Intentar recrear el estilo de un pintor con LLMs todas las semanas me ha llenado la cabeza de paralelismos inútiles. De repente un dibujo de GPT me recuerda a una pintura de los últimos años de Picasso, mientras que un video creado con Runway me pone a pensar en el cine negro. Seguramente es porque la IA toma de todo para crear sus imágenes, sin discriminar demasiado. Es una máquina de hacer pastiches y parodias. Al final todas esas conexiones medio inconexas que hace mi cerebro terminan en nada: es obvio que si se parece a Picasso es porque sus pinturas están por todo el internet, y que si un video generado con Runway se parece al Noir de los años 50 es porque los detectives a lo Marlowe siempre estarán de moda.
Hasta que se me apareció el Italian Brainrot. Si, como yo, no tienes idea lo que es el Italian Brainrot, te recomiendo leer este post que lo explica muy bien. Pero en resumen, es una tendencia viral de TikTok donde la IA crea personajes sin sentido con nombres italianos medio fakes. Todo tremendamente aleatorio.


Más que lo chistoso y aleatorio de esta moda –que incluso sirvió de base para un exitoso videojuego chileno– me llamó la atención las reacciones de la gente de mi edad, que podrían resumirse en "esto es cualquier cosa, la IA mató la creatividad de los jóvenes". Tal vez hubiese suscrito a esa afirmación, soy, en general, bastante pesimista en estos asuntos. Pero mi cerebro rápidamente se puso a hacer conexiones estúpidas y me acordé de la época de las vanguardias europeas, cuando un par de artistas medio borrachos de juntaban en un bar y creaban un nuevo "ismo".
Surrealismo, Dadaísmo, Futurismo, Cubismo, Fauvismo, loquetuquierasismo.
Y me acordé también de Giorgio de Chirico. Un pintor italiano nacido en Grecia en 1888 y que es considerado por muchos como padre del Surrealismo o de algunos otros ismos. Sus primeras pinturas estuvieron influenciadas por sus lecturas de Schopenhauer y Nietzche, y seguramente conoció las incipientes teorías del inconsciente de Freud.
Así que un día fue y fundó la Pintura Metafísica.







No te quiero aburrir con la biografía de este pintor italiano, que por lo demás fue bastante normal (era hijo de un barón, así que se dedicó a estudiar, pasear y pintar por todo Europa), me gustaría invitarte a mirar esas pinturas e imaginarte la reacción de las personas en 1900, 1910. ¿Habrá sido tan diferente a lo que nos sucede hoy en día con el Italian Brainrot?
Cuentan que Yves Tanguy, famoso pintor surrealista, decidió dedicarse a la pintura después de ver una obra de Chirico colgada en una galería. Y eso que nunca había agarrado un pincel en su vida. Así de influyente fue Chirico para las vanguardias que vendrían después de él.
Y es que les abrió la puerta al inconsciente, donde los surrealista irían a buscar inspiración onírica para sus pinturas y sus poemas escritos mediante escritura automática. La pintura de Chirico te invitaba a eso: explorar tus sueños, dejarte llevar por una obra más que intentar analizarla de manera racional, permitirte sentir, antes que entender.
Volvamos un segundo al Italian Brainrot: me suenan simplemente a una exploración artística, con los medios y limitaciones de hoy, de los mismos problemas que buscaban abordar y resolver los artistas de los años veinte del siglo pasado. Ya han pasado 100 años desde que Bretón y compañía explotaron el arte occidental. Es como si el Brainrot hubiese llegado justo para el aniversario.
Los surrealistas exploraban las posibilidades del inconsciente y los sueños como motor artístico. El Italian Brainrot hace algo similar, pero en vez de explorar el inconsciente personal, se las rebusca en un inconsciente colectivo hecho de algoritmos, búsquedas, redes sociales y la web. Porque todos esos personajes aleatorios que ves arriba vienen de algo, de alguna parte, no pueden ser 100% aleatorios; igual que un cuadro de Dalí tenía algún significado.
No tengo dudas de que la academia empezará –si no lo ha hecho ya– a analizar estos "productos culturales". Si la obra de Chirico reflejaba la decadencia y soledad del mundo occidental de los años de posguerra, quién sabe, tal vez veamos tesis de doctorados en arte llamadas "Italian Brainrot y la algoritmización del consumo de masas: una exploración artística del fenómeno artístico del siglo XXI"