Un grupo de políticos norteamericanos del Partido Republicano se puso un objetivo concreto: ir en contra de las inversiones sustentables, las llamadas ESG. A nivel estatal quieren limitarlas fuertemente, mientras que a nivel nacional esperan que la nueva ley de administración de portafolios no incluya la siguiente expresión: "si quieres, puedes considerar inversiones ESG". ¿Tanto revuelo por una sola frase? Sí, así tal cual, y el impulso ha ganado bastante fuerza en Estados Unidos en los últimos meses. Señoras y señores, con ustedes la versión financiera del movimiento Anti-woke.
Hace un tiempo te contábamos sobre las inversiones ESG y cómo fueron ganando terreno en el mercado de capitales. En simple, su premisa es que a la hora de invertir, las empresas deberían incorporar criterios ambientales, sociales y de gobernanza, y no solo considerar las ganancias. Solo un dato para ilustrar el punto anterior: de acuerdo a la consultora KPMG el 2021 los fondos con inversiones ESG crecieron un 53%, llegando a casi 3 trillones de dólares.
El tiempo parecía indicar que ESG sería un estándar y que ningún inversor querría quedar abajo de la ola. La emergencia climática es una realidad; pero además las primeras voces indicaban que incluso financieramente podían llegar a retornar sobre los índices de mercado convencionales.
Las inversiones ESG y la política
Pero pocos vieron venir otra ola. Hace años que existe una especie de contracultura en Estados Unidos, una reacción contra los llamados “valores progresistas” englobados en un concepto: woke (en español, “que está despierto”). Es principalmente en el lado republicano y de la América rural (léase Kentucky, Alabama, etc) donde se encuentra el movimiento anti-woke. Ellos, respaldados por empresas que se han visto amenazadas por las nuevas tendencias verdes (como por ejemplo las petroleras), son los que intentan frenar las inversiones con criterios sustentables.
Y no se guardaron nada. El 2022 el fiscal general de Kentucky Daniel Cameron inició una investigación en contra de los fondos ESG por atentar contra los derechos de los clientes -habitantes de Kentucky-. El argumento político es que el mercado de ESG está altamente concentrado en unas cuantas empresas de inversión, y que buscan usar todo el dinero administrado para instalar una política progresista: luchar contra el cambio climático, equidad de género, etc.
Por qué los republicanos están en contra las inversiones ESG
El argumento más jurídico dice que el único objetivo de un fondo de inversión debe ser maximizar el retorno para sus accionistas y no preocuparse de factores secundarios. Aquí hay un punto, la promesa inicial de ESG de que podían terminar retornando más que un índice de mercado convencional, eso al día de hoy no se ha cumplido.
Como el ESG ya es un estándar en varias empresas, y muchas de las más “famosas” ya lo incorporan, el S&P y uno de los índices representativos de ESG (ETF ESGU) se mueven prácticamente igual, como puedes ver en este gráfico.
Otro dato: ESG se está volviendo un estándar y los inversionistas están incorporando al menos alguno de sus criterios a la hora de invertir. Para ser más precisos, 89% de los inversionistas, de acuerdo a esta encuesta.
¿Cómo explicamos lo anterior? Ciertamente no desde el punto de vista del retorno, pero tal vez porque hoy ser ESG “vende bien”. En efecto, de acuerdo al estudio Stakeholder Value: A Convenient Excuse for Underperforming Managers? de Ryan Flugum, cuando un fondo está rindiendo bajo el mercado abraza más el ciritero ESG, en cambio, cuando rinde igual o sobre el mercado ya no lo ve necesario.
Pongámoslo en términos que te hagan sentido: con criterios ESG, parte del dinero que va a tu AFP y que se invierte en un montón de cosas diferentes, debería ir a algún fondo alternativo que considere, por ejemplo, el impacto medioambiental. Sin criterios ESG, solo debería considerar maximizar la rentabilidad. Compleja decisión, ¿no?
¿Invierto en una petrolera con acusaciones de corrupción y tremendos dividendos o bien en una con iniciativas de energía sustentable? Esa es la duda que surge, si extremamos el ejemplo. Aquí no hay una respuesta simple, es lo que ocurre cuando se aumenta el nivel de dificultad de una pregunta: hay ciertos trade-offs que sopesar y donde cada individuo puede tener una decisión de consumo distinta.
En Australia por ejemplo, y como te contábamos en este artículo sobre inversiones ESG, existen fondos de pensión cuya propuesta de valor no es ser “el fondo más rentable” como escuchamos con frecuencia en Chile, más bien ser una alternativa para ayudar a detener la emergencia climática. Put your money where your mouth is.
Podemos estar de acuerdo en que la libertad de elección siempre será mejor para los consumidores porque cada uno puede tener distintas preferencias.
El problema es que para los anti-woke no es tan así. Su cruzada contra los ESG se ha vuelto tan enfática que han tenido que aparecer bancos y portfolio managers de fondos dentro de los denominados red states (estados que históricamente han sido dominados por conservadores y republicanos), argumentando que si se ponen restricciones a fondos ESG se podrían originar pérdidas millonarias para sus clientes. La institución que administra las pensiones para los empleados públicos de Indiana ha calculado la pérdida en 10 años puede alcanzar los 6.7 billones de dólares. Estas asociaciones indican problemas de diversificación y que el riesgo climático sí es un riesgo financiero a considerar. De hecho, el regulador europeo ya ha instruido cómo realizar pruebas de estrés relacionadas al clima.
La última bomba, y que es la noticia que nos convoca originalmente, ocurrió en Texas. Recuerda que el sistema político en Estados Unidos funciona por varias capas: existe un parlamento estatal que puede plantear leyes que solo tendrán efecto en su territorio. Fue este congreso el que introdujo un proyecto de ley, que aún no ha terminado su tramitación, para prohibir que las aseguradoras puedan utilizar métricas ESG en sus decisiones de inversión. Ya habían cancelado 10 contratos que mantenían fondos de inversión sustentables en alguna medida con el estado, pero ahora van por el pez gordo. Eliminar la instalación de una agenda progresista con el dinero de todos los contribuyentes.
En números, BlackRock ha reconocido que los flujos de capital que han salido por estos movimientos en diversos estados alcanzan los 4 billones de dólares, pero a su vez agregó que los flujos entrantes han sido de 100 veces más.
De todas formas, varias aseguradoras están preocupadas por el clima político que se está instalando en Estados Unidos.
En el corto plazo puede contagiar a otros estados más proclives al rojo (republicano), pero en el mediano y largo plazo le inyecta una exposición al riesgo financiero para hacer negocios. Sin ir más lejos, hoy día el presidente de Estados Unidos Joe Biden vetó una ley que dejaba fuera de los fondos de pensiones los criterios ESG. Esto está que arde; queda por ver el próximo objetivo de esta nueva ola.
* Disclaimer: en Fintual sí nos interesa medirnos bajo el estándar ESG, en números en detalles puedes revisarlo.
* Disclaimer 2: Blackrock posee varios ETF con estándar ESG y uno de sus directores para América Látina, Axel Christensen, es advisor en Fintual. Él no fue contactado para este artículo.