan sus películas en banners o newsletter de la app, con la que forman alianzas. Pero más que eso, estudios, distribuidores y cineastas usan la página como puente para entender a su audiencia.
Es cierto que el público de Letterboxd es principalmente joven. La mayoría está en el rango de entre 18 y 24 años, seguidos por los de 24 a 35. Pero aún así, les sirve a los profesionales loguearse y saber cuál es la reacción general o la impresión que está dejando su producto. Qué funciona y qué no. Qué piensan los jóvenes y cómo se pueden beneficiar de esta información para cambiar sus estrategias de marketing.
El vicepresidente ejecutivo de marketing digital de Sony Pictures declaró estudiar activamente las métricas de Letterboxd. Y es que la página, sin pretender vender nada o influenciar a nadie, ha permitido transparentar audiencias y facilitar información, saber qué se anticipa, identificar tendencias y obtener reacciones instantáneas.
Películas independientes recorren festivales e instantáneamente terminan siendo agregadas por usuarios a sus cuentas. De ahí a las listas y luego los comentarios, subiendo así sus perfiles.
“Nos vemos como el enlace entre los realizadores y el público,” dijo Buchanan, y la verdad es que muchas veces esta línea se disipa. Ayo Edebiri y Rachel Sennott son unas de las celebridades más famosas con perfil en Letterboxd, sin contar a Martin Scorsese (cuya interacción fue breve), o el director Sean Baker, que solo mientras estuvo en Cannes (donde ganó la Palma de oro) dejó de actualizar su feed que nos muestra las películas que ve a diario. Hasta podemos encontrar al niño de Moonrise Kingdom y la niña de Eight Grade, y es normal ver en alfombras rojas, premieres y festivales a periodistas de la página entrevistando famosos para preguntarles sus cuatro películas favoritas.
El futuro de Letterboxd
Después del éxito empezaron a llover las ofertas. Los fundadores admitieron sentir la necesidad de mentoría y apoyo para llevar las cosas al siguiente nivel. Después de varios acercamientos, se decidieron por la empresa australiana Tiny.
¿Su razón? Querían llevarla al siguiente nivel, pero no querían que la tuviera cualquiera. Su intención no era que las cosas cambiaran, solo que la adoptara gente buena que pudiese seguir con la misión de acercar el cine a las audiencias. Le vendieron el 60% de Letterboxd por 50 millones de dólares.
Y la idea es seguir atrayendo gente. Quieren promover desde dentro, dándole voz a quienes se han convertido en críticos debido a la popularidad de sus reviews. Visibilizar curadores y cambiar la idea de lo que significa la distribución en la era digital.
Darle importancia a las películas extranjeras y a los documentales, entendiendo que, a medida que se van volviendo mainstream, también su público se amplía y hay potencial de conducir su interés por otros lados. Y Letterboxd es perfecto para ello: tiene la capacidad de complacer a los cinéfilos más under con su recopilación exhaustiva de títulos.
Según sus propias palabras, quieren escuchar a la comunidad que han creado y dejarse guiar por ella, sin venderse a la industria, para poder seguir actuando de nexo entre todos los agentes del cine: quienes lo crean, quienes lo consumen, quienes lo curan, lo critican, lo comentan y lo distribuyen.
Seguir siendo el centro del discurso fílmico contemporáneo.
Y puede sonar como una exageración –y es por lo que muchos puristas más conservadores temen que se esté dañando la apreciación cinematográfica real– pero internet está cambiando el panorama constantemente, y Letterboxd es solo un ejemplo de cómo eso afecta al cine en particular. No sabemos qué tan lejos va a llegar antes de que lo reemplace otra tendencia, pero al menos se trata de un sitio impulsado por amantes del cine y que no está enfocado en el comercio.
Si esto no es una invitación directa a ser parte de esta comunidad, al menos que sea una forma positiva de mirar el fenómeno. Porque cuenta con el logro de mantener vivo el interés por el cine en una generación que podría haber ido perdiendo esta curiosidad. Letterboxd ayuda a empezar el viaje cinéfilo de mucha gente, a buscar recomendaciones que amplíen nuestros panoramas culturales, a conectar gente que comparte una pasión y a simplemente tranquilizar obsesivos que quieren llevar la cuenta de las miles de películas que han visto.
(Pueden seguirme en Letterboxd aquí)