Cuando le conté a mi polola que iba a escribir un artículo sobre líneas de crédito, me dijo “uh, qué buena, porque nadie sabe muy bien cómo funcionan las tarjetas de crédito”.
Y es verdad, nadie sabe muy bien eso, pero esa respuesta (que también he recibido de otras personas), es síntoma justamente de lo que me lleva a escribir este artículo: muy poca gente sabe sobre las tarjetas de crédito, pero aún menos gente sabe sobre las líneas de crédito, porque no, no son lo mismo.
Si entraste buscando aprender sobre tarjetas de crédito, no te preocupes, al final te dejo algunos artículos que escribimos al respecto, pero vamos a lo que nos convoca.
¿Qué es la línea de crédito?
La definición de la CMF dice que es un monto de dinero que el banco entrega al dueño de la cuenta corriente, para ser utilizado cuando no tiene fondos en ésta.
Lo primero, entonces, es tener claro qué es una cuenta corriente. Una cuenta corriente es una cuenta que un banco le abre a una persona, que permite depositar dinero para hacer algunas operaciones con ese dinero, como girar cheques, retirar desde un cajero automático, hacer pagos con tarjetas de débito, etc.
Es parecida a una cuenta vista. De hecho, la principal diferencia entre las dos radica en la existencia de una línea de crédito asociada (las cuentas vista no tienen).
Ahora, es importante separar completamente lo que es la cuenta (corriente o vista) de la tarjeta de crédito. Muchas veces son productos que se abren juntos (tener cuenta corriente y tarjeta de crédito en el mismo banco), pero esto no siempre es así, incluso existen emisores de tarjetas de crédito que no son bancos, y por ende no pueden abrir cuentas corrientes, como las casas comerciales.
Teniendo estas cosas separadas, vámonos de lleno a la línea de crédito. Creo que la forma más fácil de concebirla es como una extensión de la cuenta corriente, un colchón, un márgen de error. Tienes plata en tu cuenta corriente, quieres usar plata (sacar del cajero, por ejemplo), pero quieres sacar más de lo que tienes. La línea de crédito te lo presta.
Veámoslo con un ejemplo: supongamos que tienes $10.000 en tu cuenta corriente y quieres comprar un jockey del Fintualist en nuestra tienda, por $15.000. Si no tienes línea de crédito, y pasas tu tarjeta de débito para comprar, la compra saldrá rechazada: no tienes los fondos necesarios. En cambio, si tienes línea de crédito (por más de $5.000), la compra saldrá aprobada, tu cuenta corriente quedará en 0, y pasarás a ocupar $5.000 de tu línea de crédito.
Cuando usas la línea de crédito (sobregiras tu cuenta corriente), comienzas a acumular intereses inmediatamente. A diferencia de las tarjetas de crédito, que tienen una fecha de facturación, y luego tienes un plazo para pagarlas sin acumular ningún interés, las líneas de crédito cobran intereses a diario por el monto en que las has usado, y son muy elevados.
Esa es en realidad la principal finalidad de los bancos. En Chile los bancos hacen muchas cosas, a diferencia de otras partes del mundo, pero su mayor ganancia viene de entregar crédito, y ahí es donde está su foco y donde son expertos. Se especializan en saber cuánto pueden prestarle, a quién y a qué tasa, y la línea de crédito es una de las herramientas que tienen para hacerlo.
Lo que pasa muchas veces, es que tienes la línea de crédito ocupada (acumulando intereses) y tienes plata en otra parte, en efectivo, en inversiones, o en alguna otra cuenta. Eso no es para nada recomendable, ya que si bien la deuda no necesariamente es mala, deberías tratar de mantenerla a raya dentro de lo posible, sobre todo esa deuda de peor calidad (las que acumulan más intereses, como los intereses rotativos de tarjetas de crédito, las líneas de crédito, los créditos de consumo, etc.).
De hecho, recién el año 2020 entró en vigencia una ley para que las líneas de crédito se tuvieran que pagar automáticamente si había plata en la cuenta corriente. Antes podía pasar que si abonabas a tu cuenta luego de usar tu línea de crédito, quedaras con saldo positivo en la cuenta y con la deuda en la línea de crédito. Básicamente, le estabas prestando plata gratis al banco, para que ellos te prestaran la misma plata, con unos intereses altísimos.
Otro factor a tener en cuenta, es que mucha gente no necesita y no usa la línea de crédito. Sin embargo, como es el negocio de los bancos, siempre van a tratar de darte una línea lo más grande que tu evaluación crediticia permita, y probablemente de más cupo que lo que te puedan dar en tarjetas de crédito u otros productos.
Si bien la línea de crédito no debería tener costos de mantención (adicionales a los de la cuenta corriente), existe un costo que, hasta donde yo sé, es imposible de evitar: el seguro de desgravamen.
Este seguro normalmente es exigido por las entidades crediticias (los bancos) para todos los productos de crédito. Su función es cubrir la deuda en caso de que el deudor fallezca, y en general cobran alrededor de un 1% del monto asegurado al año.
Es decir que si tienes una línea de crédito con $1.000.000 de cupo, te cobrarán del orden de $10.000 al año, solo por tener la línea, independiente de que la ocupes alguna vez o no.
Como dije anteriormente, los bancos tratarán de darte la mayor línea posible, no por el cobro del seguro (ya que no es para ellos), sino que porque ganan mientras más la uses, por lo que no es raro que personas con ingresos más altos tengan líneas de crédito altísimas y paguen mucho en seguro de desgravamen por esa línea que no usan.
Entonces, ¿qué hago?
La recomendación se separa entre quienes necesitan y quienes no necesitan una línea de crédito.
Si la necesitas, la recomendación es tratar de tenerla controlada y como una de tus prioridades a pagar cuando tengas la plata, ya que sus intereses son muy altos y los acumula a diario. En ese caso incluso puedes “jugar” con la tarjeta de crédito, que al menos te da algunos días libres de interés entre que la usas y la fecha de pago. Pero ojo: los intereses de la tarjeta de crédito podrían ser más bajos, proporcionalmente, pero una vez que te pasas de la fecha de pago, te cobran inmediatamente 1 mes de intereses, por lo que si necesitas solo un par de días, la línea de crédito te puede convenir más.
En caso de que no la necesites, la recomendación es bajar su monto al mínimo. Normalmente a los bancos no les gusta que hagas esto, y muchas veces los ejecutivos te pueden llegar a decir incluso que no la pueden bajar más allá de cierto monto.
Yo tengo cuentas en varios bancos y no uso las líneas de crédito. Cuando abrí las cuentas, le pedía a los ejecutivos que me la cerraran, o la bajaran al mínimo, porque no las iba a usar, y en general la respuesta era negativa. Lo que me funcionó a mí, fue decir que en todos mis otros bancos tenía líneas de crédito de $50.000 o $100.000 (alguna que abrí todavía siendo estudiante, cuando realmente nadie me quería prestar más plata que eso), y que si no accedían, iba a cerrar la cuenta, amenaza que alguna vez me costó tener que cerrar la cuenta en un banco, pero que en general funcionó.
Y bueno, lo prometido es deuda (sin intereses eso sí). Si lo que querías era aprender sobre tarjetas de crédito, aquí hay 5 cosas que tienes que saber sobre ellas y acá explicamos en detalle cómo funciona el cupo y por qué es tan malo pagar solo el mínimo.