El otro día me apareció en tiktok un video sobre la “felicidad” de ir al mall y soñar con todas las cosas que no te puedes comprar. El video me hizo reír, pero me recordó otro tema para el que la plata a veces no alcanza: la jubilación.
Estimar con cuánta plata te vas a jubilar no es tan difícil. La mayoría de las AFP tienen en sus sitios web calculadoras de pensión en las que uno puede ver con cuánto se jubilará dependiendo de la edad, monto ahorrado, sueldo, etc.
Es una buena herramienta. Lo malo es que muestra una realidad que en muchos casos no es tan alentadora. Y es que el monto de la pensión cuando nos jubilemos puede estar muy por bajo el sueldo actual.
Pero no todo está perdido. Si tienes capacidad de ahorro, existen alternativas para mejorar tu pensión invirtiendo desde ahora. Hay varias herramientas de inversión para hacerlo, pero en este artículo te contamos sobre 2 de ellas: la Cuenta 2 y el APV.
APV
El APV es el Ahorro Previsional Voluntario, o sea, lo que uno voluntariamente ahorra para su pensión, aparte de las cotizaciones obligatorias que se descuentan del sueldo y sobre las cuales no tenemos mucho poder de decisión.
Hay varios tipos de APV. Todos tienen como objetivo ahorrar para la jubilación, pero tienen distintas características. Este artículo se centra en los depósitos de ahorro previsional voluntario, pero te contamos brevemente sobre los otros:
- Cotizaciones voluntarias: son aportes que se suman al ahorro obligatorio en los multifondos de las AFP. Son muy parecidos a los depósitos de APV, tienen tratamiento tributario y beneficios muy similares, pero la diferencia es que solo se pueden tener en las AFP (en la misma que tienes tus cotizaciones obligatorias o en otra distinta).
- Depósitos convenidos: son aportes que se hacen únicamente a través del empleador, o sea, se descuentan de tu sueldo. Tienen el beneficio de descontar impuestos, pero un requisito estricto: no se pueden retirar antes de jubilar.
Depósitos de Ahorro Previsional Voluntario
Es un tercer tipo y es el que se conoce comúnmente como APV (a pesar de que, como vimos, hay otras alternativas). Nos aprovecharemos de eso para llamarle simplemente APV.
Lo primero que hay que aclarar es que se trata de un plan de inversión, no un activo financiero. En ese sentido, no es comparable con acciones, fondos mutuos, bonos o ETF, porque a través de un APV puedes invertir en varios de estos instrumentos a la vez.
El APV se puede tener en varias instituciones
- Administradoras Generales de Fondos: se invierte en los fondos mutuos o fondos de inversión de esa administradora.
- AFP: se invierte en los mismos multifondos a los que se destinan las cotizaciones obligatorias. Puedes tenerlo en la misma AFP que tienes tu ahorro obligatorio u otra distinta.
- Compañías de seguros: estas entidades generalmente agrupan el APV con un seguro. Pagas un monto mensual, del cual una parte se destina a pagar la prima del seguro y la otra al APV. En general, la parte del APV se invierte en fondos mutuos de una administradora del mismo grupo de la compañía de seguros u otra con la que tengan algún convenio.
- Corredoras de bolsa: los distintos instrumentos transados (acciones, bonos) se enmarcan en el plan de APV.
Beneficios del APV
El APV nace como una necesidad de mejorar las pensiones. Dado que el ahorro obligatorio no era suficiente (sigue sin serlo), se decidió incentivar el ahorro voluntario a través de dos tipos de beneficios.
Existen dos regímenes de APV que se diferencian principalmente por sus beneficios: APV-A y APV-B.
- APV-A: el Estado te regala un 15% de los aportes que hagas en un año, con un tope de 6 UTM, que son aproximadamente 350.000.
O sea, si aportas 2 millones en un año, recibes una bonificación de 350.000
- APV-B: los aportes que hagas en un año se rebajan de tus ingresos y así reduces los impuestos que debes pagar.
- Los beneficios se reciben anualmente. La bonificación del APV-A se transfiere en general en septiembre de cada año. La reducción de impuestos del APV-B la ves en la declaración de renta de abril cada año si aportas directamente, o mensualmente cuando recibes tu sueldo si haces el aporte a través de tu empleador, en lo que se conoce como un descuento por planilla.
Como el objetivo de los incentivos del APV es mejorar la pensión, si lo sacas antes de jubilar, tienes que devolver los beneficios. Si retiras APV-A devuelves un 15% del saldo de bonificación que tengas y si retiras APV-B, pagas un impuesto especial sobre ese retiro.
Para llevarte tu APV con tu jubilación, tienes que informar a tu AFP que te quieres pensionar y avisarle que tienes APV. Ellos (tu AFP) se comunicarán con la institución donde tengas tu APV y sumarán ese monto a tus cotizaciones obligatorias y sobre ese total calcularán el monto de tu pensión.
La Cuenta 2
Se le conoce con ese nombre porque es como tu segunda cuenta, después de la cuenta de cotizaciones obligatorias que tienes en tu AFP, pero su nombre oficial es Cuenta de Ahorro Voluntario.
Al igual que el APV, es un plan de inversión, no un activo financiero. Pero en el caso de la Cuenta 2 solo se puede tener en una AFP y por lo mismo su oferta es menos amplia en cuanto a variedad de tipos de inversión, porque solo puedes elegir alguno de los mismos multifondos en los que se invierten las cotizaciones obligatorias.
Otra similitud con el APV es que los ahorros de la cuenta 2 se pueden sumar directamente a las cotizaciones obligatorias al momento de jubilar y así aumentar el monto de tu pensión. El proceso para hacerlo es igual que con el APV.
Beneficios de la Cuenta 2
La cuenta no se crea como un vehículo de inversión pensado exclusivamente para aumentar las pensiones y por ello no existen beneficios asociados a mantener la inversión hasta el momento de jubilar.
De todas maneras, igual tiene un beneficio tributario que consiste en que si al retirar tu inversión obtienes una ganancia menor a 1.790.000 aproximadamente (30 UTM), no debes pagar impuestos por ese retiro.
Entre la cuenta 2 y APV ¿qué me conviene?
Resumimos los beneficios principales de la cuenta 2 o APV en la siguiente tabla:
La mayor diferencia entre las dos alternativas es que no existen bonificaciones asociadas a la inversión en Cuenta 2, como sí las hay para el APV.
Por esta razón, si crees que necesitarás tu plata antes de jubilarte, puede ser conveniente la Cuenta 2, pero si el propósito de tu ahorro es aumentar tu pensión futura, lo más recomendable es el APV.
Ahora, ¿cuál de los tipos de APV te conviene (A o B)? Va a depender de tu nivel de ingresos. En general, si tus ingresos imponibles mensuales (líquido sin impuestos) son menores a 4 millones (aprox.) te conviene el APV-A y si son mayores, el APV-B. Aunque también puedes tener una mezcla de ambos.
Si quieres ver más detalles sobre qué régimen elegir, puedes ver este artículo de APV donde profundizamos sobre el régimen más conveniente, o descubre cuál es el régimen que va contigo con el simulador de APV.